La memoria
"?Son los versos memoria / o voluntad de olvido?", se pregunta Raquel Rico en su nuevo libro de poemas De Par en Par. Seguramente Raquel ha olvidado ya lo suficiente como para poder abrir sus puertas a la memoria, y poder as¨ª, desde la distancia, utilizar el recuerdo para buscar y pensar y encontrar a sus viejos sue?os convertidos en an¨¦cdotas lejanas de la vida.La memoria es azarosa y nos sorprende con facilidad: se pueden recordar los botones de la chaqueta de una persona mejor que su cara, o unas manos retorci¨¦ndose de angustia y no el motivo, o un olor sin lugar, o un lugar sin la menor raz¨®n. Dec¨ªa Nietzsche que el olvido no es s¨®lo omisi¨®n, sino tambi¨¦n la capacidad que tiene el esp¨ªritu para renovarse y poder ver las cosas con otros ojos. O sea, que se trata de un accidente con efectos diversos. Por un lado tenemos el alivio mental de olvidar lo que no importa, lo que sobra, por otro el apuro de no recordar un dato, una fecha o un nombre en el momento oportuno, y tambi¨¦n puede servir como remedio a heridas antiguas o reveses de la suerte o cualquier disgusto: se borran las secuencias que amargan la pel¨ªcula y se comienza de nuevo.
En cualquier caso, para ambas cosas, con voluntad o sin ella, inocentemente, tanto para olvidar como para recordar hace falta tiempo, tiempo vivido. As¨ª que viene a ser como un regalo de la edad, porque no cabe duda de que es ¨²til y la edad tambi¨¦n tiene sus ventajas. Raquel lo aprovecha removiendo el pasado, con sus felicidades y sus desenga?os, para llegar a la conclusi¨®n de "que es la lucha por los sue?os / lo que nos hace libres", y descubrirse, al cabo del tiempo, "quieta, leve, feliz", sin tener que preocuparse por c¨®mo ha de ser y estar en la vida, sabi¨¦ndose ya, y pudiendo "vivir sin defenderse".
Como adem¨¢s es capaz de proporcionar placer po¨¦tico, Raquel Rico tiene el valor de abrir las puertas de su memoria al lector, pero, aunque sea en la intimidad de uno mismo, es un ejemplo a seguir. Es lo que deber¨ªamos hacer todos, poetas y no poetas, aunque s¨®lo sea para saber por d¨®nde nos andamos. Sin pretenderlo, quiz¨¢, la autora invita a ello porque proyecta una esperanza.
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