El ¨²ltimo esfuerzo para entrar en la historia

El presidente norteamericano, Bill Clinton, no s¨®lo quiere entrar en los libros de historia como el gran gobernador en lo que se refiere a la transformaci¨®n que ha sufrido la sociedad estadounidense durante su mandato, sino tambi¨¦n como el gran pacificador, el estadista internacional bajo cuyos auspicios se cerr¨® uno de los conflictos m¨¢s duros, sangrientos y peligrosos de la segunda mitad del siglo XX, el contencioso palestino-israel¨ª.Fue otro dem¨®crata, Jimmy Carter, quien en 1979 consigui¨® sentar en el mismo lugar, la residencia presidencial de Camp David, en el Estado de Maryland, al rais egipcio Anuar el Sadat y al primer ministro israel¨ª Menahem Beguin en lo que fue el inicio real del proceso de paz entre el Estado de Israel y sus vecinos.

Ha tenido que llegar otro presidente dem¨®crata, procedente como Carter del sur norteamericano, para reactivar lo que qued¨® interrumpido durante los 12 a?os de mandato republicano, y como a Carter, tampoco a Clinton se le atribu¨ªan grandes intereses ni conocimientos de la pol¨ªtica internacional.