La avaricia del Festina

El Festina quiso meterse en el saco todo: el maillot de la regularidad, la victoria de etapa (la ¨²ltima oportunidad para los sprinters antes de la monta?a) y los honores de ser el ¨²nico equipo capaz de controlar, aunque sea por un d¨ªa, este Tour atolondrado. Pero se le rompieron el saco y los esquemas. El grupo de Juan Fern¨¢ndez se fue al hotel de vac¨ªo. Sin ninguna medalla y con un buen calent¨®n. Ni Wust pudo mantener el jersey verde, ni gan¨® al sprint -es m¨¢s, ni siquiera pudo disputarlo; acab¨® en el puesto 22?-. Se quem¨® medio equipo tirando del pelot¨®n durante buena parte de la etapa y ganaron el pulso los cuatro escapados. Es decir, todo al rev¨¦s.Y, claro, el Festina no es el Saeco de los tiempos de Cipollini. No es un equipo especialista en sprints, que deja toda las fuerzas en el llano y el resto del Tour lo pasa de vacaciones. El Festina se mueve por otras inquietudes. Primero, porque Wust no es tan fiable como para dejarse el alma por ¨¦l en cada etapa. Al fin y al cabo, s¨®lo posee en su historial dentro del Tour una etapa, la del mi¨¦rcoles en Vitr¨¦. Y, sobre todo, porque Moreau, Casero y Beloki quieren dejarse ver en la clasificaci¨®n general y ahora, en los Pirineos, pueden llegar los efectos secundarios del ejercicio de ayer.

"Yo, desde luego, s¨ª tengo miedo a la etapa de Hautacam", jadeaba en la meta F¨¦lix Garc¨ªa Casas, uno de los principales peones del Festina, que debe ayudar a sus jefes en el alto. "No s¨¦ los dem¨¢s. Yo he llegado al l¨ªmite, al l¨ªmite. Ma?ana...". Su compa?ero David Plaza asent¨ªa: "Esto supone mucho desgaste y los resultados no est¨¢n garantizados. Por eso tenemos miedo a darlo todo". Tal vez por esta raz¨®n el Festina se par¨® en los ¨²ltimos kil¨®metros. No termin¨® el trabajo y todo su esfuerzo se fue al traste.

Con todo, ?ngel Casero justific¨® la maniobra del equipo "porque era la ¨²ltima etapa de llano". "Pero hemos pagado el trabajo", admiti¨®. ?l estuvo exento de entrar en los relevos. Tambi¨¦n Moreau y Wust. Del resto del equipo, no se salv¨® ninguno. Y hoy los Pirineos.