Empieza lo bueno
A partir de ahora todo va a cambiar en el Tour. Al menos fisiol¨®gicamente hablando: hoy es la primera etapa de alta monta?a. Y quedan otras cuatro ?Tan diferente es pedalear en llano, como a lo largo de la semana pasada, que pedalear cuesta arriba? S¨ª, y mucho. Primero, porque el principal enemigo con el que se encuentra el ciclista en la alta monta?a ya no es la resistencia del aire (y por tanto la aerodin¨¢mica de cada uno ya no es un factor determinante) sino la fuerza de la gravedad. Al disminuir la velocidad de desplazamiento del llano a la monta?a (de 40 a 20 kil¨®metros por hora, en n¨²meros redondos), tambi¨¦n se hace m¨¢s fuerte otro enemigo natural del ciclista: el rozamiento de las ruedas sobre el asfalto. As¨ª, no olvidemos lo que algunos olvidan: la dureza de un puerto no se mide s¨®lo por sus desniveles, tambi¨¦n por el estado de su asfalto Y en los Pirineos y Alpes es especialmente rugoso. "Se agarra mucho", dicen los ciclistas.La fuerza de la gravedad es directamente proporcional a la masa (en este caso, la del ciclista y su bicicleta). Por ello, para cuantificar el rendimiento de un ciclista subiendo un puerto de monta?a ya no hablamos tanto de vatios en t¨¦rminos absolutos, sino m¨¢s bien de vatios divididos por kilogramos (kg) de peso del ciclista (se suele obviar el peso de la bicicleta). As¨ª, y siempre en n¨²meros redondos, si un buen rendimiento fisiol¨®gico en una contrarreloj llana equivale a generar unos 400 vatios de potencia, en las subidas a los puertos de primera categor¨ªa o de fuera de categor¨ªa equivaldr¨ªa a unos 6 vatios por kg. Veamos un ejemplo de la importancia del peso corporal en la ascensi¨®n al ¨²ltimo puerto de la etapa de hoy, el Hautacam: nada menos que 13,5 kil¨®metros al 7,9% de desnivel medio. Si un ciclista ligero (64 kg de peso) quiere subir a una nada desde?able velocidad media de unos 18 kil¨®metros por hora (lo que equivale a una potencia relativa de unos 6 vatios por kg) debe generar una potencia absoluta media de unos 400 vatios. Unos cincuenta vatios menos que un ciclista 10 kg m¨¢s pesado (un rodador o contrarrelojista, pongamos por caso). Y cincuenta vatios de diferencia son muchos vatios. Quiz¨¢s demasiados, por mucho que los m¨¢s pesados tengan m¨¢s fuerza en t¨¦rminos absolutos, al poseer mayor masa muscular. As¨ª que a nadie le extra?e ver esta tarde a muchos ciclistas ligeros, los escaladores, en los puestos de cabeza. Y que nadie dude del enorme m¨¦rito de los m¨¢s pesados (?qu¨¦ mejor ejemplo que Indur¨¢in con sus 80 kilos!).
La postura sobre la bicicleta tambi¨¦n cambia con respecto al llano. Como ya no importa casi la aerodin¨¢mica (al menos por encima del 8% de desnivel), los ciclistas pueden alternar entre ir sentados e ir de pie en bail¨®n sobre su bici. La primera postura es m¨¢s econ¨®mica, pues el esfuerzo se concentra m¨¢s en la musculatura del cu¨¢driceps. En cambio, al subir de pie se gastan m¨¢s energ¨ªas (pues intervienen otros m¨²sculos, como los del tronco superior, por ejemplo), pero a cambio se puede imprimir m¨¢s fuerza a los pedales y quiz¨¢s circule mejor la sangre a trav¨¦s de las arterias il¨ªacas (en la parte de delante de la articulaci¨®n de la cadera) en su tr¨¢nsito hacia los m¨²sculos de las piernas.
La cadencia de pedaleo (unas 70 pedaladas por minuto) suele ser sensiblemente menor que en el llano, si bien los motivos para ello no son tan claros. En efecto, los ciclistas podr¨ªan subir igual de r¨¢pido moviendo desarrollos m¨¢s ligeros (39x 23-25) a cadencias similares a las que emplean en las etapas llanas o en las contrarrelojs (unas 90 revoluciones por minuto), pero, en general, prefieren mover desarrollos m¨¢s exigentes (39x17-21) e ir m¨¢s atrancados. Tan diferente es subir a llanear que hasta el coraz¨®n parece comportarse de un modo diferente: la frecuencia card¨ªaca correspondiente al umbral anaerobio suele ser entre 5 y 10 latidos por minuto m¨¢s alta subiendo puertos. As¨ª, para algunos llanear a 170 latidos por minuto puede representar una verdadera tortura mientras que se sienten relativamente c¨®modos si suben un puerto a esas pulsaciones.
En las etapas de alta monta?a el ciclista, adem¨¢s, pasa gran cantidad de tiempo haciendo un esfuerzo de intensidad alta o muy alta: dos horas entre el 70% y 90% de su capacidad m¨¢xima de esfuerzo (entre 145 y 175 latidos por minuto, aproximadamente): es decir, sufriendo bastante, aunque no al l¨ªmite. Y media hora por encima del 90% de su l¨ªmite: es decir, media hora de sufrimiento infernal, con los m¨²sculos produciendo gran cantidad de lactato, el coraz¨®n disparado a m¨¢s de 175 latidos por minuto y los pulmones ventilando m¨¢s de 100 litros de aire por minuto. Y ya de entrada, el primer contacto con la monta?a se las trae: un verdadero muro llamado Marie Blanque. Nada menos que 4 kil¨®metros seguidos de asfalto rugoso con desniveles siempre superiores al 11%. Y sin un solo descanso.
Alejandro Luc¨ªa es fisi¨®logo de la UEM.
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