La inmensidad de un paisaje confuso
?Bailamos?Dramaturgia y direcci¨®n: Joan Grau i Roca. Colaboraci¨®n: Ramon Sim¨®. Asesoramiento coreogr¨¢fico: Marta Carrasco. Int¨¦rpretes: Llum Barald¨¦s, Egbert de Jong, Rosa Galbany, Sandra M¨¤rquez, Carles Pujols, Montse Rodr¨ªguez, Joan Roura. Cantante: Anna Argem¨ª. Escenograf¨ªa: Fina Sol¨¤ y Joan Grau. Iluminaci¨®n: S¨¨mola e Ignaci Camprod¨®n. Vestuario: S¨¨mola. Mercat de les Flors. Barcelona, 18 de julio.
Joan Grau se ha convertido en un inmenso creador de im¨¢genes. Es lo que se percib¨ªa claramente en el anterior espect¨¢culo de S¨¨mola Teatre, Esperanto, sobre el tema trascendental de la muerte, y es lo que vuelve a percibirse en ?Bailamos?, obra sin duda menos negra que la anterior pero que, con alguna escena de aire ye-ye, no se deja arrastrar por la frivolidad que promete su t¨ªtulo. Grau trabaja en el terreno l¨ªmite de las artes esc¨¦nicas, donde ¨¦stas confluyen con las artes pl¨¢sticas, la fotograf¨ªa, el cine y, por los mismos motivos, donde el teatro se encuentra con la danza contempor¨¢nea. Por lo tanto, la m¨²sica acaba siendo fondo, pero tambi¨¦n hilo conductor, y la palabra, cuando aparece, est¨¢ rozando el ruido, lo superfluo.
Inmenso creador de im¨¢genes quiere decir, en el caso de S¨¨mola, la construcci¨®n de grandes cuadros pl¨¢sticos. Lo que se ve en escena es un paisaje de ¨¢rboles resecos en un paso a nivel con las barreras bajadas, un coche rojo detenido ante ellas y con la baca cargada de maletas, y un televisor. Algunos hombres y mujeres pululan por la zona esperando a que pase un tren que, como Godot, ya sabemos que nunca llegar¨¢. Pero llegar¨¢n otros trenes, y vagonetas cargadas de met¨¢foras y las acciones pl¨¢sticas se suceder¨¢n con unos int¨¦rpretes que, esta vez, m¨¢s all¨¢ de la acci¨®n, han aprendido a bailar.
Grandes im¨¢genes, es verdad, originales, densas, cargadas de referencias, la mayor¨ªa espl¨¦ndidas, algunas ir¨®nicas, otras surrealistas, bellas o sangrientas. Al final acaban siendo un batiburrillo sin asidero para hacerse con un significado personal, una acumulaci¨®n de referencias que dif¨ªcilmente contribuyen a construir una ¨²nica idea. Es la sensaci¨®n que transmite S¨¦mola Teatre desde que, tras abandonar la po¨¦tica esencial de los primeros espect¨¢culos, se ha lanzado por un camino barroco de acumulaciones imposibles.
No tengo la menor duda de que Joan Grau anda de camino hacia una est¨¦tica, casi wagneriana, que dar¨¢ en el futuro montajes de una belleza sobrecogedora, de una profundidad conceptual que quiz¨¢ sea abismal, pero que tambi¨¦n volver¨¢ a ser n¨ªtida. De momento, lo que hace es volcar sobre la escena todo su imaginario, de modo que en sus obras anda todo revuelto, lo sublime con lo chocarrero, lo trascendente con lo banal, sin que las proporciones sean las adecuadas. Un creador y una compa?¨ªa que hay que situar entre los m¨¢s originales que existen hoy en Espa?a pero que todav¨ªa anda a la b¨²squeda de una forma de narrar.
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