Jos¨¦ Gaos, el transterrado.
El 10 de junio de 1969 muere Jos¨¦ Gaos, en el comienzo de este nuevo milenio se cumple el centenario de su nacimiento. No vivi¨® lo que ¨¦l vislumbraba en Espa?a y en su transtierro en la Nueva Espa?a. El d¨ªa de su muerte me visit¨® intempestivamente en mi cub¨ªculo de El Colegio de M¨¦xico. Me hizo varios encargos, y al final una pregunta: "?Zea, usted ha estado varias veces en Europa? ?Ha visitado Espa?a?". "No", le contest¨¦. "?Por qu¨¦?". "?Por usted, no puedo ir a donde usted no puede volver!". Un pu?etazo de enojo en mi escritorio fue su respuesta."?Zea, -me dijo- ¨¦se es mi problema, no suyo! Me va a prometer que en la primera oportunidad que tenga visitar¨¢ Espa?a. ?Con Franco o sin Franco! All¨ª est¨¢ la otra parte de la identidad que usted viene buscando". En 1971 cumpl¨ª mi promesa, me recibi¨® Jos¨¦ Ortega Spottorno, hijo del maestro de mi maestro. En semanas conoc¨ª lo que no hab¨ªa visto en a?os.
?De qu¨¦ identidad me hablaba el maestro? En sus cursos, que segu¨ª por a?os, hablaba sobre el Mediterr¨¢neo, de Grecia, Roma y el Cristianismo que buscaron la integraci¨®n de la diversidad de razas y culturas cuyas tierras ba?aba este mar. Grecia heleniz¨® esas tierras y con Alejandro lleg¨® hasta el extremo Oriente, Roma lo latiniz¨® y salt¨® al otro lado de las coordilleras al Norte, e integr¨® otros diversos pueblos.
Fruto de esta integraci¨®n fue la Pen¨ªnsula ib¨¦rica jud¨ªa, mora y cristiana. Espa?a, al terminar el siglo XV decide imponer el orden que se ha perdido en la disputa entre moros y cristianos. Arag¨®n empieza la lucha por imponer su hegemon¨ªa en el Mediterr¨¢neo. Lucha que culmina con la derrota turca en Lepanto.
La Corona de Castilla y Arag¨®n es convencida por Crist¨®bal Col¨®n para salir del Mediterr¨¢neo y buscar por el Occidente la ruta al extremo Oriente, con los ricos pueblos de la India y Cathay. Marchando por esta ruta marina, Col¨®n tropieza con un continente desconocido que un cart¨®grafo bautiza como Am¨¦rica. Mucha de la gente que sobra en Espa?a, plena de codicia y de lujuria integra su diversidad ¨¦tnica y cultural a la de los pueblos de esas tierras. Los misioneros que les acompa?an destacan y defienden la humanidad de esos habitantes y los integran a la propia.
El Mediterr¨¢neo se hace tierra en Am¨¦rica y los oc¨¦anos que la circundan, el Atl¨¢ntico al Este y el Pac¨ªfico al Oeste ser¨¢n, como el Mediterr¨¢neo, mediadores de los pueblos que forman el mundo entero. De esta globalizada integraci¨®n multirracial y multicultural surge la utop¨ªa de Sim¨®n Bol¨ªvar de una "Naci¨®n de naciones", federal, que cubra el universo entero. Jos¨¦ Vasconcelos la completa con la utop¨ªa de la Raza C¨®smica, que no es una nueva raza, sino raza de razas y cultura de culturas que se integran a lo largo de la totalidad de la tierra.
Jos¨¦ Gaos en sus cursos va perfilando la extraordinaria identidad que hab¨ªa que hacer patente y afirmar. Se apoya en los grandes cl¨¢sicos de la Antig¨¹edad Greco-Latina y en el pensamiento espa?ol, el que ha surgido en Espa?a y en Hispanoam¨¦rica. Pensamiento en Lengua Espa?ola lo llama en un libro. La Espa?a jud¨ªa, mora y cristiana a la que se agrega la que surge en Am¨¦rica.
