Italia indulta a Al¨ª Agca, autor del atentado contra el Papa, y lo entrega a Turqu¨ªa
El terrorista turco Al¨ª Agca, de 42 a?os, aterriz¨® esta madrugada, a bordo de un avi¨®n militar turco, en Estambul, adonde lleg¨® procedente de la c¨¢rcel de Ancona -en la costa adri¨¢tica de Italia-. Agca, que, seg¨²n indic¨® el ministro turco de Justicia, Hikmet Sami T¨¹rk, deber¨¢ cumplir una pena de 10 a?os en una c¨¢rcel turca por el asesinato de un periodista en 1979, fue entregado ayer a Turqu¨ªa tras haber cumplido 19 a?os y un mes de la condena a cadena perpetua que le impuso la justicia italiana como autor del atentado contra el papa Juan Pablo II perpetrado el 13 de mayo de 1981 en plena plaza de San Pedro.
El presidente de la Rep¨²blica italiana, Carlo Azeglio Ciampi, le concedi¨® la gracia, reclamada decenas de veces por Agca, una vez obtenido el benepl¨¢cito del Vaticano. Minutos despu¨¦s de la orden de Ciampi, el ministro italiano de Justicia, Piero Fassino, orden¨® la extradici¨®n de Agca a Turqu¨ªa, donde tendr¨¢ que cumplir una condena de varios a?os de prisi¨®n por el asesinato de un periodista turco en 1979. Al¨ª Agca se convierte as¨ª en el primer recluso de las c¨¢rceles italianas que se beneficia del indulto que la Iglesia cat¨®lica tiene previsto pedir coincidiendo con el Jubileo de 2000 (el 9 de julio estar¨¢ dedicado a los presos). No parece un hecho casual teniendo en cuenta que la historia de este hombre, antiguo lobo gris, organizaci¨®n terrorista turca de extrema derecha, est¨¢ estrechamente ligada al Vaticano desde el 13 de mayo de 1981. Con su indulto, Juan Pablo II vuelve a apuntarse un golpe de efecto, de los que han hecho famoso su pontificado. El primero en ver la mano del Vaticano en la gracia otorgada por Ciampi fue el propio Agca, que, al conocer la noticia, dio las gracias al pont¨ªfice. "Es un sue?o, casi no puedo cre¨¦rmelo", coment¨® el recluso m¨¢s famoso de Italia. "Le doy las gracias al Papa, al Vaticano y al presidente italiano", dijo por este orden.
El 13 de mayo de 1981, Al¨ª Agca efectu¨® cuatro disparos contra Juan Pablo II cuando ¨¦ste recorr¨ªa la plaza de San Pedro a bordo de un descapotable, saludando a los fieles. S¨®lo uno de los disparos alcanz¨® al pont¨ªfice, en el abdomen, pero el proyectil caus¨® estragos en el organismo de Wojtyla, que requiri¨® una intervenci¨®n quir¨²rgica de cinco horas para recuperarse, sin que su salud haya vuelto a ser nunca la que era antes.
El Papa ha perdonado a Agca en varias ocasiones, la primera de todas, a los pocos d¨ªas del atentado. La segunda, cuando acudi¨® en persona a visitarlo a la c¨¢rcel romana de Rebibbia, en 1983. Posteriormente, el pont¨ªfice ha recibido en varias ocasiones a la madre y a un hermano de Agca, la ¨²ltima, el a?o pasado, ocasi¨®n que el Vaticano aprovech¨® para dejar claro que la cuesti¨®n del perd¨®n estaba en manos del Estado italiano.
Con el indulto de Agca se cierra uno de los episodios m¨¢s misteriosos de la reciente historia italiana, el del atentado sufrido por Karol Wojtyla. Agca fue condenado por este delito a cadena perpetua en julio de 1981. Durante todo el proceso intent¨® defender la tesis de que hab¨ªa actuado en solitario dominado por una especie de esquizofrenia paranoica que le llev¨® a creerse una especie de redentor del islam. M¨¢s tarde, en un segundo juicio celebrado en 1986, al despuntar la llamada pista b¨²lgara, el terrorista turco admiti¨® haber actuado como mero pe¨®n de una operaci¨®n m¨¢s amplia en la que figuraban varios ciudadanos b¨²lgaros, entre ellos un empleado de las l¨ªneas a¨¦reas Balkan Air, llamado Serghiei Ivanov, y c¨®mplices turcos. La llamada pista b¨²lgara presupon¨ªa la existencia de un compl¨® para eliminar a Juan Pablo II, detr¨¢s del que apuntaban los servicios secretos sovi¨¦ticos. En el mismo proceso se descubri¨® que Agca no actu¨® solo. Otro compatriota suyo, Oral Celik, ten¨ªa que intervenir caso de fallar su compa?ero.
Los jueces que intervinieron en este proceso optaron por dejar en libertad a la pr¨¢ctica totalidad de los implicados (aparte de Agca) por falta de pruebas, pero en las consideraciones de la sentencia qued¨® claro que el atentado contra Wojtyla no era la obra de un justiciero solitario del islam, sino de un compl¨®. "No se puede negar la libertad a una persona s¨®lo porque no quiera decir la verdad", precis¨® ayer el juez romano Rosario Priore, uno de los m¨¢s familiarizados con el caso. Otro investigador del atentado, el fiscal Pietro Marini, reconoci¨® ayer que con Agca se va la ¨²ltima oportunidad de aclarar el caso. "Sabemos una cosa, Al¨ª Agca no cont¨® nunca toda la verdad del atentado del Papa". La noticia se recibi¨® con sorpresa en Ankara, donde el ministro de Justicia, Hikmet Sami T¨¹rk, reconoci¨® haberse informado a trav¨¦s de la prensa, informa Silvia de F¨¦lix desde Ankara.
Al¨ª Agca era ya conocido en Turqu¨ªa antes de perpetrar el atentado contra el Papa. En la d¨¦cada de los setenta acab¨® en la c¨¢rcel, pero en 1979 consigui¨® huir en v¨ªsperas de ser condenado a muerte por el asesinato del director del peri¨®dico nacional Milliyet. Seg¨²n apuntan los medios de comunicaci¨®n locales, podr¨ªa ahora ser confinado en la c¨¢rcel de Kartal, en Estambul, o a la de Eskisehir, en Ankara, centros penitenciarios que cuentan con altas medidas de seguridad.
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