Obsesi¨®n

Con Mira'm, el ¨²ltimo espect¨¢culo de la compa?¨ªa de Marta Carrasco, finalizaron las actuaciones de danza del Grec 2000, cuya programaci¨®n de danza contempor¨¢nea se ha caracterizado por el aburrimiento. La pol¨ªtica conservadora seguida por sus responsables, que han apostado por nuestros grupos de danza, coproduci¨¦ndolos, encierra un arma de doble filo para el espectador, quien durante el a?o ya asiste a las actuaciones de los grupos programados y est¨¢ ¨¢vido de otras opciones de riesgo y vanguardia. A excepci¨®n de la compa?¨ªa de Gelabert y Azzopardi y la de Marta Carrasco, las otras programadas no han cuajado con sus nuevos montajes. La perla de la programaci¨®n, la compa?¨ªa norteamericana de Merce Cunningham, result¨® interesante, pero no calm¨® la ansiedad del p¨²blico, que espera de este festival un mayor riesgo. Se intentar¨¢ tener paciencia y esperar la programaci¨®n del pr¨®ximo a?o.La compa?¨ªa de Marta Carrasco cerr¨® el festival con broche, no de oro, pero s¨ª de metal semiprecioso. El espect¨¢culo Mira'm, estrenado en el pasado Festival de Sitges, encierra una gran belleza pl¨¢stica y una gran densidad argumental, adem¨¢s de una impecable puesta en escena e interpretaci¨®n. La Carrasco es una mujer valiente: despu¨¦s de dos espect¨¢culos en solitario, Aiguardent y Blanc d'ombra, se embarca en un trabajo colectivo en el que el teatro se come a la danza y en el que ella no act¨²a. Renuncia a su carism¨¢tica personalidad esc¨¦nica a favor de tres actores y dos bailarines. Cinco seres humanos obsesionados hasta la enfermedad por la ni?ez, la falta de hijos, ?es amor el matrimonio?, ?es pecado el desamor?...

En un trastero repleto de muebles que respiran recuerdos, estos cinco personajes se despellejan psicol¨®gicamente para terminar comiendo sand¨ªa. La palabra y el movimiento son bruscos, nada puede suavizar lo absurdo de las im¨¢genes: una novia gigante o un monstruo en cochecito de beb¨¦.

La autora ha sabido plasmar con trazo firme y con una sorprendente madurez creativa la imagen inquietante del individuo en su soledad, angustiado y alucinado, incapaz de crear la comunicaci¨®n con los otros, reflejada en una evidente tensi¨®n entre la forma s¨®lida, casi escult¨®rica (juego del int¨¦rprete con el objeto esc¨¦nico, y m¨¢scaras), y la distorsi¨®n capaz de diluir esta misma forma. Las im¨¢genes de Mira'm nacen del subconsciente, embebidas de las normas del surrealismo. No hay distinci¨®n entre sexualidad, humor y terror. Muestra im¨¢genes para abrir los sentidos a la provocaci¨®n. Una provocaci¨®n que es dif¨ªcil de mantener durante los 75 minutos que dura el espect¨¢culo. Al principio es brillante, decae y se vuelve a remontar hacia el final. Hay desajustes, pero no deja de ser un paso inteligente de su autora que se dirige hacia el terreno teatral, mientras encierra a la danza entre alguno de esos muebles del trastero.

Pepo Blasco, Carme Gonz¨¢lez, Adri¨¤ Gonz¨¢lez, Cristina Sirvent y Neus Su?¨¦ realizan una entregada interpretaci¨®n de estos atormentados personajes, que se dejan apaciguar por el acertado collage musical con fragmentos de Mozart, Morricone, Schubert y Waits.