Miquel Navarro monta en una isla de Venecia su 'Ciudad muralla'
El artista organiza con 3.000 piezas "una propuesta in¨²til, racional y fant¨¢stica"
El artista valenciano Miquel Navarro (Mislata, 1945) ha montado en la isla de San Giorgio Maggiore, de Venecia, su m¨¢s compleja y extensa ciudad. Como exposici¨®n paralela a la Mostra Internacional de Arquitectura, la Ciudad muralla presenta "el orden y el desorden" a trav¨¦s de unas 3.000 piezas de aluminio y de cinc en una superficie de 180 metros cuadrados. "Lo m¨ªo es una propuesta in¨²til, un poema", declara el escultor.
La Bienal de Venecia invit¨® a Miquel Navarro a participar con una de sus ciudades dentro de un programa paralelo a la s¨¦ptima Mostra Internacional de Arquitectura. El tema de esta edici¨®n, abierta hasta octubre en los jardines de Castello y en los espacios industriales del Arsenal, es Ciudad, m¨¢s ¨¦tica, menos est¨¦tica. El escultor trabajaba en ese momento en el proyecto de su Ciudad muralla, que presentar¨¢ en la primavera de 2001 en la galer¨ªa Marlborough de Nueva York. Es una ciudad que puede llegar a ocupar 500 metros cuadrados, con piezas de hasta cuatro metros y medio de altura.La exposici¨®n de la Ciudad muralla se presenta en la Fundaci¨®n Giorgio Cini, organizada por el Consorcio de Museos de la Comunidad Valenciana, con el arquitecto Manuel Blanco como comisario. En la isla de los cipreses, frente a la plaza de San Marcos (vaporetto n¨²mero 82), se levanta la iglesia de San Giorgio Maggiore, construida por Andrea Palladio en el siglo XVI, con cuadros de Tintoretto, y a su lado la Fundaci¨®n Cini. La sala Carnelutti se ha transformado en la Ciudad muralla de Miquel Navarro, con unas 3.000 piezas a lo largo de un rect¨¢ngulo de 30x6 metros. A la apertura de la muestra asistieron el ministro de Fomento, Francisco ?lvarez-Cascos, y la directora general de Promoci¨®n Cultural de la Generalitat Valenciana, Consuelo C¨ªscar.
"Mi ciudad es diferente a las proyectadas por arquitectos. No hago cr¨ªticas ni an¨¢lisis; es una met¨¢fora, un deseo, una cuesti¨®n l¨ªrica, una propuesta in¨²til. He visto en la bienal que los arquitectos se pasan al terreno de la pl¨¢stica, con la presentaci¨®n de sus ciudades a trav¨¦s de instalaciones, pero sin la potencialidad del artista. Es un aspecto interesante pero no retoma la arquitectura como profesi¨®n", declara Miquel Navarro.
El escultor dice que ha hecho "la ciudad de siempre" pero m¨¢s ambiciosa y con un toque de naturalismo, al incluir un trozo descriptivo, un cementerio, que se identifica con l¨¢pidas de enterramientos hebraicos o musulmanes. Tambi¨¦n presenta una primera zona m¨¢s expresionista, con formas que recuerdan a artistas de principio de siglo. "La geometr¨ªa est¨¢ rota. Necesitaba de lo irregular para dar una idea global de un cuerpo, de un todo de la ciudad, como ocurre tambi¨¦n con un espacio constructivista, con un conjunto de pedazos tipo Malevich".
Navarro se?ala que la ciudad se amuralla a s¨ª misma, con el conjunto de calles, laberintos y edificios. La Ciudad muralla tiene unas gu¨ªas, "por donde va el agua, el fluido humano, el tiempo", y unas largas torres, "elementos tot¨¦micos, arquitectura del poder, elementos f¨¢licos o metaf¨ªsicos". Incluso se levanta un campanile, pensado antes de conocer la laguna veneciana. Para el artista, su ciudad es una mezcla de orden y de desorden, es al mismo tiempo "una ciudad racional y un poco fant¨¢stica, que produce intranquilidad, con sentido de juego e iron¨ªa muy sutil". Tambi¨¦n cree que el "elemento sacro" se potencia en el montaje de la Fundaci¨®n Cini, una isla verde frente a la plaza de San Marcos. "La ciudad est¨¢ cerca de un lugar sagrado y desde la isla se ve San Marcos como una ciudad peque?a. Una ciudad dentro de otra ciudad".
Babelia
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