D¨ªa de piscina

Verg¨¹enza es lo que sent¨ª al ver c¨®mo el padre de un ni?o ped¨ªa testigos por unas agresiones que hab¨ªa recibido su hijo en la piscina municipal situada en la avenida del General Fanjul, en Madrid, el lunes 3 de julio.El ni?o, de unos 13 a?os, recibi¨® una paliza impresionante de otro de unos 17, alto y corpulento, mientras el padre era agarrado, zarandeado, amenazado e insultado por los familiares del agresor sin poder evitar ver c¨®mo machacaban a su hijo.

El ni?o agredido se encontraba celebrando su cumplea?os con otros cuatro amigos; ¨¦stos estaban jugando con una pelota de agua con la mala suerte de dar a una ni?a que se encontraba por all¨ª. ?sta, sin admitir las disculpas recibidas, se fue a buscar a un primo para que ¨¦stos tuvieran la pr¨®xima vez m¨¢s cuidado. No s¨®lo vino su primo, sino la familia entera, ocurriendo los hechos descritos anteriormente.

Se lo pueden imaginar, todos (incluidos los operarios de la piscina) est¨¢bamos oyendo c¨®mo el padre ped¨ªa, a gritos, que llamaran a la polic¨ªa; todos est¨¢bamos viendo c¨®mo agred¨ªan al ni?o y agarraban al padre, pero ninguno no s¨®lo hicimos nada por evitar las agresiones, sino que posteriormente, cuando lleg¨® la polic¨ªa, ve¨ªamos al padre c¨®mo mendigaba un testigo para poner en la denuncia, sin que nadie se implicase, ni un solo trabajador de la piscina, ni un solo ba?ista, no hubo ni una sola persona con coraz¨®n, todo el mundo se excusaba diciendo que no quer¨ªa problemas con personas de raza gitana. Fuimos unos hip¨®critas, aunque hubieran sido personas de origen noruego o franc¨¦s, hubi¨¦ramos hecho lo mismo; por eso sent¨ª, y sigo sintiendo una verg¨¹enza que, merecidamente, no se me quita.-