?Reforma o vuelco?

Sin hablar en ning¨²n momento de financiaci¨®n, la ministra de Educaci¨®n, Pilar del Castillo, se ha estrenado en el Parlamento desgranando un amplio cat¨¢logo de iniciativas educativas, entre las que hay algunas razonables, otras pol¨¦micas y otras simplemente no evaluables por exceso de vaguedad. La reforma de las cuatro grandes leyes educativas (las no universitarias LODE, LOGSE y LOPEG y la universitaria LRU) en los pr¨®ximos dos a?os y un plan de humanidades consensuado con las comunidades aut¨®nomas para diciembre son, a falta de mayores precisiones, los cambios de mayor alcance.Se trata de un programa de reformas que apunta a todo el espectro educativo. Por ello, habr¨ªa sido de desear una mayor concreci¨®n. La ministra deber¨ªa haber avanzado al menos las l¨ªneas generales de su reforma o haber esperado alg¨²n tiempo. Su propuesta es dar un vuelco nada menos que a los principios del sistema educativo, para cuya aprobaci¨®n se requiri¨® un gran esfuerzo y consenso social. Del Castillo plantea la redefinici¨®n de los contenidos comunes de la educaci¨®n secundaria obligatoria (ESO), un refuerzo de las materias troncales (lengua, matem¨¢ticas e idiomas) unido al recorte de las asignaturas optativas, la separaci¨®n de alumnos por rendimiento en el ¨²ltimo tramo de la ESO y el aumento de las repeticiones de curso. Tambi¨¦n deja ver una antigua idea de su predecesor Rajoy de desviar a la formaci¨®n laboral a los alumnos de ESO que no alcancen unos objetivos m¨ªnimos.

De momento, la ministra de Eduaci¨®n se ha limitado a enunciar sus prop¨®sitos y a perfilar su agenda, pero sin concretar detalles y obviando cualquier referencia al cap¨ªtulo econ¨®mico, fundamental en cualquier reforma educativa. Las reacciones no se han hecho esperar. Aun concedi¨¦ndole cierto margen de confianza, la mayor¨ªa de las formaciones parlamentarias no ha ocultado su escepticismo sobre la posibilidad de que pueda hacer realidad algunos de sus prop¨®sitos pronto y con la bendici¨®n de todos.

Medidas como la divisi¨®n de los alumnos de secundaria obligatoria por rendimiento suenan a viejos prop¨®sitos del PP que ya esboz¨® Rajoy y que posiblemente acabar¨¢n en el mismo dique seco. Los socialistas y los nacionalistas catalanes y vascos han anunciado ya su oposici¨®n tajante ante cualquier medida que rompa la igualdad de oportunidades educativas que la LOGSE otorga a los alumnos de toda condici¨®n hasta los 16 a?os, en l¨ªnea con el resto de la UE. Ven peligrar ese equilibrio con las propuestas de dividir a los alumnos de mejor y peor rendimiento en ramas dentro de los institutos o con la posible salida de los chicos de 14 a 16 a?os que obtengan los peores resultados.

En cuanto al plan de humanidades, la ministra intentar¨¢ el consenso que no logr¨®, por rigidez, su antecesora Esperanza Aguirre. La idea era entonces, y es ahora, contener la tendencia a ignorar, en nombre de las singularidades locales o auton¨®micas, la geograf¨ªa, historia y cultura comunes de los espa?oles. La cohesi¨®n territorial es inseparable de unos conocimientos compartidos, pero no s¨®lo de la historia, que parece ser lo que m¨¢s interesa a los pol¨ªticos, tanto nacionalistas como no nacionalistas. La torpeza con que se llev¨® la iniciativa, en particular en las relaciones con las comunidades aut¨®nomas y la oposici¨®n, no deber¨ªa reproducirse; pero ese antecedente no afecta a lo bien fundado de la reforma, tendente a reforzar la Historia, la Filosof¨ªa y las Lenguas Cl¨¢sicas en la ense?anza obligatoria, de acuerdo con el dictamen elaborado en 1998 por una comision de expertos. La propuesta de reforma supone la modificaci¨®n de los actuales decretos de ense?anzas m¨ªnimas en los tres tramos preuniversitarios.

Del Castillo tiene bien escrita en el cuaderno de bit¨¢cora de su departamento la inutilidad de la furia reformadora a la contra. En consecuencia, har¨¢ bien ci?¨¦ndose a sus propias palabras y comprometi¨¦ndose con el di¨¢logo. Aunque eso le suponga no cumplir con las fechas.