Ideas en el albero Pedro de Alzaga
Buscamos oradores que quieran llevar sus ideas a una plaza de toros". ?ste es uno de los lemas que rige la actividad de The Reality Club (El Club de la Realidad), un foro de discusi¨®n nacido en EEUU, en 1981, y por el que han desfilado m¨¢s de 150 pensadores de las artes y las ciencias de aquel pa¨ªs. El acta fundacional de esta asociaci¨®n persigue alcanzar los l¨ªmites del conocimiento humano, por medio de un sencillo sistema: reunir en una habitaci¨®n a las m¨¢s complejas y sofisticadas mentes y preguntarles por sus ideas. Una de estas mentes privilegiadas es John Horgan.En un principio, los miembros de The Reality Club se reun¨ªan en las universidades, las empresas o, incluso, en vest¨ªbulos de museos y en restaurantes chinos, hasta que, en 1997, llevaron su actividad a la Red por medio de Edge (http://www.edge.org), el sitio que sirve de improvisada plaza de toros cibern¨¦tica. En este espacio electr¨®nico, los miembros del club exponen su peculiar visi¨®n de la realidad para que ¨¦sta sea "despellajada" por otros miembros o por cualquier internauta que se atreva a saltar a la arena electr¨®nica del debate.
Y eso es lo que sucedi¨® con las ideas de Horgan. Poco despu¨¦s de publicarse El final de la ciencia, los responsables de Edge abrieron un debate en la Red para que los internautas comentaran las ideas expuestas en el libro. La discusi¨®n alcanz¨® tales cotas de pol¨¦mica que fue bautizada como ?El final de Horgan? y oblig¨® al autor a salir al paso de lo que all¨ª se escribi¨®. Partiendo de los 10 argumentos m¨¢s utilizados por sus detractores, Horgan hizo una r¨¦plica (http://www.edge.org/3rd_ culture/horgan/horgan_p1.html) en la que expuso los motivos por los que cree que el mayor l¨ªmite que la ciencia se ha impuesto viene de sus ¨¦xitos pasados. Seg¨²n Horgan, estos ¨¦xitos han empujado a los cient¨ªficos a dibujar un "mapa de la realidad" que les impondr¨¢ serios l¨ªmites para lograr nuevos descubrimientos.
Partidarios y detractores de Horgan han trasladado a la Red sus ideas y otras parecidas, situ¨¢ndolas dentro del m¨¢s puro escepticismo cient¨ªfico, que ha merecido un espacio propio en el grupo de foros de discusi¨®n que existe en Internet (news://alt.sci.skeptics).
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