San Telmo, en Hondarribia
Colgado sobre el acantilado, el castillo de San Telmo de Hondarribia ofrece hoy, todav¨ªa y a pesar de haberse convertido en vivienda particular, una estampa amenazadora. La misma que buscaron sin duda sus constructores cuando levantaron este edificio para defender la localidad guipuzcoana de las incursiones de los piratas y otras agresiones enemigas. La fortaleza de San Telmo es, adem¨¢s, uno de los hitos de un recorrido por el ¨²ltimo extremo de la costa de Guip¨²zcoa, entre el Jaizkibel y el cabo Higer, al otro lado del santuario de Nuestra Se?ora de Guadalupe.Hondarribia es, por su ubicaci¨®n, una de las localidades vascas que m¨¢s sucesos hist¨®ricos ha vivido tanto dentro como fuera de sus murallas. Por citar una de sus vicisitudes m¨¢s frecuentes: este puerto ha mantenido durante siglos un continuo viaje entre los territorios de Guip¨²zcoa y Navarra, mucho despu¨¦s, incluso, de la integraci¨®n de este reino en la corona espa?ola.
Y es que esta posici¨®n era m¨¢s que envidiable: para Guip¨²zcoa, por su situaci¨®n fronteriza; para Navarra, por su condici¨®n de puerto, salida al mar que le faltaba al viejo reino, y para Francia y otras coronas europeas, por su apetitosa ubicaci¨®n para entrar en Espa?a. Y, por supuesto, para los propios hondarribitarras, esta situaci¨®n estrat¨¦gica supon¨ªa un incentivo vital en la prosperidad de la villa.
Esta condici¨®n de Hondarribia viene de lejos en el tiempo. Se la relaciona con la Oiarso romana y en los primeros cantares medievales ya aparece citada, vinculada con la famosa batalla de Roncesvalles.
El 'Para¨ªso perdido'
Por figurar, hasta en el famoso Para¨ªso perdido de Milton tiene cabida la villa guipuzcoana, con una cita en la que se recuerda su vinculaci¨®n con la haza?a de Rold¨¢n. Y la relaci¨®n de Hondarribia con todo tipo de aventuras se percibe tambi¨¦n hoy d¨ªa. La misma entrada del castillo de San Telmo conserva (quiz¨¢s por ese descuido en la vegetaci¨®n que rodea la fortaleza) un aire misterioso, que lleva al paseante a tiempos de corsarios contra los que fue construido.
El responsable inmediato de su edificaci¨®n fue el capit¨¢n general de la provincia Juan Vel¨¢zquez siendo Felipe II rey de Espa?a. As¨ª lo se?ala la l¨¢pida que corona la puerta interior del fuerte, al igual que la funci¨®n para la que hab¨ªa sido levantado: "Para defenderse de los robos de los piratas". El castillo posee unas mazmorras en los sotanos; se cuenta que la pleamar ahogaba a los prisioneros all¨ª encadenados, lo que no ser¨ªa de extra?ar, vistos algunos ejemplos de crueldad que se suced¨ªan aquellos a?os.
As¨ª, por ejemplo, pocos a?os despu¨¦s de su construcci¨®n, en 1611, Hondarribia se vio envuelta en un proceso de brujer¨ªa. Cuatro mujeres fueron detenidas y les fueron requisados todos sus bienes. Un grupo de ni?as de 10 a 14 a?os les hab¨ªa acusado de organizar aquelarres y de obligarlas a participar en ellos: en alguno de estos testimonios, una de las delatoras llega a decir que hab¨ªa salido por la ventana de su casa volando en una escoba dirigida por una de las acusadas. Las cuatro pasaron por los severos interrogatorios de la Inquisici¨®n para quedar finalmente, al cabo de los meses, libres de toda culpa.
Eran tiempos aquellos, como se ve, de piratas y brujas, y tambi¨¦n de apariciones de la Virgen. En una de ¨¦stas, comenz¨® la devoci¨®n por la virgen de Guadalupe, patrona de Hondarribia, extra?a parentela que se establece entre Extremadura, lugar originario de la advocaci¨®n de esta virgen, aunque la de Hondarribia es anterior a la mexicana, quiz¨¢s la m¨¢s famosa de las tres.
