CIRUG?A El futuro de los trasplantes est¨¢ en los animales
"El futuro de los trasplantes de coraz¨®n" y de otros ¨®rganos vitales "est¨¢ en la producci¨®n de animales transg¨¦nicos cuyos tejidos sean compatibles con los de la especie humana. Si el logro tiene ¨¦xito, el trasplante de coraz¨®n ser¨¢ la mejor soluci¨®n" para el paciente de enfermedades cardiacas y cardiovasculares, y una opci¨®n preferible a la "operaci¨®n mediante by-pass". Este pron¨®stico lo hizo el pasado viernes en Oviedo el cirujano surafricano Christian Barnard -que realiz¨® en 1967, en Ciudad del Cabo, el primer trasplante de coraz¨®n en el g¨¦nero humano- durante su intervenci¨®n en el acto de clausura de la XV Reuni¨®n Nacional de Coordinadores de Trasplantes. Mientras lo dec¨ªa, Barnard puls¨® el mando a distancia para que en la pantalla donde hasta entonces hab¨ªa exhibido gr¨¢ficas, estad¨ªsticas y fotograf¨ªas de intervenciones quir¨²rgicas pasadas, apareciese el prometedor futuro que nos aguarda: la imagen de un cerdo ataviado con muy modernas gafas de sol en el momento en que saborea un cigarrillo con filtro. He ah¨ª nuestro futuro donante.
Barnard cree que la "manipulaci¨®n gen¨¦tica de animales" para dotarlos de caracter¨ªsticas que permitan utilizarlos como proveedores de ¨®rganos vitales para el ser humano es la alternativa m¨¢s esperanzadora para superar "la escasez de donantes" que con mayor o menor gravedad hay actualmente en todos los pa¨ªses. "Nuestros problemas hoy son los mismos que exist¨ªan hace 30 a?os, cuando hicimos los primeros trasplantes de coraz¨®n: carencia de ¨®rganos y factores de rechazo".
El premio Pr¨ªncipe de Asturias de Investigaci¨®n Cient¨ªfica y T¨¦cnica 1999, Enrique Moreno, jefe del servicio de Cirug¨ªa del Aparato Digestivo y de Trasplantes de Organos del Hospital 12 de Octubre, de Madrid, y especialista en trasplante hep¨¢tico, sostuvo que el injerto heter¨®logo, con ¨®rganos procedentes de otras especies, debe ser "una investigaci¨®n cautelosa y muy respetuosa".
En el caso del h¨ªgado, la morfolog¨ªa m¨¢s similar a la del hombre es la del chimpanc¨¦, pero record¨® que cuando en septiembre de 1970 se hizo en Denver (Colorado, EE UU) el primer trasplante de h¨ªgado de un simio a un ser humano, el receptor falleci¨® a los 21 d¨ªas. "Fue quiz¨¢ un intento muy prematuro", dice Moreno.
En todo caso, se?al¨®, los 89 intentos posteriores con chimpanc¨¦s que se han llevado a cabo desde entonces en el mundo tampoco tuvieron ¨¦xito. Pero la esperanza existe y, al igual que Barnard, el especialista espa?ol sostiene: "Quiz¨¢ cuando avancen los estudios gen¨¦ticos e inmunol¨®gicos, puedan utilizarse otras especies".
La carencia de donantes sigue siendo un problema capital tambi¨¦n en el trasplante hep¨¢tico, agreg¨® Moreno, y mientras se resuelve y pone a punto la utilizaci¨®n de ¨®rganos procedentes de otros mam¨ªferos, el premio Pr¨ªncipe de Asturias de Investigaci¨®n cree que, en el caso de las enfermedades hep¨¢ticas, la soluci¨®n tiene que residir necesariamente en el trasplante de donantes vivos.
El h¨ªgado es un ¨®rgano con gran capacidad de regenerarse y, por tanto, debido a la falta de ¨®rganos completos procedentes de donantes fallecidos, la cirug¨ªa abre la posibilidad de efectuar donaciones parciales de h¨ªgado -h¨ªgados reducidos- o bien de utilizar fragmentos de un solo ¨®rgano para dos receptores, una t¨¦cnica que se denomina split. Asimismo, en este tipo de trasplante, tambi¨¦n es posible utilizar la parte sana de un h¨ªgado enfermo.
