"No es frecuente que a una persona en el corredor de la muerte le concedan otro juicio"
Peter Raben, de 47 a?os, tiene fama de abogado de los imposibles. Entre los m¨¢s de 2.000 acusados en casos criminales que ha defendido en su carrera, en los ¨²ltimos cuatro a?os ha sacado a tres del corredor de la muerte. Mart¨ªnez, que ayer agradeci¨® al pueblo espa?ol su solidaridad y apoyo en su esfuerzo por demostrar su inocencia, es el ¨²ltimo de ellos. El jueves, el Tribunal Supremo de Florida anul¨® su condena, invalid¨® su sentencia a morir en la silla el¨¦ctrica y le concedi¨® un nuevo juicio. Hab¨ªa sido condenado en abril de 1997 por el asesinato de una pareja, Douglas R. Lawson y su novia Sherrie McCoy-Ward.Raben estaba exultante el viernes en su despacho de Coconut Grove, en Miami. "Me siento muy optimista. No es frecuente que a una persona en el corredor de la muerte le concedan otro juicio. Voy a tratar de convencer al jurado de que es inocente y espero que salga libre".
En la apelaci¨®n al Tribunal Supremo logr¨® convencer a los siete magistrados con una t¨¢ctica muy calculada. "Lo que un abogado tiene siempre que conseguir es que los jueces que se leen el caso por primera vez acaben pensando 'algo est¨¢ mal aqu¨ª, hay algo que no concuerda en esta sentencia'. Primero les present¨¦ una narraci¨®n de los hechos para que sintieran que algo estaba mal y luego me asegur¨¦ de que vieran uno a uno todos los errores del caso".
Los jueces del Supremo apoyaron su decisi¨®n en tres pruebas inadmisibles dadas por v¨¢lidas durante el primer proceso: los prejuicios de los fiscales y los del detective principal, que dijo que Mart¨ªnez era culpable, as¨ª como transcripciones manipuladas de partes ininteligibles de una cinta de v¨ªdeo incriminatoria.
Ahora, el caso de Mart¨ªnez comienza "desde cero". Los fiscales tendr¨¢n que volver a acusarle y pueden usar nuevas pruebas y testimonios, o los mismos. Y la defensa, de la que formar¨¢ parte Ruben, igualmente prepara un caso con nuevas pruebas. Puede que el mismo juez se encargue del caso, pero no es tan seguro que sea el mismo fiscal, ya que ha ascendido de categor¨ªa y es subdirector de la Fiscal¨ªa General de Florida.
"Tenemos mucho trabajo por delante", subraya Raben. "Hay varias pruebas de la fiscal¨ªa", explica, "que el abogado que le represent¨® en el primer juicio nunca objet¨®". Por ejemplo, se?ala Raben: "Tres d¨ªas antes del fin del juicio presentaron dos testigos sorpresa que alegaron haberle visto con un malet¨ªn de marihuana". Y tambi¨¦n se admiti¨® el testimonio de otro reo, Gerard Jones, alegando que Joaqu¨ªn le hab¨ªa pagado para que implicara a una tercera persona. Eso prejuici¨® al jurado, que, sin embargo, no supo que Jones se retract¨® despu¨¦s. En medio de la incertidumbre que siempre rodea a una nueva acusaci¨®n, hay un elemento seguro: "Joaqu¨ªn nunca se va a declarar culpable, porque no lo es, s¨®lo para negociar con la fiscal¨ªa un acuerdo extrajudicial".
El ambiente sociopol¨ªtico en que se celebrar¨¢ la causa no es tampoco el mismo que hace tres a?os. En EEUU se ha abierto, por primera vez, un amplio debate nacional sobre la pena de muerte. Raben est¨¢ en contra de la pena capital. "Mucha gente es ejecutada porque no pudo lograr una buena defensa. Hay un refr¨¢n que dice: 'Usted tiene derecho a la justicia, pero ?cu¨¢nta justicia puede usted pagar?'. Es triste".
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