"Es muy duro trabajar con temperaturas que derriten el hierro"
Astilleros hist¨®ricos
En su trabajo no hay aire acondicionado que valga. Lo acepta con resignaci¨®n. Y es que son ya 28 de los 52 a?os que tiene, los que Antonio De la Luz lleva en la factor¨ªa de Astilleros de Puerto Real (C¨¢diz) soldando l¨¢minas y bloques de hierro con el fuego y el calor que escupe su pistola semiautom¨¢tica de soldadura.El de soldador es un oficio con gran tradici¨®n en la construcci¨®n naval en la Bah¨ªa de C¨¢diz, pero que, pese a los adelantos tecnol¨®gicos, sigue lastrado por los mismos inconvenientes. "Al trabajar con fuego el peligro siempre est¨¢ presente", a lo que hay que unir, seg¨²n De la Luz, el peso del material, las dimensiones de las planchas de acero, los gases que desprende la soldadura y la altura a la que, en ocasiones, deben faenar.
"Es un trabajo muy duro", asegura De la Luz. Y m¨¢s duro se hace cuando el almanaque aproxima los d¨ªas del verano y las altas temperaturas aprietan. "No s¨¦ el calor que puede llegar a hacer cuando soldamos en los talleres o bajo el sol, ni tampoco quiero saberlo", bromea mientras encuentra un valor a?adido a su oficio. "Es una buena manera de perder peso". Lo dice una persona que cuando concluye la jornada de casi 8 horas y se despoja de su mono azul, debe cambiarse la ropa, empapada en sudor. "La culpa la tiene EPI", sonr¨ªe.
EPI es el Equipo de Protecci¨®n Individual, compuesto por manguitos para los brazos; el mandil, que les cubre el cuello y el torso; la gorra; la pantalla, que les a¨ªsla el rostro del fuego; y la mascarilla para evitar los gases y humos propios de la soldadura. Lo deben llevar obligatoriamente para prevenir accidentes laborales, pese a la ecuaci¨®n resultante: cargado con este atuendo, con el mercurio rozando los 40 grados y con la pistola desprendiendo llamas, Antonio garantiza que la sensaci¨®n t¨¦rmica se dispara hasta l¨ªmites ardientes. "El agua es nuestra principal aliada durante el horario de trabajo", confiesa.
M¨¢s de un siglo de historia contemplan los Astilleros de la zona. Y m¨¢s de media vida acumula este oficial de 1? ensamblando una media de 40 a 50 metros lineales diarios de los esqueletos de grandes petroleros. Una cadencia que var¨ªa seg¨²n la posici¨®n de trabajo. La horizontal es la m¨¢s c¨®moda. El ritmo se ralentiza con las posiciones verticales o de sobre techo.Durante su larga trayectoria, ha visto c¨®mo decenas de buques eran botados en los diques de la factor¨ªa. "En casi todos he participado yo", se muestra orgulloso, aunque recuerda con especial cari?o los petroleros E3 -Ecol¨®gico, Econ¨®mico y Europeo-. Un modelo con doble casco -para prevenir desastres medioambientales por el derrame de crudo- del que quedaron muy satisfechos los armadores. Los buques son sus creaciones y los sienten como tal, aunque en el camino lamenta tambi¨¦n los compa?eros que se dejaron la vida en el empe?o diario por una buena labor.
Los diferentes turnos que alterna -ma?ana, tarde y noche- le hacen a veces madrugar, no dormir la siesta o acostarse cuando amanece. Complet¨® sus estudios de tornero mec¨¢nico, aunque acab¨® en Astilleros a trav¨¦s de los cursos del Patronato de Promoci¨®n Obrera en 1974. Desde entonces no ha hecho otra cosa. "Me he adaptado a la circunstancias, aunque reconozco que el trabajo no me gusta especialmente". Hasta el punto de que se cambiar¨ªa por estar en una oficina "fresquito". "Porque a nadie le amarga un dulce y no estamos todo lo bien pagados que deber¨ªamos", apostilla. Con todo, Antonio, preocupado por una posible privatizaci¨®n de Astilleros tras su fusi¨®n con Baz¨¢n, guarda tambi¨¦n en sus sue?os uno especial para la factor¨ªa de Puerto Real: "Que recupere el esplendor del pasado".
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