En Espa?a, dijo Moreno, pese a que es uno de los pa¨ªses m¨¢s generosos en lo que se refiere a donaciones, sigue falleciendo el 8% de los enfermos que hay en lista de espera para recibir un h¨ªgado. Esto ocurre pese a que en los ¨²ltimos a?os se est¨¢n utilizando, y "con resultados cada vez mejores", tipolog¨ªas de donantes hasta ahora considerados "marginales", por sus caracter¨ªsticas cl¨ªnicas o por su edad avanzada.
Lo cierto es que los injertos de h¨ªgados procedentes de nonagenarios en personas m¨¢s j¨®venes han dado buen resultado. "Hace a?os era impensable que esto pudiera ocurrir porque se era muy estricto en la idea de que el donante no pod¨ªa superar los 40 a?os", afirm¨® Moreno.
Pese a ello, la necesidad de ampliar el universo de donaciones se mantiene: "Estamos buscando donantes vivos. La sociedad debe entender este mensaje para salvar la vida de ese 8% de enfermos que fallece mientras espera un ¨®rgano", se?al¨® este especialista.
El primer trasplante con donante vivo en adultos se realiz¨® en Espa?a en 1995, pese a lo cual s¨®lo se han efectuado dos hasta ahora. En el mundo se han llevado a cabo ya unas 180 operaciones de este tipo, excepto en Jap¨®n, donde no se acepta el concepto de muerte cerebral, se?al¨® Moreno.
El premio Pr¨ªncipe de Asturias de Investigaci¨®n reconoce que el trasplante con donante vivo plantea problemas de ¨¦tica, pero llam¨® la atenci¨®n de que, mientras se acepta conm¨²nmente la donaci¨®n de uno de los ri?ones, existe mayor reserva a hacerlo con una parte del h¨ªgado, lo cual, en su opini¨®n, obedece a la "creencia ancestral de que el h¨ªgado es un ¨®rgano muy l¨¢bil, cuando no es as¨ª porque es el que mejor responde a la agresi¨®n y a la infecci¨®n".
No obstante, Espa?a no s¨®lo es, a juicio de Moreno, una de la sociedades "m¨¢s solidarias" en materia de donaciones, sino que "la organizaci¨®n nacional [de trasplantes] es mejor que en otros pa¨ªses", y "los m¨¦dicos y cirujanos espa?oles son tan buenos o mejores que los de cualquier otro pa¨ªs", por lo que, en su opini¨®n, "la sociedad espa?ola puede estar tranquila".
Barnard, que se retir¨® de la pr¨¢ctica cl¨ªnica en 1980 despu¨¦s de haber realizado alrededor de 140 trasplantes de coraz¨®n -desde entonces se ha dedicado a la investigaci¨®n en Sur¨¢frica, Europa y Estados Unidos-, est¨¢ persuadido de que el objetivo capital de la medicina no es tanto "prolongar la vida" del enfermo como "mejorar su calidad de vida".
El cirujano surafricano lleg¨® a esta convicci¨®n tras su segundo trasplante de coraz¨®n. El primer paciente falleci¨® a los 18 d¨ªas por una infecci¨®n en una pierna que no se le hab¨ªa detectado. "Cometimos un error", dijo Barnard. La infecci¨®n se extendi¨® y el enfermo desarroll¨® una neumon¨ªa. El segundo trasplantado aguardaba entrar en el quir¨®fano cuando se enter¨® de la muerte del primer paciente. Sin embargo, acept¨® el riesgo. Aunque falleci¨® un a?o m¨¢s tarde, pocos d¨ªas antes del ¨®bito un reportero le pregunt¨® si estaba contento de haber vivido un a?o m¨¢s y el trasplantado asegur¨® que de lo que estaba feliz era de vivir mejor y de poder respirar. El s¨¦ptimo paciente al que someti¨® a este tipo de operaci¨®n logr¨® vivir 23 a?os con el coraz¨®n de otra persona y falleci¨® finalmente a causa de una diabetes.
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