Francia se niega a firmar la Declaraci¨®n de Varsovia de apoyo a la democracia

Francia ech¨® un jarro de agua fr¨ªa sobre la apoteosis final de la conferencia Hacia una comunidad de democracias, que concluy¨® ayer, al negarse a firmar la Declaraci¨®n de Varsovia, que aprobaron los otros 107 pa¨ªses participantes. No firm¨® Francia una declaraci¨®n que consagra los derechos democr¨¢ticos b¨¢sicos porque "considera la Declaraci¨®n de Varsovia como la promesa de continuar un debate importante, pero no como un compromiso diplom¨¢tico de los Estados democr¨¢ticos para actuar como un grupo". Todo iba sobre ruedas. Los discursos sobre la democracia y sus bondades se suced¨ªan. Los oradores compet¨ªan a la hora de hablar de las excelencias de la democracia. Entonces, Francia, representada por su ministro de Exteriores, Hubert V¨¦drine, hizo estallar la bomba de su negativa a firmar la declaraci¨®n final. En una nota encabezada por las palabras "Libertad. Igualdad. Fraternidad", el lema de la revoluci¨®n francesa, la misma que consagr¨® la declaraci¨®n de los derechos del hombre y del ciudadano, Francia explica su negativa a sumarse a los restantes 107 pa¨ªses, que suscribieron la llamada Declaraci¨®n de Varsovia.

En la nota aclaratoria de su rechazo, Francia expone: "Existe un consenso sobre el car¨¢cter complejo del proceso de creaci¨®n de condiciones favorables al desarrollo de la democracia. Las particularidades de cada situaci¨®n deben ser tomadas en consideraci¨®n. ?ste no es un asunto que se preste a las generalizaciones". Para Francia, "la conferencia de Varsovia debe ser considerada s¨®lo como el comienzo de un debate y no como un compromiso para un programa de acci¨®n". Por estos motivos, "Francia no desea asociarse a una declaraci¨®n final que no debe ser interpretada por parte de los Estados participantes como un compromiso pol¨ªtico para actuar como grupo en lo que concierne al sost¨¦n de la democracia o la creaci¨®n de nuevos foros".

Por los pasillos de la conferencia, los participantes daban rienda suelta, en riguroso sin micr¨®fonos, a sus interpretaciones m¨¢s o menos libres sobre lo ocurrido. S¨®lo el embajador franc¨¦s en Varsovia, Benoit D'Aboville, no ten¨ªa el menor reparo en exponer los puntos de vista de su pa¨ªs a todo aquel que quisiera escucharlos. Explicaba el diplom¨¢tico la oposici¨®n de Francia a formar un nuevo bloque en la ONU de los pa¨ªses democr¨¢ticos, "algo as¨ª como la conferencia de pa¨ªses isl¨¢micos".

A la objeci¨®n de que Francia se hab¨ªa quedado sola frente a los 107 pa¨ªses restantes, D'Aboville respond¨ªa que eso se deb¨ªa a que no hab¨ªan hecho proselitismo y se limitaron a no aprobar algo por aclamaci¨®n.

Diplom¨¢ticos europeos y ejecutivos de las organizaciones de derechos humanos coincid¨ªan en la interpretaci¨®n que en la negativa a firmar subyace la resistencia de Francia a dejarse uncir bajo el yugo de Estados Unidos, sobre todo con la secretaria de Estado Madeleine Albright como arriera. La conferencia de Varsovia ten¨ªa el tufo casi palpable de un montaje cuyos hilos ha movido Washington. Alg¨²n diplom¨¢tico supone detr¨¢s de la organizaci¨®n de esta conferencia un intento de Estados Unidos de comerle al terreno a la Uni¨®n Europea, sobre todo en el este de Europa. La reacci¨®n de Francia equivale a un golpe en los nudillos a Estados Unidos y Albright, que pronto dejar¨¢ su cargo, pero deja institucionalizada para el futuro la conferencia Hacia las democracias.