Identidad integrada que tiene dificultades en Europa y en Am¨¦rica con un mundo que no alcanza su plenitud porque tropieza con otro, excluyente de esa diversidad. Otra Europa y otra Am¨¦rica. La Europa mediterr¨¢nea de la que es parte Espa?a y la Europa germana, anglosajona y n¨®rdica que Roma integr¨® y cristianiz¨®. La Europa que tom¨® el lugar del Imperio Romano, como Sacro Imperio Romano Germ¨¢nico, al que se integra Espa?a y sus dominios por un accidente hist¨®rico.
Es de este imperio extra?o a la Espa?a mediterr¨¢nea que habr¨¢ que emanciparse. "Espa?a -escribe Gaos- es la ¨²ltima colonia de s¨ª misma, la ¨²nica naci¨®n hispanoamericana que del com¨²n pasado imperial queda por hacerse independiente, no s¨®lo espiritual sino tambi¨¦n pol¨ªticamente". En la derrota de este imperio por el imperio saj¨®n que nace en Am¨¦rica, ve Gaos el inicio de la emancipaci¨®n de Espa?a, como colonia de s¨ª misma, como Imperio.
Jos¨¦ Gaos no alcanz¨® a vivir para ver coronado este anhelo en la Espa?a de los ¨²ltimos a?os y su integraci¨®n con el mundo ib¨¦rico a uno y a otro lado del Atl¨¢ntico. Pero tampoco alcanz¨® a ver c¨®mo la identidad multirracial de que hablaba se extend¨ªa a todo el continente americano. La Am¨¦rica Latina de Bol¨ªvar, por mediterr¨¢nea, devorando a la Am¨¦rica Anglosajona y excluyente de Jefferson.
Las derrotas que el mundo anglosaj¨®n impuso a Espa?a en el Canal de la Mancha en 1588, y en Cuba y Filipinas en 1898, y la derrota y amputaci¨®n de M¨¦xico en 1847 son parte de una historia com¨²n que, al finalizar el siglo XX y el segundo milenio, hacen realidad las utop¨ªas de Bol¨ªvar y Vasconcelos, al comenzar a forjar la identidad que mi maestro Gaos me conmin¨® a completar en Espa?a.
En 1992, VCentenario del Encuentro de Espa?a con Am¨¦rica, en la Am¨¦rica Anglosajona un joven candidato a la presidencia de los Estados Unidos, William F.Clinton, hace un llamado a las armas para poner el "Sue?o Americano" al alcance de todos los estadounidenses, con independencia de su origen ¨¦tnico y cultural. Con el apoyo de estos marginados gana la presidencia, y al ser reelecto cuatro a?os despu¨¦s expresa: "Mi mayor preocupaci¨®n es hacer de los Estados Unidos la m¨¢s grande naci¨®n por la multiplicidad de sus razas y culturas".
Am¨¦rica como un gran continente multirracial y multicultural, de Alaska a Tierra de Fuego. La Am¨¦rica que Espa?a hizo posible por su propio origen mediterr¨¢neo, multirracial y multicultural. Punto de partida de una gran naci¨®n integrada racial y culturalmente. Naci¨®n de naciones que como so?aba Bol¨ªvar abarcar¨¢ al universo entero. La Europa de nuestros d¨ªas enfrenta este hecho. Y con esta identidad la lengua espa?ola como lengua alterna en los Estados Unidos y tercera de comunicaci¨®n en el mundo.
Algo que tampoco alcanz¨® a ver y vivir mi maestro Gaos y que lamento realmente. Tengo el privilegio de ver y vivir todo esto. Quisiera que este privilegio llegase a mi maestro donde quiera que est¨¦, y porque lo siento como si estuviera vivo en m¨ª. ?Vale!
Leopoldo Zea, fil¨®sofo mexicano, es director de la revista Cuadernos Americanos.
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