Arafat y Barak celebran su primera reuni¨®n cara a cara en Camp David

Despu¨¦s de dos d¨ªas en los que apenas se cruzaron el saludo, Yasir Arafat y Ehud Barak mantuvieron su primera reuni¨®n en la noche del mi¨¦rcoles, aunque no se conoci¨® hasta ayer. Ambos l¨ªderes estuvieron acompa?ados de miembros de sus delegaciones, pero a¨²n as¨ª fue posible encerrar por primera vez en la misma habitaci¨®n a quienes tienen aut¨¦ntico poder de decisi¨®n. Bill Clinton abandon¨® ayer Camp David por unas horas y dej¨® las labores diplom¨¢ticas en manos de la secretaria de Estado, Madeleine Albright. Las discusiones pueden frenarse a partir de hoy para respetar las obligaciones religiosas de unos y otros. Incluso la ausencia de Clinton es premeditada: la Casa Blanca quiere evitar que, con el paso de los d¨ªas, el presidente estadounidense transforme su papel de mediador en el de mensajero. El l¨ªder palestino y el primer ministro israel¨ª apenas hab¨ªan cruzado unas palabras hasta su cita de anteanoche.

Arafat fue el anfitri¨®n, al recibir a Barak en la caba?a que ocupa en Camp David, la Birch, curiosamente la misma en la que se aloj¨® el entonces primer ministro israel¨ª Menahem Begin durante la hist¨®rica cumbre de 1967. (Barak lo hace en la que ocup¨® el presidente egipcio Anuar el Sadat.) De la entrevista en la noche del mi¨¦rcoles al jueves tan s¨®lo se sabe que apenas dur¨® una hora, y que Arafat y Barak no estuvieron solos en ning¨²n momento. No hay comentarios sobre los contenidos de la reuni¨®n, aunque el portavoz del Departamento de Estado, Richard Boucher, se mostr¨® seguro de que entraron en los "temas m¨¢s complejos". Sin embargo, fuentes de la delegaci¨®n israel¨ª aseguraron que hasta ahora el grueso de la negociaci¨®n todav¨ªa se centraba en el reparto de porcentajes de los territorios ocupados, sin entrar de lleno en el escollo de la divisi¨®n de la soberan¨ªa de Israel.

Jugada estrat¨¦gica

Mientras tanto, Arafat jug¨® una carta que est¨¢ a medio camino entre la pol¨ªtica y la estrategia diplom¨¢tica. Al convocar en EE UU a los l¨ªderes de la oposici¨®n palestinos, construye una imagen de consenso interno que le permite negociar con mayor fuerza ante Israel, y m¨¢s a¨²n teniendo en cuenta que entre los convocados se hallan pol¨ªticos que se oponen a su liderazgo y que tampoco aceptaron los t¨¦rminos del primer acuerdo de paz con Israel en 1993. EE UU contempl¨® la jugada con resignaci¨®n. Primero trat¨® de esquivar esa pol¨¦mica con la esperanza de que no llegara a confirmarse, pero no pudieron poner pegas a la reuni¨®n cuando comprobaron que los pol¨ªticos palestinos ya hab¨ªan aterrizado en Washington y estaban de camino hacia las monta?as de Catoctin, en las que se esconde la residencia presidencial de Camp David, sede de la cumbre. Seg¨²n Boucher, los organizadores eran conscientes de que las delegaciones podr¨ªan reclamar la presencia de "un grupo limitado de personas durante un tiempo limitado" en calidad de asesores, y trat¨® de restar importancia a los movimientos de consulta que empiezan a ser habituales en los alrededores de la sede de la cumbre.