Tiempos dif¨ªciles para la ense?anza p¨²blica MARGARITA GARC?A SEBASTI?N
La autora considera insuficientes las medidas impulsadas por Ense?anza respecto a la ESO y pide un an¨¢lisis a fondo de la aplicaci¨®n de la reforma
En estos d¨ªas se anuncian unas cuantas medidas que prepara el Departamento de Ense?anza en relaci¨®n con la ense?anza secundaria. Con independencia de su alcance o de su efectividad, parece positivo que, por lo menos, se haya abierto el debate p¨²blico sobre los problemas de aplicaci¨®n de la reforma educativa y que los responsables pol¨ªticos de la ense?anza en Catalu?a comiencen a reconocer que algo no funciona. Pero inmediatamente hay que decir que los problemas del sistema educativo son demasiados y demasiado importantes para pensar que se resuelven con medidas correctoras de tan poca sustancia como las anunciadas.Si nos atenemos a las grandes declaraciones o a las propuestas electorales, nada deber¨ªa ser m¨¢s importante que la pol¨ªtica educativa. Y ser¨ªa natural que, m¨¢s all¨¢ de los lugares comunes y de los discursos, a veces huecos, sobre la importancia de la educaci¨®n, sus retos de futuro o su necesaria adaptaci¨®n a los nuevos tiempos o a las nuevas t¨¦cnicas, las fuerzas pol¨ªticas y sociales delimitaran sus posiciones sobre los problemas reales de la ense?anza aqu¨ª y ahora. En ese sentido, al menos para la gran mayor¨ªa de los que estamos en las aulas de la ense?anza p¨²blica, existen dos problemas de fondo que se deber¨ªan abordar si existe realmente alg¨²n inter¨¦s por mejorar la ense?anza en Catalu?a: los derivados de la concepci¨®n y aplicaci¨®n de la LOGSE y el actual sistema de conciertos, que est¨¢ conduciendo a la degradaci¨®n de la ense?anza p¨²blica.
La primera afirmaci¨®n no trata de poner en cuesti¨®n un hecho tan obvio como que es necesaria la escolarizaci¨®n hasta los 16 a?os. Pero la preocupaci¨®n por la escolarizaci¨®n no deber¨ªa habernos hecho olvidar la preocupaci¨®n por la ense?anza porque en el nuevo modelo han primado los objetivos asistenciales por encima de los educativos. Admito que es mucho m¨¢s barato escolarizar que ofrecer una ense?anza adecuada al cien por cien de la poblaci¨®n en edad escolar. Para lo primero s¨®lo se necesita legislar la permanencia de todos los j¨®venes hasta los 16 a?os en la escuela. Para lo segundo se necesita conocer y aceptar las enormes diferencias de capacidad e inter¨¦s del alumnado y ofrecer un sistema variado, d¨²ctil y con enormes recursos que pueda no dar a todos lo mismo, sino a cada cual lo que necesita.
Muchos creemos que en m¨¢s de 10 a?os de experimentaci¨®n deber¨ªa haberse hecho una evaluaci¨®n rigurosa, deber¨ªan haberse abandonado los fundamentalismos, deber¨ªa haberse escuchado m¨¢s a los profesores y menos a los expertos, y as¨ª no habr¨ªa que reformar lo reci¨¦n implantado. Pero como en tantas otras cosas s¨®lo el clamor ya generalizado del profesorado y la evidencia de los problemas obliga a las autoridades educativas a volver la vista hacia la realidad. Y la realidad nos dice que la LOGSE no ha introducido mejoras sustanciales en el sistema educativo, no ha reducido los ¨ªndices de alumnos que no aprueban sus estudios secundarios, no ha contribuido a mejorar el nivel de conocimientos de la mayor¨ªa del alumnado, ha jibarizado el Bachillerato a dos a?os a todas luces insuficientes, ha desmantelado una excelente Formaci¨®n Profesional p¨²blica y no ha solucionado el acceso a los estudios profesionales de quienes no superan la ESO.
Podr¨ªamos tambi¨¦n analizar el caos que ha provocado en Catalu?a, so pretexto de una supuesta autonom¨ªa de los centros, el hecho de que cada uno de ellos organice su plan de estudios y su sistema de evaluaci¨®n, situaci¨®n penosa que dificulta o imposibilita el traslado de centro de los alumnos, introduce graves diferencias en la oferta escolar y en la evaluaci¨®n de su rendimiento acad¨¦mico y desborda a profesores y equipos directivos. Pero hay problemas todav¨ªa m¨¢s graves, y el esencial es el hecho de obligar a mantener a todos los alumnos en la misma v¨ªa hasta los 16 a?os. Desde luego, es un sistema barato, pero inviable. A partir de un nivel elemental de conocimientos, existen distancias considerables en la capacidad, el inter¨¦s o el esfuerzo entre el alumnado, por lo que deben abrirse caminos diferentes para quienes se orientan claramente por continuar hacia el Bachillerato y quienes lo hacen hacia estudios profesionales. Por no hablar de los alumnos que por diversas razones necesitan una educaci¨®n especial que les permita superar las causas de su diferencia. Forzar a un solo camino, ofrecer una sola salida, genera frustraci¨®n y violencia en los que no se adaptan, retraso en otros y desesperaci¨®n en quien intenta a todos ense?ar.
En pocas palabras: hay que revisar casi todo y corregir los errores e insuficiencias a partir de un an¨¢lisis riguroso y desapasionado de los resultados. Y sobre todo, abandonar la concepci¨®n del sistema escolar en Secundaria como una guarder¨ªa para menores de edad. Para ello debe tenerse presente que en la escuela se educa ense?ando y aprender requiere esfuerzo y el sistema escolar debe incentivar, valorar y premiar ese esfuerzo. Y los poderes p¨²blicos y la sociedad en general deben inculcar a los j¨®venes que la escuela no es un lugar a donde ir, sino el lugar donde aprender. Por ¨²ltimo, debe abandonarse la concepci¨®n del profesor como cuidador, guardi¨¢n o educador exclusivo de los adolescentes. Debe reconocerse y respetarse su papel como maestro que conduce y dirige el siempre complicado camino del conocimiento y no pedirle menos ni encomendarle m¨¢s. Esa es la funci¨®n de la escuela, la ¨²nica espec¨ªfica. Sin ella, la escuela pierde su sentido y pierden el sentido todos los que est¨¢n en ella.
En Catalu?a, esta situaci¨®n se agrava y complica en la ense?anza p¨²blica, debido a que el actual sistema de conciertos ha supuesto en la pr¨¢ctica que sea la escuela p¨²blica la que est¨¦ ejerciendo de manera preferente ese papel asistencial. Pero esto es harina de otro costal y materia para otro art¨ªculo.
Margarita Garc¨ªa Sebasti¨¢n es profesora de IES. Miembro de la Associaci¨® de Professors de Secund¨¤ria en Defensa de l'Ensenyament P¨²blic (Plataforma del Vall¨¨s).
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