Corrida sin picadores
Un nuevo tipo de festejo que pronto estar¨¢ incluido en la reglamentaci¨®n. La supresi¨®n de los picadores solamente traer¨¢ ventajas: prejubilaci¨®n de equinos y picadores, eliminaci¨®n de costaladas y cama para todos en los coches de cuadrillas. Se trata de suprimir lo superfluo.La lidia de los dos primeros toros fue de bostezo. Sin embargo, el cuestionario es com¨²n para todos los toros: perdidas las batallas de las puntas y del trap¨ªo, comienza la de las fuerzas; las temibles fieras demuestran enseguida que vienen de la dehesa convenientemente parada y picada; s¨®lo un puyacito que no impide que las res ruede por los suelos con o sin voltereta. Antes, ya han empezado los capotes a volar por lo alto, cuidando al toro.
Tornay / Espartaco, Rivera, Abell¨¢n Toros de Hermanos Tornay, sin trap¨ªo ni fuerza, pero manejables
Espartaco: dos pinchazos, media baja trasera (saludos); estocada desprendida (dos orejas). Rivera Ord¨®?ez: bajonazo muy trasero (saludos con divisi¨®n de opiniones); pinchazo, estocada trasera desprendida (oreja). Miguel Abell¨¢n: estocada desprendida (dos orejas); bajonazo traicionero (oreja). Plaza de toros de Granada. 24 de junio. 8? de feria. Tres cuartos de entrada.
Espartaco, en su primero, se comport¨® aseadamente al tratar de conducir una mortecina embestida, consiguiendo alg¨²n natural aislado de sorprendente longitud.
Rivera veronique¨® rodilla en tierra a una res de endeble embestida; con la muleta no hab¨ªa recorrido ni para medios pases, con lo que fuimos directamente al apartado de adornos, alardes y mantazos.
Miguel Abell¨¢n, que sustitu¨ªa a El Fandi, est¨¢ en edad de merecer, y encontr¨® como mejor reclamo la larga cambiada de rodillas que recet¨® en tres ocasiones primero y en otras como remate de unas ver¨®nicas. Se sent¨® en el estribo, se arrodill¨® despu¨¦s y sigui¨® toreando as¨ª por derechazos y naturales, al hilo del pit¨®n y de cualquier manera. Cerr¨® la faena con rodillazos asusta-viejas que causaron gran conmoci¨®n.
Espartaco, en el cuarto, dando por hecho que no tuvo enemigo, tore¨® con un temple y una quietud que certificaban a un torero veterano y curtido, que pisa el ruedo con autoridad, muchos codos por encima de su oponente. Superioridad aplastante de un aut¨¦ntico maestro, lo que en estos tiempos es muy de agradecer.
Est¨¢n de moda las largas cambiadas, Rivera y Abell¨¢n usaron y abusaron. El toreo natural, que los manuales dicen es por bajo, tuvo que ser brazo en alto en la versi¨®n Rivera. Alcanz¨® los mejores momentos cuando pudo bajar la derecha. Abell¨¢n, con la muleta, hizo de todo, y no todo lo que hizo es digno de menci¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.