El tipo que disimulaba sus sentimientos

Peter era un tipo que siempre quer¨ªa disimular sus sintimientos. Por eso no era para nada como parec¨ªa. Su timidez s¨ª era de verdad, pero mucha gente lo interpretaba como altivez. Era tan t¨ªmido, tan t¨ªmido, que no quer¨ªa demostrar su car¨¢cter humilde. Hablar bien de los muertos es lo m¨¢s f¨¢cil del mundo y a m¨ª me fastidia, pero Dubo ten¨ªa un coraz¨®n que no le cab¨ªa en el cuerpo. Si le dabas afecto te lo devolv¨ªa. Pero ten¨ªas que insistir. Tu le dabas mucho y ¨¦l te devolv¨ªa un cacho.Era tan instintivo en la vida como en el f¨²tbol. Ingenioso. Leal y fiel a m¨¢s no poder. En la primera reuni¨®n que tuve con ¨¦l, cuando llegu¨¦ al Oviedo, le habl¨¦ m¨¢s duro que hab¨ªa hablado nunca a nadie. Le destroc¨¦ el primer d¨ªa. Me llegan a decir a m¨ª lo que le dije y le sacudo un guantazo o le denuncio a la Guardia Civil. Estuvo 15 d¨ªas sin hablarme y despu¨¦s, durante meses, mir¨¢ndome de reojo, con esa mirada bajita, como de gato, con una desconfianza tremenda. Quiz¨¢ porque hab¨ªa crecido as¨ª, con desconfianza hacia los entrenadores.

Le costaba, pero cuando se entregaba a alguien, se entregaba para siempre. Lleg¨® un momento en que fue tal el grado de complicidad entre nosotros que todo el mundo me dec¨ªa que parec¨ªa otro. Jug¨® bien, fue disciplinado, comprometido con el equipo y conmigo. Yo jam¨¢s he ido a comer con un futbolista siendo jugador m¨ªo y, sin embargo, lo hice con Peter porque un amigo com¨²n me dijo que lo interpretar¨ªa como un desprecio. No conoc¨ª una persona tan poco materialista como ¨¦l. Ten¨ªa un v¨ªnculo obligatorio con el dinero, pero no era su patr¨®n de vida.

Pese a la jerarqu¨ªa entrenador-futbolista estuve cerca de ¨¦l, y eso que nuestra relaci¨®n empez¨® en un plano de menos diez. Pero ¨¦l apreciaba la sinceridad. Ya hace varias horas que me dijeron que Peter hab¨ªa muerto y todav¨ªa no me hago a la idea de que no podr¨¦ hablar m¨¢s con ¨¦l, como hac¨ªamos muy a menudo durante los ¨²ltimos a?os.

Juan Manuel Lillo, entrenador del Zaragoza, dirigi¨® a Dubovsky en el Oviedo (1996-97).