Toreros doctores

Dos de los tres novilleros, Estella y El Doctor, son licenciados en Medicina. El primero ha terminado este a?o y toma la alternativa el d¨ªa 1 en Algeciras; el segundo aprob¨® el MIR y trabaja en un hospital granadino. Jos¨¦ Garc¨ªa volvi¨® a La Maestranza despu¨¦s de la grav¨ªsima cogida que sufri¨® en esta plaza hace ahora un a?o. Y volv¨ªa sin haberse vestido de luces desde entonces. Una temeridad o una imperiosa necesidad, qui¨¦n sabe. Lo cierto es que la flauta no son¨® porque era imposible.Bueno, uno y otro deben hacer lo posible por abrirse camino en la medicina, porque como doctores en tauromaquia lo tienen muy dif¨ªcil.

Y es explicable: Estella est¨¢ verde como una lechuga, y con la ambici¨®n perdida. El estudio de los ¨²ltimos meses le habr¨¢ impedido entrenar con asiduidad, y lo que est¨¢ claro es que ¨¦l mismo parece que se ve con m¨¢s futuro como m¨¦dico que como torero. Tendr¨ªa la ilusi¨®n de torear en la Maestranza de Sevilla y la ha cumplido; quiere ser matador y seguro que lo ser¨¢ pero, a partir del lunes, debe comenzar a preparar el MIR.

Sus novillos fueron vulgares, pero no menos que ¨¦l mismo. No domina ni capote ni muleta, ni suertes ni distancias; se ve desbordado en todo momento y su toreo es vulgar.

El Doctor volvi¨® y m¨¢s le hubiera valido no interrumpir la consulta en el hospital. Adopta posturas aflamencadas, pero su cante no tiene profundidad. Baila mucho, pero sin ritmo.

No maneja el capote a pesar de que parece gustarse a s¨ª mismo, y con la muleta en la mano se coloca pinturero, pero su toreo es acelerado y moderno. Se agarra la chaquetilla, torea con la montera calada y de ah¨ª no pasa. En su haber, tres naturales a su primero al final de la faena. Permiti¨® que machacaran a su segundo en el caballo y la faena result¨® larga y tediosa.

Afortunadamente, se libr¨® de la cornada, pero no de una espectacular voltereta al verse sorprendido por su primer novillo a la salida de un capotazo. Recibi¨® una fuerte paliza, pero todo qued¨® en el susto. En conclusi¨®n: que lo que no puede ser, no puede ser, y El Doctor debe seguir pasando consulta en el hospital, que el MIR no lo aprueba todo el mundo y no est¨¢ la vida para jugar con las cosas de comer.

Se desconoce la formaci¨®n adquirida por Gallito de Tarifa en la vida civil, pero en la taurina no ha pasado del cat¨®n. Es joven y a¨²n tiene tiempo de adquirirla, pero no se puede dormir en los laureles, porque su inexperiencia es muy preocupante; tanto, que Sevilla supuso toda una encerrona para el chaval. Se vio desbordado ante sus dos novillos, precavido, sin ideas y sin recursos.