El juez Guzm¨¢n interrogar¨¢ a Pinochet en pocos d¨ªas y ordenar¨¢ una revisi¨®n m¨¦dica

La primera batalla legal del caso Pinochet est¨¢ servida. El juez Juan Guzm¨¢n ha anunciado su intenci¨®n de llamar a declarar al ex dictador, desaforado el martes por la Corte Suprema, y ordenar la realizaci¨®n de una revisi¨®n m¨¦dica, tal y como establece la ley chilena para aquellos procesados que superen los 70 a?os. Pero la familia de Augusto Pinochet ha reiterado su oposici¨®n frontal a estos chequeos. El equipo de defensa de Pinochet asegur¨® ayer que Guzm¨¢n no podr¨¢ acusarle de desacato, pues ¨¦sta es una potestad que beneficia al reo y, por lo tanto, depende de ¨¦l su aceptaci¨®n.

"La primera diligencia que corresponde es tomar una declaraci¨®n al inculpado, y el juez Guzm¨¢n desea hacerlo tan pronto como vuelva a sus manos el expediente, que estaba en la Corte Suprema", asegur¨® Eduardo Contreras, uno de los abogados querellantes, que se reuni¨® ayer con el magistrado. Todo parece indicar que el interrogatorio ser¨¢ la pr¨®xima semana.Debido a su condici¨®n de general, el ex dictador -quien anunci¨® ayer antes decenas de simpatizantes en la puerta de su domicilio que publicar¨¢ una "carta a los chilenos"- posee la potestad de declarar por escrito, pero el juez ya ha anunciado que su intenci¨®n es entrevistarle en persona. Este interrogatorio, si sigue el procedimiento habitual llevado a cabo con otros generales inmersos en casusas de violaciones de derechos humanos, se efectuar¨¢ en el domicilio particular.

Las directivas al completo de los dos partidos de la derecha chilena (Renovaci¨®n Nacional y la Uni¨®n Dem¨®crata Independiente) visitaron ayer a Pinochet en su casa, para presentarle sus respetos y expresarle todo el apoyo. Ambos partidos solicitaron al presidente del Senado, Andr¨¦s Zald¨ªvar (y ¨¦ste ha aceptado), la convocatoria de una sesi¨®n especial destinada a analizar "la verdad hist¨®rica" a partir de 1970, con la intenci¨®n de reivindicar la imagen del Gobierno militar.

El presidente de la Rep¨²blica, Ricardo Lagos, critic¨® ayer con dureza a aquellos que han afirmado que el desafuero del ex dictador fue un dictamen pol¨ªtico. "Han faltado el respeto" al Poder Judicial. Estas palabras est¨¢n destinadas, entre otros, a los comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas, oficiales retirados, dirigentes de la derecha pol¨ªtica y la propia familia de Pinochet.

Falta de respeto

"Si pueden creer que es posible que un fallo con los an¨¢lisis jur¨ªdicos... es producto de influencias... creo que es una falta de respeto", declar¨® Lagos, que sostuvo que su intenci¨®n era, precisamente, "llamar la atenci¨®n a esos sectores". Lagos a?adi¨® que los t¨¦rminos del fallo tienen "mucha contundencia en lo que los ministros [jueces] expresaron, tanto la mayor¨ªa como la minor¨ªa, y por lo tanto, un fallo de esa naturaleza creo que debe ser analizado en t¨¦rminos jur¨ªdicos", a?adiendo que "ser¨ªa importante que los distintos sectores acaten y respeten lo que ha ocurrido... Es la ¨²nica forma de que nos podamos entender en Chile".Tras el fallo de la Corte Suprema, y las reacciones de todos los afectados, se inicia ahora la primera batalla: los ex¨¢menes m¨¦dicos, que deben determinar el verdadero estado de salud del ex dictador, de 84 a?os. La legislaci¨®n chilena no exime de juicio a las personas mayores ni a los enfermos terminales; el ¨²nico modo por el que Pinochet podr¨ªa esquivar un proceso ser¨ªa conseguir que los m¨¦dicos declaren locura o demencia, una posibilidad que la familia rechaza.

El juez Guzm¨¢n, que ayer recibi¨® la querella n¨²mero 158 contra Pinochet por presuntos cr¨ªmenes cometidos durante el Gobierno militar entre 1973 y 1990, anunci¨® la petici¨®n de estos ex¨¢menes. "La ley ordena los ex¨¢menes perentoriamente, es decir los jueces tenemos que ordenarlos y la persona afectada tiene que someterse a ellos". Los expertos estiman que este paso dado por el juez es imprescindible para cumplir con la legislaci¨®n y evitar que la defensa de Pinochet pudiera alegar en el futuro indefensi¨®n. Lo que no est¨¢ tan claro es lo que suceder¨¢ si el ex dictador mantiene su negativa a someterse a esas pruebas. Ser¨ªa una situaci¨®n in¨¦dita en la historia judicial chilena.

Algunos juristas sostienen que, en ese caso, el juez podr¨¢ acusarle de desacato. La defensa de Pinochet asegura lo contrario, pues, a su entender, dicha ley est¨¢ redactada con el fin de beneficiar al procesado, por lo que s¨®lo depende de ¨¦ste decidir si desea beneficiarse o no. Guzm¨¢n rechaza esa interpretaci¨®n. Esta actitud de la familia y de los abogados defensores contrasta con la mantenida en Londres durante el proceso de extradici¨®n a Espa?a. Fueron precisamente unos ex¨¢menes m¨¦dicos los que permitieron una salida, al apoyarse en ellos el ministro de Interior brit¨¢nico, Jack Straw, para ordenar su regreso a Chile por razones de salud. Los expertos estiman que la estrategia es alargar el proceso, evitando una declaraci¨®n m¨¦dica que afecte a su imagen, en la seguridad de que Pinochet morir¨¢ antes de tener que sentarse en el banquillo.