Pulpa de coca¨ªna

Macarr¨®n naranja

Algo resultaba "sospechoso" en el segundo env¨ªo a Madrid de la compa?¨ªa Agr¨ªcola Tropical de Ibagu¨¦ (Colombia) para los agentes de Aduanas y de la Guardia Civil del aeropuerto de Barajas. Los remitentes hab¨ªan cuadruplicado en menos de un mes la cantidad de papayas que enviaban a una nave industrial del pueblo de Barajas, cuyo destino final era una compa?¨ªa valenciana. Este hecho, junto con los pocos datos que constaban en la Agencia Tributaria sobre el exportador, aumentaron las dudas, hasta comprobar que el interior de los frutos tropicales tra¨ªa algo m¨¢s que una jugosa pulpa con pepitas. Macarrones pl¨¢sticos, de color naranja y amarillo, metidos a presi¨®n dentro de la fruta, conten¨ªan 41 kilos de coca¨ªna de gran pureza, lista para ser cortada y vendida en m¨¢s de 207.000 dosis en el mercado.El primer env¨ªo de la compa?¨ªa colombiana fue de s¨®lo 360 kilos de papayas, repartidos en 20 cajas. Los agentes de la Guardia Civil de Barajas no encontraron nada extra?o al comprobar el cargamento, como hacen habitualmente con los procedentes de zonas calientes para el narcotr¨¢fico. ?stos provienen en general de Colombia y de pa¨ªses pr¨®ximos como Ecuador, Brasil o Venezuela, adem¨¢s de Amsterdam (Holanda), Francfort (Alemania) o Roma (Italia), seg¨²n un mando del instituto armado.

60 gramos por fruto

Las sospechas, sin embargo, aumentaron en este segundo env¨ªo. El exportador hab¨ªa remitido a una empresa de Valencia, Cultivos Marinos del Levante, v¨ªa Barajas pueblo, 1.200 kilos de papayas, distribuidos en 90 cajas. ?stas iban perfectamente cerradas con papel y con una tela algodonosa para evitar que los frutos se golpearan. El env¨ªo hab¨ªa costado 1.653 d¨®lares (unas 290.000 pesetas). Los agentes del Grupo de Investigaci¨®n Fiscal y Antidroga (GIFA) de la Polic¨ªa Judicial de la Guardia Civil de Barajas sospecharon de este incremento de la cantidad. "Los narcos utilizan esta t¨¦cnica de mandar dos o tres veces una mercanc¨ªa para saber si cuela... y en las siguientes partidas ya colocan la droga. Piensan que no se les registrar¨¢ porque ya lo habremos hecho antes. Se equivocan", se?al¨® un responsable del GIFA.

Los guardias civiles inspeccionaron la mercanc¨ªa y no hallaron nada raro. Todas las cajas ten¨ªan cuatro pilas de papayas, con un color verde brillante y un olor muy fuerte y agradable. Estas caracter¨ªsticas no lograron despistar a los agentes. Uno de los cinco que estaban en la zona de carga de Barajas decidi¨® abrir un fruto. Hubo suerte. Un tubito de pl¨¢stico naranja, de unos dos metros de longitud, asom¨® por la apertura. Estaba enrollado como un ovillo. El reactivo confirm¨® las sospechas: era coca¨ªna colombiana. Y de gran pureza. A partir de ah¨ª, comenz¨® la Operaci¨®n Tr¨®pico.Los agentes pidieron permiso al juez de instrucci¨®n de guardia para efectuar una entrega controlada. Esta estratagema consiste en seguir la mercanc¨ªa y proceder al registro del lugar al que llegue para detener a los destinatarios. Hab¨ªa que actuar con rapidez. "Se trata de unos frutos muy perecederos y que pod¨ªan pudrirse en cuesti¨®n de horas, porque ven¨ªan muy maduros. Adem¨¢s, la persona que lo estaba esperando puso como condici¨®n una entrega r¨¢pida, a una hora y en un lugar determinados", explic¨® un agente del GIFA.

Un cami¨®n de una agencia aduanera se encarg¨® de recoger las 90 cajas en la terminal de carga del aeropuerto y las llev¨® a una nave industrial alquilada en el pueblo de Barajas. Le segu¨ªan varios coches camuflados de la Guardia Civil. Cuando la mercanc¨ªa lleg¨® al pol¨ªgono industrial, los agentes esperaron a que alguien fuera por ella. El encargado era A. F. A., de 66 a?os. Los agentes le mostraron el mandamiento judicial y registraron la nave. El detenido no opuso resistencia y facilit¨® en todo momento la labor de los agentes del instituto armado. S¨®lo encontraron las 90 cajas del ¨²ltimo env¨ªo y las 20 del primero. El resto de la nave estaba vac¨ªa.

La Guardia Civil se llev¨® de nuevo la mercanc¨ªa a la terminal de carga y empez¨® a abrir todos los frutos. No todas las papayas iban rellenas de droga. Hab¨ªa cajas enteras con frutos perfectamente comestibles y otras con algunas bandejas con droga. Cada papaya conten¨ªa entre 50 y 60 gramos introducidos en el delgado macarr¨®n. En total, unas 700 frutas ten¨ªan sorpresa. "Hab¨ªan utilizado un sistema muy dif¨ªcil de descubrir. Hab¨ªan quitado el rabo a las papayas y les hab¨ªan vac¨ªado toda la pulpa y las pepitas. Es un trabajo muy laborioso, porque hay que tener cuidado para no romper el fruto. Despu¨¦s le volv¨ªan a pegar el rabo, de forma que externamente no se ve¨ªa nada extra?o", comenta un mando del GIFA.Despu¨¦s introduc¨ªan el macarr¨®n casi a presi¨®n para que les cupiera m¨¢s cantidad. La Guardia Civil logr¨® decomisar al final 41 kilogramos de gran pureza. Ahora, la Direcci¨®n General de Farmacia del Ministerio de Sanidad se encargar¨¢ de determinar la pureza del estupefaciente. Despu¨¦s ser¨¢ destruida. "Creemos que ser¨¢ muy alta, porque ven¨ªa de Colombia y pod¨ªa ser cortada aqu¨ª en m¨¢s de 207.000 dosis", destac¨® un agente del instituto armado.

La Operaci¨®n Tr¨®pico contin¨²a abierta. A. F. A. ya ha pasado a disposici¨®n judicial acusado de un delito contra la salud p¨²blica y contrabando de sustancias estupefacientes. La Brigada Judicial investiga ahora las conexiones del detenido con Cultivos Marinos del Levante y otras posibles empresas tapadera para la distribuci¨®n de la coca¨ªna en la costa valenciana.