El erotismo de los dibujos privados de ?lvaro Siza se exhibe en M¨¢laga
Cuando alguien tiene el Nobel de Arquitectura -el Premio Pritzker- ya no necesita presentaci¨®n. Es el caso del portugu¨¦s ?lvaro Siza, uno de los arquitectos que mejor ha combinado el racionalismo formal del Movimiento Moderno con las exigencias que el entorno y la historia del lugar donde se ubica el edificio imponen. Pero Siza es tambi¨¦n un hombre que necesita descansos. El Colegio de Arquitectos de M¨¢laga expone ahora una colecci¨®n de dibujos que realiza en sus momentos de ocio.
La colecci¨®n de dibujos que se expone en la sala del Colegio de Arquitectos de M¨¢laga hasta el 30 de junio, Serie Santiago, se compone de 60 dibujos que tratan de resumir el mundo ¨ªntimo del arquitecto portugu¨¦s al margen del cartab¨®n.La historia de Serie Santiago, una muestra realizada en colaboraci¨®n con el C¨ªrculo de Bellas Artes de Madrid, resulta tambi¨¦n curiosa. Siza estaba entonces trabajando en Santiago de Compostela en el encargo de su Museo de Arte Contempor¨¢neo.
La fiebre de encargos que supon¨ªa su enorme reconocimiento internacional -adem¨¢s del Pritzker, en apenas una d¨¦cada Siza (Matosi?os, 1933) ha ganado premios como el Pr¨ªncipe de Gales, el Mies Van der Rohe, el Nacional de Arquitectura de Portugal o las Medallas de Oro de la Fundaci¨®n Alvar Aalto y del Consejo Superior de Arquitectos de Espa?a- acababa agotando al arquitecto, que al llegar de noche a su apartamento no sab¨ªa c¨®mo desconectarse de la tensi¨®n.
Result¨® que un d¨ªa, caminando por los soportales de la catedral gallega, vio que en una tienda vend¨ªan unas cajitas de papel reciclado de color salm¨®n en formato cuadrado que le llamaron la atenci¨®n. Compr¨® una y, desde entonces, cada noche dejaba ir sobre ellas la pluma y su imaginaci¨®n en forma de dibujos.
Eran dibujos de trazo r¨¢pido, con una l¨ªnea que recordaba a Picasso y Cocteau, cuyos temas se mov¨ªan entre lo mitol¨®gico y grecolatino -hombres corriendo, a caballo o centauros-, lo er¨®tico y la nostalgia de la vida familiar.
El propio Siza recuerda la ejecuci¨®n de los dibujos. "Cuando me faltaba la energ¨ªa para continuar ¨¦ste o aquel otro proyecto, sentado frente al televisor y refugiado en una copa de whisky con hielo y agua de picos, iba dejando volar la imaginaci¨®n en aquellos cuadraditos, con un ojo en el televisor donde echaban los Juegos Ol¨ªmpicos y el otro en ese papel de ¨¢spera textura y color extra?o".
"Si ning¨²n tema se impon¨ªa" contin¨²a el autor de la reconstrucci¨®n del barrio lisboeta del Chiado, "surg¨ªan cosas inesperadas. Terminaba, entretanto, la construcci¨®n del museo, mis visitas a Compostela e igualmente los cuadraditos de papel reciclado apaciguadores de los desesperos de un arquitecto".
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