THE ECONOMIST, "La Bolsa del futuro"
Pocas cosas, aparentemente, pueden ser tan duraderas como la Bolsa de un pa¨ªs. Desde su entrada con columnas y su palpitante parqu¨¦, muestra una solidez institucional capaz de resistirse a las fuerzas del cambio. Pese a todo, la mayor¨ªa de mercados burs¨¢tiles registra turbulencias debido a su pugna por meterse en alianzas y fusiones, por defenderse de los competidores electr¨®nicos o simplemente por sobrevivir. Hasta Nueva York, la mayor de todas ellas, est¨¢ preocupada. (...) Dos fuerzas externas se han conjugado para crear esa situaci¨®n. La primera es electr¨®nica, dado el creciente poder de los ordenadores y la difusi¨®n de Internet, que han hecho las transacciones burs¨¢tiles m¨¢s f¨¢ciles y baratas. Como consecuencia, se ha acrecentado la presi¨®n sobre los intermediarios (...) para que recorten los costes, y ha llegado la competencia en forma de mercados completamente electr¨®nicos. La segunda fuerza es el deseo cada vez mayor de inversores, empresas y bancos de negocios de ir m¨¢s all¨¢ de las fronteras nacionales (...). Esto es m¨¢s visible en Europa, donde la llegada del euro ha dejado fuera de lugar la noci¨®n de bolsas nacionales independientes. El objetivo m¨¢s ambicioso (...) consiste en ir hacia un mercado de acciones de las principales empresas de 24 horas al d¨ªa. (...) Un problema que se puede plantear a largo plazo es el riesgo de monopolio que puede ejercer un ¨²nico y global mercado de valores. As¨ª como la rivalidad entre la Bolsa de Nueva York y el Nasdaq ha beneficiado a la econom¨ªa norteamericana, ser¨ªa muy adecuada para todos la existencia de dos mercados globales en vez de contar con un solo.Londres, 17 de junio
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