'In memoriam' Pina
"Hag¨¢mosle un duelo de labores y esperanzas", dijo Machado cuando muri¨® Giner de los R¨ªos. Conoc¨ª a Josefina L¨®pez-Gay, Pina para todos, cuando era una ni?a rubia, divertida, bonita y traviesa, en la huerta El Limonar, en Coria del R¨ªo. Despu¨¦s segu¨ª trat¨¢ndola cuando casi a¨²n adolescente la entonces bulliciosa universidad Hispalense la transform¨® en una rebelde con causa, la causa de los desfavorecidos, la causa de la libertad, la causa de la democracia. Su inteligencia, voluntad y coraje la empujaron a un liderazgo precoz en la izquierda sevillana y m¨¢s tarde en la izquierda de toda Espa?a, hasta llegar a ser secretaria general de la J¨®ven Guardia Roja, la organizaci¨®n juvenil del Partido del Trabajo. Habiendo nacido en el seno de una familia relativamente acomodada, el compromiso social y pol¨ªtico de Pina ten¨ªa que suponerle y le supuso incomprensiones en su entorno y sobre todo problemas, en ocasiones graves, con la polic¨ªa pol¨ªtica del franquismo y con las organizaciones de la extrema derecha.S¨¦ que es un t¨®pico decirlo, pero Pina fue una de las musas de la transici¨®n. Eran a¨²n pocas las mujeres que se entregaban en cuerpo y alma a la lucha por la democracia, pero las que lo hicieron destacaron porque como siempre la mujer no s¨®lo ten¨ªa que pelear por lo que cree sino contra el sentimiento sexista del hombre al que no eran ajenas las organizaciones de la izquierda. Sufri¨® por ello pero nunca, cuando la trat¨¦ despu¨¦s cotidianamente, se quej¨®. Como tampoco lo hizo cuando padeci¨® agresiones graves de los fascistas que le dejaron cicatrices indelebles.
Cuando me hice cargo de la conmemoraci¨®n del Quinto Centenario del Descubrimiento de Am¨¦rica a finales del 82 la llam¨¦, trabajaba entonces en la Universidad Internacional Men¨¦ndez y Pelayo, y le ped¨ª que fuera vicepresidenta de la comisi¨®n encargada de organizar los eventos conmemorativos. Ella acept¨® y juntos trabajamos hasta finales del 92. En esos a?os pude apreciar su talento, su capacidad de trabajo, su fino instinto para distinguir el grano de la paja, su voluntad de hierro junto a su capacidad para relacionarse con los dem¨¢s. Lleg¨® a hacerse muy popular entre los amigos del otro lado del Atl¨¢ntico responsables a sus vez de las comisiones organizadoras de los pa¨ªses latinoamericanos. Cada a?o nos reun¨ªamos en la capital de un pa¨ªs iberamericano las veintitantas comisiones y el alma de la organizaci¨®n, reconocida por todos, era siempre Pina. Tuvo una destacada participaci¨®n en la g¨¦nesis y realizaci¨®n de programas del Quinto, como familiarmente llam¨¢bamos a la conmemoraci¨®n, tales como la Exposici¨®n Universal de Sevilla, las Cumbres de Jefes de Estado y de Gobierno de Iberam¨¦rica, la Casa de Am¨¦rica de Madrid, el Instituto Cervantes, los programas de rehabilitaci¨®n y restauraci¨®n del patrimonio cultural iberam¨¦ricano...
Cuando finalizaron, con el 92, las tareas del Quinto, Pina tuvo muchas ofertas empresariales y pol¨ªticas pero ella las declin¨® porque quer¨ªa dedicarse a tiempo completo a su familia. Su hija, el mayor regalo de su vida, era a¨²n muy peque?a y ella quer¨ªa entregarse a ella. Como si intuyera su prematuro final los ¨²ltimos ocho a?os fueron para I?aqui, su marido, y Mar, su hija. A ellos y a sus hermanos May, Paco, Mare, Mercedes y Jos¨¦ Mar¨ªa van nuestros sentimientos de dolor y de solidaridad. Pina, tu ausencia siempre ser¨¢ presencia entre nosostros.
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