Un musical dirigido por Mario Gas abre la nueva etapa del festival de verano de Barcelona

Noche de gala en el anfiteatro Grec. El esperad¨ªsimo estreno de A little night music, con libreto de Hugh Weeler, m¨²sica y letras de Stephen Sondheim y direcci¨®n esc¨¦nica de Mario Gas, congreg¨® anoche a numerosas personalidades del mundo de la cultura y de la pol¨ªtica en el espect¨¢culo inaugural del Grec. Un estreno de altos vuelos, un gran musical con 20 int¨¦rpretes y 18 m¨²sicos, que marca el cambio de rumbo propiciado por el actual director de festival, Borja Sitj¨¤, que con su nueva orientaci¨®n buscar¨¢ situar el Grec, en las pr¨®ximas ediciones, entre los grandes festivales europeos de teatro.

De momento el actual Grec retoma el pulso de grandes montajes como A little night music y presenta a partir de hoy, martes, los trabajos de algunos grandes directores internacionales como Lev Dodin, Georges Lavaudant o Maurizio Scaparro.Llenazo absoluto. Cerca de 2.000 personas aplaudieron la sucesi¨®n de n¨²meros que se engarzan en una historia plagada de picard¨ªas, pero que arranca con lentitud hasta llegar al enredo de la segunda parte, cuando se produce el encuentro en una misma mansi¨®n, bajo el mismo techo, de maridos, esposas, amantes, enamorados, celosos, vigilantes y, al fin, enga?ados todos. Una historia que Wheeler y Sondheim concibieron a partir de Smiles of a summer night de Ingmar Bergman, inspirada a su vez en Sue?o de una noche de verano de Shakespeare. Si el tr¨ªo familiar formado por Montserrat Carulla, Vicky Pe?a y Miranda Gas - abuela, madre e hija en la realidad y en la ficci¨®n- son la nota simp¨¢tica del espect¨¢culo y tienen algunos de los mejores gags, no hay duda de que son Jordi Boixaderas y M¨®nica L¨®pez los que se llevan, con su comicidad, el gato al agua. Un montaje espectacular que tiene una escenograf¨ªa grandiosa pero aparatosa de Jon Berrondo construida con grandes piezas m¨®viles que van entrando y saliendo de la escena para recrear los diversos espacios de la acci¨®n, habitaciones, jardines y salones. Probablemente la escena mejor resuelta teatralmente y de di¨¢logos m¨¢s acertados en su comicidad sea la de la cena que precede a los m¨²ltiples desenga?os en que termina A little night music. Con este montaje, aplaudido con entusiasmo por el p¨²blico, Mario Gas aborda por segunda vez un musical de Sondheim que, de momento, no parece que vaya a alcanzar el mismo ¨¦xito que Swenney Todd.