La causa m¨¢s probable
Un reactor multimotor, como el Concorde, aunque tenga una alarma de incendio activada durante el despegue, como parece haber sido el caso, tiene que continuar con su maniobra si ha superado la velocidad llamada V1 o de decisi¨®n. Debe hacerlo as¨ª, porque de lo contrario, la pista restante no ser¨ªa suficiente para detener la nave, como ocurri¨® hace unos a?os en M¨¢laga durante el despegue, tambi¨¦n hacia Nueva York, de un avi¨®n DC-10. Reci¨¦n una vez en el aire, la tripulaci¨®n procurar¨ªa combatir el fuego, cortar el suministro de combustible, detener la turbina afectada, y volver, probablemente al aeropuerto de partida. Seguramente el comandante de la aeronave no intent¨® efectuar un viraje de regreso por su izquierda, como alguno afirma, sino que simplemente era el avi¨®n el que se desviaba a babor por la posible p¨¦rdida de los dos motores de ese lado. El piloto mientras tanto aplic¨® todo su tim¨®n de direcci¨®n a la derecha, lo que intent¨® seguramente hasta el instante del impacto, para mantener el control direccional del avi¨®n, e incluso quiz¨¢s virar por su derecha de regreso a Charles de Gaulle. Pero era una maniobra imposible presa del incendio que les consum¨ªa.El Concorde, a pesar de que una vez a gran altitud vuela al doble de la velocidad del sonido, en r¨¦gimen subs¨®nico, se comporta b¨¢sicamente como cualquier otro avi¨®n. Su velocidad de despegue es pr¨¢cticamente la misma que los reactores convencionales, y su comportamiento aerodin¨¢mico en presencia de un empuje sim¨¦trico y normal con todas sus turbinas funcionando, o asim¨¦trico cuando un motor falla, es pr¨¢cticamente id¨¦ntico. Las peque?as fisuras que hab¨ªan encontrado en algunas partes de su estructura no parece que tengan nada que ver con el accidente, y por otra parte no constituyen un hecho extraordinario. Peque?as grietas de expansi¨®n limitada y en ¨¢reas que no sean estructuralmente primarias, se encuentran a veces en muchos aviones despu¨¦s de cierto tiempo, y aunque indeseables, no son causa de riesgo.Pero el Concorde tiene dos caracter¨ªsticas que pueden haber contribuido a que el accidente tuviese lugar. Sus motores, en lugar de ir colocados en soportes, o pods, bajo las alas, o a los costados de la secci¨®n de cola, separados unos de otros, van situados en parejas, dos bajo cada ala, y adheridos a las mismas, en ¨ªntimo contacto entre s¨ª y con la propia estructura del avi¨®n. Tal disposici¨®n de los motores no es privativa del Concorde. El antiguo Comet, el Vickers VC-10, y alg¨²n Tupolev, por ejemplo, los ten¨ªan instalados de la misma forma.
Adem¨¢s, el Concorde tiene otra caracter¨ªstica. Utiliza en sus despegues un espectacular dispositivo que se llama postcombusti¨®n. Consiste en una enorme inyecci¨®n de combustible en las propias tabernas de salida de los motores. El queroseno, en contacto con el gas ardiente que sale de las turbinas, se inflama y produce el efecto de un enorme cohete cuyo empuje se agrega al normal de los motores, incrementando considerablemente la potencia. Este sistema, ampliamente utilizado en los aviones militares de caza, y en algunos de transporte, produce una llama muy visible por detr¨¢s de los motores, como si de gigantescos sopletes se tratase, y que en el caso del Concorde tiene aproximadamente dos metros de longitud.
A partir de lo anterior, y a la vista de la esclarecedora fotograf¨ªa tomada por el testigo, es relativamente l¨®gico imaginar lo ocurrido. En la ¨²ltima fase del despegue, rebasada la velocidad de decisi¨®n, se desprendi¨® un ¨¢labe de la secci¨®n de turbina de uno de los motores de babor. La pieza, separada de un conjunto que estaba girando a m¨¢s de 40.000 revoluciones por minuto, probablemente produjo, cronol¨®gicamente, la siguiente secuencia de acontecimientos: el propio ¨¢labe caus¨® da?os en el motor vecino, situado a pocos cent¨ªmetros de distancia, y es posible que rompiera conducciones de combustible de gran caudal. Pero si el primer ¨¢labe desprendido no origin¨® nada de eso, por ejemplo, porque saliese despedido hacia abajo, algo m¨¢s catastr¨®fico ocurri¨® dentro de ese motor. Y lo siguiente fue inevitable. La gran descompensaci¨®n causada por la p¨¦rdida de la pieza fracturada provoc¨®, en las siguientes mil¨¦simas de segundo, la autodestrucci¨®n de la turbina completa. A continuaci¨®n, una terrible lluvia de proyectiles met¨¢licos, en su mayor parte de titanio, destrozaron todo lo que estaba a su alrededor. El avi¨®n perdi¨® ¨ªntegramente la potencia del lado izquierdo, el combustible derramado sobre las propias llamas de la postcombusti¨®n, que estaba activada, se inflam¨® m¨¢s all¨¢ de todo control, produciendo el terrible fuego que aparece en la foto y que a simple vista, por su magnitud, sugiere claramente un enorme aporte de combustible. Quiz¨¢ tambi¨¦n, alg¨²n elemento hidr¨¢ulico de control aerodin¨¢mico fuese da?ado por alguna pieza desprendida de los motores da?ados. Se trata de un fallo mec¨¢nico puro, quiz¨¢ originado por fatiga met¨¢lica de un ¨¢labe de turbina.
Ra¨²l Tori es comandante retirado y experto en seguridad
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