Impacto m¨ªnimo

El aumento de producci¨®n de crudo decidido por la OPEP, cuantificado en 708.000 barriles diarios, ha resultado decepcionante para el mercado del petr¨®leo. El precio permanece enquistado en torno a los 30 d¨®lares por barril y los mercados parecen entender, quiz¨¢ con algo de raz¨®n, que la decisi¨®n del cartel petrolero se limita a legalizar el exceso de producci¨®n de aquellos pa¨ªses que simplemente colocan en el mercado m¨¢s petr¨®leo del que podr¨ªan distribuir por las cuotas que tienen asignadas. As¨ª que a corto plazo no se aprecian razones para que baje el precio, aunque analistas y expertos parecen haberse puesto de acuerdo en considerar que a mediados de julio puede inciarse un descenso apreciable.El problema del precio del crudo, de tan graves consecuencias en la inflaci¨®n de Europa y Estados Unidos, no es solamente una cuesti¨®n de producci¨®n de la OPEP; tambi¨¦n se debe a un aumento desmesurado de la demanda de petr¨®leo y de gasolina en los pa¨ªses industrializados, con menci¨®n especial para Estados Unidos, que consume m¨¢s del 30% de la gasolina mundial, y tambi¨¦n de los baj¨ªsimos niveles en las reservas de gasolinas de los pa¨ªses consumidores, de nuevo con menci¨®n especial para la primera potencia mundial. Cuando el consumo se modere, los precios tender¨¢n a bajar hacia la banda de 25 a 28 d¨®lares por barril.

No es dif¨ªcil vaticinar que esta resistencia del precio del petr¨®leo a bajar sustancialmente de los 30 d¨®lares tendr¨¢ consecuencias muy negativas para los precios, al menos durante los dos pr¨®ximos meses. En el caso espa?ol, se trata, adem¨¢s, de acometer la tarea de flexibilizar las redes de distribuci¨®n y los canales de suministro de las operadoras a las estaciones de servicio para aliviar el efecto del encarecimiento del crudo sobre la inflaci¨®n.

El hecho de que la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n haya anunciado una investigaci¨®n sobre las posibles pr¨¢cticas de acuerdo de precios entre las operadoras y que el Tribunal de Defensa de la Competencia haya puesto en marcha varios expedientes para determinar si hay colusi¨®n entre las petroleras, demuestra que la sensibilidad social y pol¨ªtica hacia el problema se est¨¢ situando en el grado que merece.