El sue?o de un obrero
"?Oh, Miguel!". Javier Otxoa pas¨® ayer de ser el dorsal n¨²mero 26 del Tour, una cara an¨®nima, a sentarse al lado de Indur¨¢in en el programa deportivo m¨¢s importante de la televisi¨®n francesa en estos d¨ªas, V¨¦lo Club. El cambio fue brusco. De ah¨ª su exclamaci¨®n en cuanto entr¨® en el plat¨® y vio al ganador de cinco Tours a su lado. Todav¨ªa le temblaban las manos, en parte por el fr¨ªo de Hautacam, en parte por los nervios del momento. Acababa de conseguir el triunfo m¨¢s grande e inesperado de su carrera.Ni ¨¦l mismo se lo terminaba de creer. Su misi¨®n consist¨ªa en atacar al principio de la etapa para "preparar el terreno" a Escart¨ªn y Heras. Pero tir¨® hacia delante, subi¨® el Marie-Blanque, el Aubisque y se encontr¨® en Lourdes, a los pies de Hautacam. Entonces se dijo: "S¨ª, es dif¨ªcil. Pero, ?por qu¨¦ no?". Adem¨¢s, ten¨ªa ayuda. "Antes de venir al Tour le ped¨ª suerte a la virgen de Unbe". Algo debi¨® hacer ella porque Otxoa lleg¨® solo, tras vivir eso s¨ª los cinco kil¨®metros m¨¢s largos de su vida. "Yo segu¨ªa dando pedales, pero no llegaban las pancartas". Y lleg¨® el momento. Vallas a los lados, c¨¢maras de televisi¨®n fijas apostadas en las laderas, signos inequ¨ªvocos de que le esperaba lo que ¨¦l nunca so?¨®. "Me han entrado ganas de llorar. Me he acordado de mi novia, de mi familia, del equipo...".
Hasta ayer, en cambio, no pasaba de ser uno m¨¢s de los tantos corredores casi an¨®nimos del pelot¨®n. Alguien cuya cara no llama la atenci¨®n. Y eso que en el pelot¨®n profesional su rostro est¨¢ repetido. S¨ª. Javier Otxoa tiene un gemelo. Tambi¨¦n es ciclista, corre en el Kelme y es id¨¦ntico. Su nombre es Ricardo. Los dos nacieron el 30 de agosto de 1974. Viven en Berango (Vizcaya). No s¨®lo se parecen, sino que adem¨¢s "no saben estar separados", asegura Joan Mas, el patr¨®n del Kelme. Ricardo gan¨® el campeonato de Espa?a aficionado en 1993. Javier, al a?o siguiente. Aquello les abri¨® las puertas. Al primero, que adem¨¢s ten¨ªa m¨¢s victorias en el campo amateur, lo fich¨® el ONCE. Al segundo, el Kelme. Pero Ricardo no tuvo ¨¦xito, no pudo renovar su contrato y descendi¨® durante una temporada a aficionados. Hasta que lo repesc¨® el equipo alicantino "porque si no estaban juntos no rend¨ªan igual". "F¨ªsicamente cuesta reconocerles", a?ade Mas. "Javier es un currante", precisa Vicente Belda, el director del Kelme.
Pese a ser su segundo Tour, a tener cierta experiencia (¨¦ste es su cuarto a?o de profesional), Otxoa jam¨¢s hab¨ªa logrado notoriedad salvo por un asunto extradeportivo. El a?o pasado, en la v¨ªspera de lo que debi¨® ser su primer Giro, le detectaron una tasa de hematocrito en la sangre por encima del 50% y lo mandaron a casa. Autom¨¢ticamente pendi¨® sobre ¨¦l la sospecha, hasta que la UCI confirm¨® que genera m¨¢s gl¨®bulos rojos de lo normal por una raz¨®n puramente natural. Su hermano, por supuesto, tambi¨¦n. Ahora ya tiene otro motivo para ser famoso.
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