El PSOE amenaza con hablar de las "amigas" de Ruiz-Gallard¨®n para replicar los ataques a Almeida
El presidente de la Comunidad, Alberto Ruiz-Gallard¨®n, asegur¨® ayer que la presidenta del grupo PSOE-Progresistas en la Asamblea de Madrid, Cristina Almeida, no es qui¨¦n para evaluar la calidad de la televisi¨®n madrile?a. El jefe del Ejecutivo cit¨® los programas en los que ha intervenido la diputada y se pregunt¨® si eso es lo que ella denomina "programas de calidad" y "se?as de identidad" de una televisi¨®n p¨²blica. En respuesta, el PSOE-Progresistas, a trav¨¦s de Helena Almaz¨¢n, portavoz adjunta, amenaz¨® con hablar de la vida privada de Ruiz-Gallard¨®n y "de sus amigas".
La sesi¨®n de ayer pas¨® de la televisi¨®n p¨²blica a la vida privada. Del parlamentarismo, a la amenaza. Del debate, a la gresca. Una pregunta de Almeida sobre "la degradaci¨®n que se est¨¢ produciendo en la programaci¨®n de Telemadrid" devino en una disputa que luego continu¨® en los pasillos con amenazas de los socialistas de "hablar de la vida privada" del presidente madrile?o. Y con un tajo rematando la faena: sacarle a relucir a Ruiz-Gallard¨®n "sus amigas". ?De qu¨¦ amigas se hablaba? Helena Almaz¨¢n, portavoz adjunta del grupo socialista, revel¨® por d¨®nde pueden ir los tiros: "Basta con rastrear las hemerotecas para poder hablar del certificado de buena conducta que expendi¨® para que Mar Flores pudiera obtener [en 1997] la custodia de su hijo" en su proceso de divorcio. De noche, en la cadena SER, la diputada socialista pidi¨® disculpas al presidente y a su esposa por las alusiones, "mal entendidas", a las amigas de Ruiz-Gallard¨®n.
Todo empez¨® cuando, a la pregunta de Almeida y a su exigencia de que en Telemadrid se hiciera una televisi¨®n de calidad, el presidente madrile?o, tras dar datos de que las cosas estaban mejor que con los socialistas, se lanz¨® a enumerar algunos de los programas en los que Almeida ha participado.
Ruiz-Gallard¨®n mostr¨® ayer una crudeza especial para descalificar las apariciones televisivas de Almeida. Fueron largos minutos de abrir la herida y llenarla con la sal del sarcasmo: "Cuando usted sale en una televisi¨®n cantando Si yo tuviera una escoba, ?es eso una televisi¨®n de calidad? ?Son se?as de identidad de una televisi¨®n de calidad que vaya usted a Cr¨®nicas marcianas con el ¨ªnclito padre Apeles? Y cuando Apeles va solo, ?ya es telebasura?" Y a partir de ah¨ª, Ruiz-Gallard¨®n cit¨® programa tras programa: Los comunes, Sabor a ti, En casa con Rafaela, Me lo dijo P¨¦rez -advirti¨® al portavoz de IU, ?ngel P¨¦rez, de que no era una indirecta-, Locos de atar, Humor cinco estrellas, La sonrisa del pel¨ªcano... Con cada uno de los programas -cit¨® m¨¢s- preguntaba si eso era calidad. "?Lo suyo era calidad, y cuando usted no est¨¢, ya no lo es?", inquir¨ªa. Y Ruiz-Gallard¨®n hasta involucr¨® a su propia esposa, Mar Utrera, contando c¨®mo se hab¨ªan divertido vi¨¦ndola en estos programas. Que se hab¨ªan re¨ªdo mucho. Y que incluso su esposa le recomend¨®: "?C¨®mo te vas a meter con Cristina, con lo simp¨¢tica que est¨¢?" Y as¨ª, sin parar. Todo para soltar una invectiva final al insinuar que lo que quer¨ªa Almeida era que Ruiz-Gallard¨®n pidiera al director de Telemadrid que la dejara participar en T¨®mbola.
Pero insinuaciones hubo, luego, por parte de todos. Y el debate adquiri¨® tintes de mercado de barrio cuando los socialistas contraatacaron amenazando con sacar a relucir la vida privada del presidente madrile?o. Bien es verdad que la portavoz adjunta del PSOE-Progresistas, Helena Almaz¨¢n, justific¨® sus advertencias en que hab¨ªa sido Ruiz-Gallard¨®n quien hab¨ªa roto la tradici¨®n de la C¨¢mara de no entrar en cuestiones personales.
El presidente se hab¨ªa referido a la periodista Cristina T¨¢rrega y a la actriz Bib¨ª Andersen, trasuntos extra?os e inexplicables de diputados de la Asamblea, cuando cont¨® c¨®mo Almeida hab¨ªa aceptado hacer un remedo de Parlamento en una televisi¨®n en el que ambas personalidades eran las parlamentarias de mentira.
Nadie entr¨® en el debate de fondo: la calidad o no de la televisi¨®n. Ni en la raz¨®n o no que tuviera la diputada al reclamar un canal que abogara por valores de cultura y convivencia. Todo se diluy¨® en la gresca. Ruiz-Gallard¨®n dio algunos datos que se perdieron entre la borrasca: que hab¨ªa aumentado el tiempo dedicado a los informativos en Telemadrid y que el endeudamiento se hab¨ªa reducido en casi 6.000 millones. A ning¨²n diputado pareci¨® interesarle que cada madrile?o est¨¦ abonado obligatoriamente a Telemadrid por 1.085 pesetas anuales. Cuota, por cierto, m¨¢s barata que la que se pagaba hasta 1992: algo m¨¢s de 3.000 pesetas.
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