El ¨²ltimo encuentro
No tuvo la intensidad ni la calidad literaria que describe el escritor h¨²ngaro Sandor Marai en su insuperable novela El ¨²ltimo encuentro, pero la reuni¨®n mantenida la pasada semana entre el presidente del Gobierno, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, y el nuevo l¨ªder de la oposici¨®n, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, no estuvo exenta de inter¨¦s ni de tensi¨®n argumental. Se daba en ella una curiosa paradoja: a pesar de que despu¨¦s del 35? Congreso del PSOE parece haberse entrado en un estadio de fortalecimiento institucional (los dos grandes partidos nacionales tienen un s¨®lido liderazgo, despu¨¦s de un tiempo de penuria), ninguno de los protagonistas del encuentro en La Moncloa son candidatos a la presidencia del Gobierno. Aznar, porque ya ha anunciado que no se presentar¨¢ y abrir¨¢ el mel¨®n sucesorio en el Partido Popular; Zapatero, porque ha sido elegido secretario general del partido, pero todav¨ªa le faltan las primarias para consolidarse como candidato alternativo.Sea quien sea el sucesor de Aznar (Rato, Zaplana, Arenas...), es bastante probable que la pol¨ªtica econ¨®mica sea de continuidad. M¨¢s inc¨®gnitas hay en la que aplicar¨ªa Zapatero si fuese el pr¨®ximo inquilino de La Moncloa. Obtenida la capacidad de ilusionar a los socialistas (y a otros muchos ciudadanos), le queda a Zapatero pasar del discurso de los valores y las promesas al de las propuestas concretas. Aqu¨ª es donde se le ha notado mayor dificultad en su campa?a en el interior del partido.
Adem¨¢s de sus declaraciones y entrevistas, hay al menos dos documentos a los que echar mano para saber lo que opina Zapatero en materia econ¨®mica. Son Una nueva v¨ªa para ganar el futuro, el manifiesto con el que gan¨® el congreso socialista, y su intervenci¨®n en la apertura del congreso provincial extraordinario del PSOE de Le¨®n. En ellos hay algunas ideas originales. Por ejemplo, la propuesta de una renta b¨¢sica de ciudadan¨ªa, que hasta ahora nunca hab¨ªa sido asumida por las grandes formaciones pol¨ªticas. Esta renta b¨¢sica har¨ªa que el resto de las prestaciones sociales actualmente existentes se aproximasen de modo gradual a su nivel, y se extender¨ªa el derecho a la misma a los colectivos hoy excluidos, empezando por los parados que han perdido el derecho al subsidio y tienen cargas familiares. La renta b¨¢sica tendr¨ªa un efecto indudable sobre la pobreza en nuestro pa¨ªs. Otro aspecto interesante es el ¨¦nfasis sobre los derechos de los consumidores, a trav¨¦s de organismos regulatorios fuertes, puestos en duda despu¨¦s de tantos a?os de privatizaciones que, en muchos casos, no han aumentado la competencia, sino que han transformado los antiguos monopolios p¨²blicos en oligopolios privados.
Los documentos de la nueva v¨ªa y de Zapatero contemplan el nuevo marco de referencia de nuestra ¨¦poca: la globalizaci¨®n y la sociedad de la informaci¨®n. En ¨¦l hay que extender el concepto de Estado de bienestar. No con el objeto de ampliar per se el gasto p¨²blico, sino con el de a?adir a los contenidos tradicionales (educaci¨®n p¨²blica obligatoria, sistema sanitario universal y gratuito, pensiones y subsidios de desempleo) aspectos cualitativos como hacer frente al fracaso escolar, adecuar los contenidos de la ense?anza a las necesidades de una sociedad cambiante o desarrollar la sanidad preventiva y social. Zapatero es partidario de hablar de nueva sociedad m¨¢s que de nueva econom¨ªa, e introduce, como en su momento hizo Blair, la idea de que a los ciudadanos que reciban una ayuda del Estado debe exig¨ªrseles el aprovechamiento de esa ayuda: que no caiga en saco roto.
Adem¨¢s de la cercan¨ªa generacional y de que entre ellos no existan los odios africanos de anta?o, Aznar y Zapatero cuentan con otra caracter¨ªstica com¨²n: ambos leen poes¨ªa. En los documentos citados, el nuevo secretario general socialista cita a Eugenio de Nora y a Antonio Gamoneda. No son los poetas favoritos del presidente, pero algo es algo.
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