"Es mi forma de jugar y morir¨¦ con ella"
"Toda la vida me hab¨ªa preparado para este momento, y voy, y en el primer partido la cago; por desgracia no tengo excusas",dice Molina
En busca de un responsable visible que explicara la derrota de Espa?a ante Noruega, la prensa seleccion¨® a Jos¨¦ Molina. Porque el portero sali¨® a buscar un bal¨®n y perdi¨® el duelo a¨¦reo contra Iversen, que marc¨® el gol del triunfo de su equipo. Fue a buscar un bal¨®n a tierra ajena y, seg¨²n los puristas, un portero no debe abandonar a esa distancia el ¨¢rea chica para pelearse por una pelota colgada. La regla general recomienda dejar que el central resuelva el cometido frente al delantero opositor. Y Molina lo sabe de memoria. Conoce la regla general y se hizo la pregunta: "?Deb¨ª cumplir con la regla general o hice bien en salir a por ese bal¨®n, reclam¨¢ndoselo a mis defensas?". Molina se hizo esa pregunta y otras muchas en el duermevela de la noche del partido. "Por la noche se me pasaron mil cosas por la cabeza, y hasta que no puse cada idea en su sitio no pude dormirme completamente", record¨®. Pasaron horas antes de que el portero del Atl¨¦tico, de 29 a?os, llegara a una conclusi¨®n que proclam¨® con una larga sonrisa. Ayer, el d¨ªa despu¨¦s del partido, ante decenas de c¨¢maras. Afil¨® la mirada y con una mueca ligeramente diab¨®lica dijo que no se arrepent¨ªa de haber sido fiel a s¨ª mismo: "Posiblemente no deb¨ª salir a buscar ese bal¨®n... Pero ¨¦sa es mi forma de jugar y morir¨¦ con ella".Molina es un rebelde que se enternece con el Is not unusual (to be loved), de Tom Jones. Un tipo herm¨¦tico, s¨®lido, cuya incapacidad de distorsionar la realidad con fantas¨ªas le hace parecer exc¨¦ntrico. Si un compa?ero comete un error grave, no lo consuela: "Que se joda", afirma como si nada. Aunque le aprecie. Es consciente de que no hay m¨¢s remedio para un profesional. Tampoco pide clemencia para ¨¦l. Ni el consuelo de nadie cuando es ¨¦l quien falla. No hay m¨¢s remedio que tragarse el sapo, y asume que hacerlo en solitario es su deber. Sin la compasi¨®n ajena. Lo digiere y en los estados de emergencia se mueve con soltura. Hasta disfruta comprobando su propio temple. "Yo no soy un portero normal", parece decir. "No soy un portero vulgar". La desventura le sirvi¨® para reafirmarlo. Para proclamar que lo suyo es el riesgo, como quien anuncia que lo suyo es la gloria: "Posiblemente comet¨ª un error al buscar ese bal¨®n. Posiblemente deb¨ª quedarme debajo de los palos. Eso es lo que hacen los porteros normalmente, se quedan debajo de la porter¨ªa. Pero yo no puedo. Yo necesito salir. Es mi forma de jugar, para bien y para mal. Es mi forma de jugar y yo morir¨¦ con ella".
En un d¨ªa en que casi ninguno de los jugadores espa?oles sali¨® a dejar su marca en el partido, Molina decidi¨® imprimir su sello hasta las ¨²ltimas consecuencias. Muri¨® intent¨¢ndolo. Muri¨® pidiendo el bal¨®n mientras bajaba del cielo, en una reacci¨®n de temeridad. "?Es m¨ªa, es m¨ªa...!", le grit¨® a Paco mientras corr¨ªa hacia la pelota. Luego su decisi¨®n le traer¨ªa un fuerte dolor de cabeza. "Est¨¢ claro que mis compa?eros no creen que yo fui el culpable de la derrota, pero s¨¦ que he cometido un fallo importante y no tengo dudas en ese sentido. El sol no me cegaba, como se ha dicho. No tengo esa excusa, por desgracia. Ve¨ªa perfectamente lo que hac¨ªa. La jugada fue clar¨ªsima. Vi el bal¨®n largo y quise cogerlo. Nunca habr¨ªa salido hasta ese punto del ¨¢rea para rechazarlo con los pu?os porque habr¨ªa sido peor".
De madrugada, al llegar al castillo de Tegelen, donde se concentra la selecci¨®n, Molina no pudo conciliar el sue?o con facilidad. A 140 kil¨®metros de Rotterdam, lejos del lugar de los hechos, lo primero que hizo al llegar a su habitaci¨®n fue llamar a su amigo Aguilera, que le hab¨ªa dejado un mensaje en la recepci¨®n. "Luego estuve paseando un rato, viendo televisi¨®n...", record¨®. "Y se me hizo largo hasta la hora de dormir. Porque este ha sido un golpe duro. Estoy jodido, evidentemente. Toda la vida me hab¨ªa preparado para este momento, y voy, y en el primer partido la cago". Uno de los alivios seguramente fue llamar a su mujer, que espera un ni?o. Quiz¨¢ barruntaba que, al d¨ªa siguiente, ¨¦l ser¨ªa m¨¢s popular que el presidente del Gobierno.
"No me sorprende que se hable m¨¢s de m¨ª que de otra cosa. Es l¨®gico que hoy yo sea m¨¢s popular que Aznar. ?sa es la grandeza de este juego. Hasta los de El Gran Hermano habr¨¢n visto la jugada. Se la habr¨¢n puesto para que se enteren de algo de lo que pasa en el exterior", coment¨®. Parec¨ªa despreocupado. Como si estuviera convencido de que la guerra que deb¨ªa librar para salir del bache fuera un asunto ya resuelto en su interior. "Quedan dos partidos y si ganamos, mi error quedar¨¢ en nada. Adem¨¢s, creo que el m¨ªo fue un error puntual. Y depender¨¢ del entrenador el ponerme o no en el futuro".
Ya sabe Camacho que si lo elige de nuevo, para enfrentarse a Eslovenia el domingo, habr¨¢ optado por un tipo especial. Quiz¨¢ hoy Camacho sepa con exactitud de qu¨¦ madera est¨¢ hecho su portero. Que Jos¨¦ Molina prefiere la gloria de afrontar el riesgo en campo abierto a la seguridad de la vida bajo el larguero.
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