El santuario de Guadalupe se encuentra al final de un paseo que puede comenzar en el puerto y que tiene en el castillo de San Telmo su primera parada. La siguiente ha de ser, sin duda, el puerto de Asturiaga, una ensenada a la que se accede despu¨¦s de rodear el fuerte.
Este puerto natural era utilizado como lugar de repostaje o fondeadero de los nav¨ªos a la espera de la marea propicia para adentrarse en el estuario. Testigo de esta actividad es el pecio romano hallado en 1961 a 100 metros al noroeste del castillo y a una profundidad de unos 17 metros, lo que confirma la vinculaci¨®n de la localidad guipuzcoana con el puerto romano de Oiarso.
Los m¨¢s atrevidos podr¨¢n seguir el paseo por la costa para llegar al cabo de Higer, aunque lo aconsejable es la ascensi¨®n por la carretera que lleva al faro, una espl¨¦ndida construcci¨®n que merece la envidia sana del duro oficio del farero de este lugar.
Estos acantilados y las tierras pr¨®ximas son cuna de otra de las leyendas m¨¢s famosas de toda la bah¨ªa de Txingudi: la de las lamias. De su fama da fe su presencia en el escudo de Hondarribia. El erudito local Luis de Uranzu destaca el refinamiento y car¨¢cter pac¨ªfico de las lamias del Bidasoa, frente a otras sirenas de la mitolog¨ªa del Pa¨ªs Vasco, que eran conocidas como embusteras, tragonas y bebedoras.
Lo habitual es que ellas, "muy presumidas, se pasasen el d¨ªa sobre los pe?ascos del r¨ªo, pein¨¢ndose sus rubias cabelleras", dice Uranzu. Uno de estos lugares es Lamiarri, en Jaizkibel, junto al santuario de la virgen de Guadalupe.
Un final de lujo
El paseo por este tramo de la costa guipuzcoana puede tener el colof¨®n en la misma Hondarribia, una de las villas m¨¢s elegantes de todo el Pa¨ªs Vasco. Desde el castillo de Carlos V, hoy convertido en Parador Nacional, hasta el barrio de la Marina, todas sus calles y plazas cuentan con edificios de inter¨¦s, que relatan en sus muros y en su interior el papel que ha jugado la villa en la historia.
Aunque hoy sea una localidad fundamentalmente tur¨ªstica, en este recorrido por su casco antiguo y su puerto, todav¨ªa se percibe la huella de una Hondarribia en la que se mezclaban militares y piratas, presuntas brujas y piadosas beatas, contrabandistas y guardias de fronteras, esp¨ªas y confidentes. Todo un tejido social que dio vida durante siglos a la localidad.
Datos pr¨¢cticos
Como llegar: El castillo de San Telmo se encuentra sobre los acantilados de la costa de Hondarribia, al lado del puerto, y tiene su entrada por la carretera que une ¨¦ste con el faro del cabo de Higer. Hondarribia se encuentra al final de la GI-3440 que sale de la N-I despu¨¦s de pasar San Sebasti¨¢n. Tambi¨¦n se puede llegar hasta Ir¨²n por esta v¨ªa por la A-8 y tomar en esta localidad el desv¨ªo a Hondarribia.Alojamiento: Adem¨¢s del Parador de Turismo (tel. 943 645500), Hondarribia cuenta con otros hoteles como Jauregui (943 641400), Obispo (943 645400) o Pampinot (943 640600). Establecimientos de turismo rural de prestigio son Arotzena (943 642319), Artzu (943 640530), Gure Naia (943 644546), Maidanea (943 640855) o Postigu (943 643270).
Comer: No hace falta salir de Hondarribia para comer m¨¢s que bien, en locales como el afamado Ram¨®n Roteta (943 641693), la Hermandad de Pescadores (943 642738), Sebasti¨¢n (943 640167), Zeria (943 642780), Beko Errota (943 643194), Arraunlari (943 641581), Abarka (943 641991), Puntal (943 644614), Alameda (943 642789) o Arraun etxea (943 644939).
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