Condenada a 4 a?os una madre por la muerte de su hija en un incendio
Ludopat¨ªa
Una vecina de Gij¨®n, Ana Mar¨ªa D. G., que se encontraba jugando en un bingo cuando su hija de cinco a?os muri¨® asfixiada en su casa a causa de un incendio, ha sido condenada a cuatro a?os de prisi¨®n por un delito de imprudencia grave con resultado de muerte. Los hechos ocurrieron la noche del 23 de septiembre de 1998. Las dos hijas de la mujer, de 12 y 5 a?os, se quedaron a solas en casa, ilumin¨¢ndose con velas porque la compa?¨ªa el¨¦ctrica hab¨ªa cortado el suministro de energ¨ªa por impago. Una vela cay¨® al suelo y origin¨® un incendio en el hogar. La menor falleci¨® por asfixia. La mujer tambi¨¦n deber¨¢ indemnizar a su ex marido, Fidel Ignacio P. R., padre de las ni?as, con seis millones de pesetas. La pareja se hab¨ªa separado seis meses antes de la tragedia.Ana Mar¨ªa D. G. dispon¨ªa de unos ingresos mensuales de unas 135.000 pesetas procedentes de su propio trabajo y de la pensi¨®n alimenticia que le abonaba su ex marido. No obstante, la vivienda familiar carec¨ªa de tel¨¦fono y de suministro el¨¦ctrico por impago de los recibos. La carencia de luz en la casa obligaba a las ni?as a iluminarse con velas mientras la madre acud¨ªa al bingo. Este hecho fue determinante en la tragedia, seg¨²n el Juzgado de lo Penal n¨²mero 2 de Gij¨®n. Para la sentencia, "es evidente que esta situaci¨®n de penuria no obedece a dificultades econ¨®micas originadas en una causa de fuerza mayor, sino en la afici¨®n de Ana Mar¨ªa D. G. por el juego del bingo, pues consta que en los meses de junio a septiembre de 1998 la acusada contabiliz¨® 89 entradas en salas de bingo de Gij¨®n, aunque ella misma afirma que durante ese periodo las visit¨® unas doscientas veces".
La sentencia desecha la atenuante de ludopat¨ªa diagnosticada por el forense, ya que "la defensa apenas llega a alegarla y esta circunstancia no ha privado a la acusada de su conocimiento y deliberada voluntad, como en el informe m¨¦dico se indica".Tampoco "la tragedia que ha vivido la acusada (...) fue producto de un lamentable accidente, ni siquiera de lo que en el lenguaje vulgar se llama mala suerte", sostiene la juez Mar¨ªa del Rosario Fern¨¢ndez Hevia, para quien "el resultado da?oso era algo m¨¢s que previsible y por ello evitable mediante la aplicaci¨®n de un m¨ªnimo de sentido com¨²n y de prudencia".
"La acusada provoc¨® la muerte de su hija con su falta de diligencia, al crear un riesgo que s¨®lo pod¨ªa tener como desenlace lo que sucedi¨®", agrega el fallo. El tribunal estima que "la muerte de su hija Esther ha representado para la acusada un dolor profundo, pero la relaci¨®n de causalidad entre su conducta, que se ofrece a los ojos de esta juzgadora como tremendamente ego¨ªsta, y el resultado fatal producido, unido ello a la falta de sentido moral de culpabilidad de la que hizo gala la acusada a lo largo de la sesi¨®n del juicio oral, exigen un pronunciamiento punitivo".
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