El Ararteko revela importantes carencias en la red asistencial a enfermos mentales cr¨®nicos
a El ararteko, Xabier Markiegi, critic¨® ayer las importantes carencias que sufre la red de asistencia extrahospitalaria encargada de atender a las personas con enfermedades mentales cr¨®nicas. En un informe monogr¨¢fico sobre la atenci¨®n a estos pacientes, Markiegi deplora especialmente la ausencia de recursos para su rehabilitaci¨®n, como centros de d¨ªa y talleres ocupacionales. La falta de estos servicios evidencia, en su opini¨®n, la "insuficiente" voluntad de las instituciones para apostar por una atenci¨®n extrahospitalaria real que supere "la mera declaraci¨®n de principios".
Markiegi entreg¨® su trabajo al presidente del Parlamento, Juan Mar¨ªa Atutxa, y despu¨¦s present¨® las conclusiones m¨¢s interesantes, obtenidas tras entrevistar a 405 personas con trastornos mentales cr¨®nicos, a sus cuidadores y a los profesionales de la atenci¨®n psiqui¨¢trica. El objetivo del informe es analizar globalmente la situaci¨®n actual y las necesidades de las personas con enfermedades mentales cr¨®nicas que viven en Euskadi y de sus familiares m¨¢s directos. As¨ª, el documento analiza cuestiones b¨¢sicas como cu¨¢l es la respuesta institucional que se da a estos pacientes, qu¨¦ colectivos presentan m¨¢s carencias y si son suficientes o no los recursos disponibles.La reforma psiqui¨¢trica iniciada hace 15 a?os y plasmada en la puesta en marcha de peque?os centros de salud mental, alejados del concepto de manicomio manejado hasta entonces, ha ayudado a que los transtornos mentales sean cada vez mejor aceptados y comprendidos. De esta forma, el estigma social que tradicionalmente ha tenido que afrontar el enfermo mental se diluye poco a poco, aunque a¨²n es perceptible. ?ste es el aspecto m¨¢s aplaudido por los colectivos afectados, y as¨ª se resalta en el informe monogr¨¢fico presentado ayer. A partir de ah¨ª, las cr¨ªticas y las recomendaciones a las instituciones se suceden.
Descoordinaci¨®n
En primer lugar, el Ararteko aboga por clarificar las responsabilidades de las diferentes instituciones y de coordinar y desarrollar el espacio sociosanitario. Mientras que la asistencia sanitaria a los enfermos es competencia del Gobierno vasco, la atenci¨®n social (alojamiento, alimentaci¨®n, capacitaci¨®n cultural, integraci¨®n social) corresponde a las diputaciones y los ayuntamientos. Sin embargo, ni la legislaci¨®n sanitaria ni la social establecen mecanismos de coordinaci¨®n, por lo que en la pr¨¢ctica se produce una confrontaci¨®n con claras consecuencias negativas: lagunas de atenci¨®n, prestaciones de las que nadie se responsabiliza, solapamientos, contradicciones, desequilibrios entre servicios, duplicidades,...
Por otra parte, la red asistencial p¨²blica presenta una acusada falta de recursos de cuidados intermedios para la rehabilitaci¨®n, indispensables para poder atender a las personas que salen de los hospitales psiqui¨¢tricos y para complementar las intervenciones realizadas en los centros de salud mental. "Los recursos que hay de este tipo, como centros de d¨ªa, programas de prevenci¨®n, de promoci¨®n de la salud y de empleo o alojamientos surgen de la iniciativa de las asociaciones de enfermos ps¨ªquicos", explic¨® Markiegi, quien inst¨® a las administraciones, sobre todo en lo relativo a los servicios sociales, a hacerse cargo de esta competencia o a financiar a las asociaciones que trabajan en este campo.
Los datos que ofrece el informe son concluyentes: en Euskadi existen 315 plazas en centros de rehabilitaci¨®n psicosocial, cuando lo ¨®ptimo son, al menos, 360 atendiendo al total de poblaci¨®n; hay 126 plazas en centros de rehabilitaci¨®n laboral, cuando se necesitan 252, y existen otras 126 en pisos supervisados, la mitad de las precisas.
Incluso en relaci¨®n a los servicios m¨¢s extendidos y con mayor cobertura y utilizaci¨®n, como los centros de salud, existe un "gran n¨²mero de quejas" por parte de los diferentes colectivos: saturaci¨®n, escaso tiempo de dedicaci¨®n a los pacientes, cambios en el personal y, por tanto, en la continuidad de la relaci¨®n, excesivo uso de psicof¨¢rmacos, reducci¨®n de las intervenciones de rehabilitaci¨®n y escasa dedicaci¨®n al autoapoyo y a las familias.
Apoyo a las familias
Markiegi defendi¨® la necesidad de que las administraciones apoyen econ¨®micamente a las familias con enfermos mentales y regulen ayudas peri¨®dicas a las asociaciones que las representan sin que est¨¦n sujetas a la coyuntura, como ocurre ahora. La mayor¨ªa de los pacientes viven con sus familias.
Se estima en unas 8.000 las personas que forman parte de diferentes agrupaciones de afectados, lo que refleja un mundo asociativo notablemente desarrollado y muy diverso. "Las familias y asociaciones asumen la prestaci¨®n de servicios, a veces, en condiciones precarias. Las instituciones tienen que apoyar con programas y servicios de respiro, asistencia domiciliaria y ayudas econ¨®micas", puntualiz¨® el Ararteko.
El informe descubre un colectivo con especiales problemas de atenci¨®n: los ni?os con trastornos psiqui¨¢tricos. En este campo s¨®lo trabajan la mitad de los psiquiatras que ser¨ªan necesarios.
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