LA II GUERRA MUNDIAL EMPEZ? EN ESPA?A
Lenta aniquilaci¨®n
Paul Preston explica la guerra civil espa?ola como un conflicto internacional. Cree que Franco nunca habr¨ªa ganado sin el apoyo militar de las dictaduras de Alemania e Italia, las ayudas "bajo manga" de las democracias del Reino Unido y Francia, la ambig¨¹edad del Vaticano o la inhibici¨®n de Estados Unidos. Est¨¢ tan convencido de que la contienda espa?ola tuvo car¨¢cter internacional, que afirma: "Se podr¨ªa decir que la II Guerra Mundial empieza el 18 de julio de 1936". Preston dirige esta semana un curso de verano de la Universidad Complutense, titulado Espa?a en guerra, 1936-1939. Victorias y derrotas, en el que nueve historiadores expondr¨¢n las ¨²ltimas investigaciones historiogr¨¢ficas y analizar¨¢n los porqu¨¦s de la victoria de Franco y de la derrota de la Rep¨²blica.Para este hispanista, nacido en Liverpool en 1946, la guerra civil espa?ola es "una batalla m¨¢s dentro de una larga guerra civil europea que dura desde 1914 hasta 1945". Corregir la tendencia a olvidar la dimensi¨®n internacional de la guerra es uno de los prop¨®sitos del curso que dirige. La idea de Preston es que el conflicto empez¨® siendo interno, pero tard¨® s¨®lo 10 d¨ªas en internacionalizarse, los mismos que necesit¨® Franco para ganarse el apoyo de Hitler y Mussolini. Los apoyos exteriores de los sublevados, junto a la debilidad interna del bando republicano, minado por las ambiciones divergentes de los nacionalistas y de la extrema izquierda, que "antepuso su ambici¨®n revolucionaria" a la defensa de la Rep¨²blica, fueron, seg¨²n Preston, las claves del triunfo del bando nacional.
De entrada, el presidente de la C¨¢tedra Pr¨ªncipe de Asturias de estudios hispanos en la London School of Economics no entiende la guerra civil espa?ola como una guerra, sino como la confluencia de muchas contiendas: militares centralistas contra nacionalistas catalanes y vascos, cat¨®licos frente al proyecto laico de la Rep¨²blica, latifundistas combatiendo a braceros y jornaleros o industriales enfrentados a los obreros. Lo que no tiene claro Preston es cu¨¢l de estas luchas llev¨® a los militares a sublevarse, si fue la defensa de la Iglesia, la salvaguarda de los latifundios o simplemente una reacci¨®n ante la p¨¦rdida de poder de los africanistas. Preston entiende que la Rep¨²blica, que fue acogida con gran entusiasmo popular en 1931, tard¨® s¨®lo cinco a?os en ser cuestionada porque su proyecto de reestructuraci¨®n de la sociedad implicaba minimizar a la vez el poder de la Iglesia y del Ej¨¦rcito.
El hispanista aludi¨® en su intervenci¨®n al libro La incompetencia militar de Franco, del general Carlos Blanco Escol¨¢. Preston asegura que es obvio que "Franco no era Napole¨®n", pero opina que insistir mucho en este aspecto puede llevar a enga?o. Recuerda que el objetivo de Franco no era triunfar en una "guerra rel¨¢mpago", sino lograr una larga y lenta aniquilaci¨®n del enemigo, para asentar los cimientos de un r¨¦gimen que ¨¦l preve¨ªa muy largo: "No s¨¦ si Franco cre¨ªa que iba a ser inmortal, pero para ¨¦l, los mil a?os que se propon¨ªa durar el Reich eran pocos". El autor de Franco, caudillo de Espa?a entiende que la estrategia del general era preparar el terreno para un sistema pol¨ªtico libre de todo aquello a lo que consideraba culpable de la decadencia de Espa?a, lo que implicaba erradicar el comunismo, el socialismo, la anarqu¨ªa, la masoner¨ªa, la democracia o el liberalismo.Respecto a la ayuda exterior a los golpistas, Preston destaca el contingente militar llegado de Italia, que por sus dimensiones -una tropa de 8.000 soldados, m¨¢s de la mitad de la Fuerza A¨¦rea italiana y casi toda la Marina- debe ser considerada m¨¢s como una declaraci¨®n de guerra a la Rep¨²blica que como una mera intervenci¨®n externa. Seg¨²n Preston, con el contingente que Italia envi¨® a Espa?a hubiera podido formar muchos de los batallones que luego le hubieran sido muy ¨²tiles en la II Guerra Mundial. Respecto al papel del Reino Unido y Francia en la guerra civil, Preston asevera que "no fue una pol¨ªtica de no intervenci¨®n, como suele creerse, sino que ayudaron a Franco".
Un factor que debilit¨® al bando republicano fueron sus diferencias con la pol¨ªtica exterior de la URSS. En este sentido, Preston tuvo tiempo de referirse al "efecto nefasto" que, en su opini¨®n, ha tenido entre el p¨²blico la pel¨ªcula Tierra y libertad, de Ken Loach. Opina el hispanista que el filme da a entender al p¨²blico menos entendido que la Rep¨²blica perdi¨® la guerra por causa de Stalin, ya que deja de lado el papel de personajes clave como el propio Franco, Hitler, Mussolini o Roosevelt. Sobre el papel en el conflicto de la Iglesia, dice Preston que en general estuvo de parte de los sublevados, "si no desde el primer momento, s¨ª poco despu¨¦s, como reacci¨®n al anticlericalismo".
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