Ense?anzas
En el curso de verano que esta semana se ha celebrado en la ciudad de Ronda, el secretario de Estado para la Justicia ha afirmado: "Tenemos una Justicia de calidad". Coincidiendo con sus manifestaciones se ha conocido una sentencia del Tribunal Supremo por la que anula otra de la Audiencia Provincial de C¨¢diz. Razones: que la sala de C¨¢diz no admiti¨®, y por tanto no escuch¨®, las grabaciones que realiz¨® el conocido como padre coraje, ni tuvo ni por bueno, ni por malo, el testimonio de un testigo, cuya credibilidad neg¨® el tribunal a ojo de cubero.?sta es la situaci¨®n real en la que nos movemos. De un lado, se soporta el mensaje ¨²nico del todo va bien y, por otro, los menores se pierden en las playas; los menores son objeto de violencia sexual, f¨ªsica y laboral; las mujeres necesitan la discriminaci¨®n positiva, intentando que su desigualdad sea menos desigual, y, sin padres coraje, la justicia es menos justicia. Lo normal es encontrar decenas de pu?aladas que no son ensa?amiento; penetraciones que no son violaciones y que se valore el hecho del agresor que, como si de un buen samaritano se tratara, alivia el mal trago que ha pasado la v¨ªctima durante la perpetraci¨®n de su delito.
Toda una ense?anza la del padre coraje. Su esfuerzo buscando justicia, y no venganza, tiene que llenarle de satisfacci¨®n. Sin embargo, tambi¨¦n contiene otras ense?anzas. Muestra las verg¨¹enzas de los mecanismos de protecci¨®n de los ciudadanos. El pobre funcionamiento que, en no pocas ocasiones, tiene lugar y que los responsables tratan de tapar con palabras, pretendiendo convencer que la excepci¨®n es regla general, cuando la regla no es la excepci¨®n.
No hay efecto placebo. No se puede hablar con seriedad de calidad en la Justicia, en la Sanidad o en la soluci¨®n de tantos problemas que padece la sociedad, cuando el ciudadano, adem¨¢s de sufrir el delito, busca personalmente su reparaci¨®n o se muere en las listas de espera, salvo que se vaya a la cl¨ªnica de al lado.
De todas formas, consuela saber que quedan ciudadanos con el coraje suficiente para suplir la falta de tantos. Tambi¨¦n para ense?ar que la Justicia no se puede alcanzar con palabras, aunque en el curso queda bonito. Claro que es de verano.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.