El refugio estadounidense
Una de las constantes de los cuatro a?os de presidencia de Juan Villalonga fue su obsesi¨®n por Estados Unidos. All¨ª obtuvo apoyo econ¨®mico, resguardo, protecci¨®n. Y es que una de las claves de la gesti¨®n a la americana del hasta ayer presidente de Telef¨®nica fue el apoyo sin condiciones que le ofrecieron los grandes fondos estadounidenses. Un apoyo de vital importancia para una empresa que quiera ser alguien en el panorama internacional. La agresividad, los golpes de efecto y hasta la arrogancia de Villalonga siempre conectaron a las mil maravillas con los gestores de estos casi omnipotentes fondos. De hecho, desde que empez¨® a vislumbrarse su salida de la operadora, la primera pregunta que cualquier financiero lanzaba de inmediato era: "?Y los fondos, qu¨¦ har¨¢n?, como se vayan con ¨¦l, Telef¨®nica puede pasar serios problemas".
Nadie debe olvidar que tras su ¨²ltima gran operaci¨®n, Ver¨®nica, la mayor¨ªa del capital de la operadora se coloc¨® en manos no espa?olas. Tras el intercambio de acciones de Telef¨®nica por las de sus participadas en Am¨¦rica Latina, el 34,7% del capital de la empresa est¨¢ en manos espa?olas; un 32%, de estadounidenses, un 26%, de europeos, y el 6,5%, de latinoamericanos.
Esa atracci¨®n americana le llev¨® a trasladar despacho y residencia habitual a Miami. Convirti¨® la ciudad estadounidense en su cuartel general, en su centro de operaciones. Hasta tal punto que celebr¨® uno de los consejos de administraci¨®n m¨¢s pol¨¦micos de su etapa, aqu¨¦l en el que no prosper¨® la fusi¨®n con la holandesa KPN, desde Miami, a trav¨¦s de una videoconferencia con el resto de los consejeros en Madrid. M¨¢s de uno contin¨²a con la boca abierta.
Cierto es que por aquellas fechas, principios de mayo, su compa?era, Adriana Abascal, estaba a punto de dar a luz a la primera hija de ambos, Paulina.
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