Ecu¨¢nimes

Cuando lo sacaron del agujero, Adi Sharon crey¨® que iban a matarle pero no parec¨ªa asustado. En las im¨¢genes emitidas por TV aparec¨ªa un tembloroso ni?o de 12 a?os con las piernas agarrotadas y una mirada extra?a. Dej¨® que los soldados lo cargaran en brazos como si fuera uno de esos animales malheridos que salvan los bi¨®logos. Luego mir¨® a la c¨¢mara con ojos entrecerrados. No parec¨ªa feliz por salir del zulo en el que hab¨ªa pasado un infierno de nueve meses, sino m¨¢s bien incr¨¦dulo. Ni siquiera mostraba asombro, aunque quiz¨¢s s¨ª cierta curiosidad.Me pregunt¨¦ qu¨¦ estar¨ªa viendo. Seguramente ve¨ªa a unos hombres semejantes a los que le hab¨ªan secuestrado, hundido en la oscuridad y cortado dos dedos, es decir, humanos normales con piernas, brazos y cabezas humanas. Bichos en todo similares a los que le hab¨ªan enterrado vivo. Record¨¦ que esa misma mirada desconfiada y atenta pude verla cuando salvaron de su zulo vasco al funcionario de prisiones Ortega Lara. Al salir del furg¨®n, mir¨® a su alrededor como pregunt¨¢ndose qui¨¦n era aquella gente y si pertenec¨ªan a la misma especie animal que le hab¨ªa torturado. La muchedumbre vitoreaba y aplaud¨ªa, pero ¨¦l miraba desconcertado, aturdido. En el aspecto externo, aquellas personas se parec¨ªan demasiado a sus torturadores. A Sharon, a Ortega, debi¨® de costarles un tiempo reconocer que, a pesar de tanta semejanza, hay una fundamental diferencia entre los humanos y las bestias de forma humana.

Si es que la hay, porque luego le¨ª que los secuestradores chechenos eran patriotas. Y despu¨¦s escuch¨¦ a un amigo decir que los movimientos de liberaci¨®n nacional est¨¢n por encima de la ret¨®rica humanista, ese f¨®sil de la ideolog¨ªa burguesa. Hay mucha gente ecu¨¢nime en mi pa¨ªs, mucho parlamentario, mucho pol¨ªtico, mucho intelectual que comparte el sentimiento de los patriotas y cree que son comparables ETA y el PP, sin ir m¨¢s lejos. Hay mucho equidistante entre la bestia y el humano, tan equidistantes que seguramente no sabr¨ªan explicarles a Sharon y a Ortega cu¨¢l es la diferencia. O se la explicar¨ªan, porque son profesores y maestros, pero a ellos les parecer¨ªa una burla. Aunque quiz¨¢s es que ya no hay diferencia y todos formamos parte de una bestia ecu¨¢nime, comprensiva, equidistante. Y sobre todo, por supuesto, democr¨¢tica.