La campa?a contra pederastas en el Reino Unido desata violentos ataques vecinales

Una oleada de ira vecinal ha tomado en el Reino Unido la antorcha de la campa?a Nombra y averg¨¹enza del diario sensacionalista News of the World, que hizo p¨²blicas las direcciones y nombres de decenas de pederastas. La protesta sube de tono cada noche y los violentos ataques de grupos vecinales a las viviendas de ped¨®filos o simples sospechosos han causado, de momento, el suicidio de dos personas en espera de juicio y que al menos cuatro familias inocentes abandonen sus hogares en Portsmouth. La polic¨ªa y los pol¨ªticos piden calma y advierten de que "nadie debe tomarse la justicia por su mano". Un sector de la poblaci¨®n, incluidos diputados, pide al Gobierno que demande al News of the World.

La ¨²ltima muerte que se ha conocido derivada de esta ola de odio es John Potter, un millonario de 49 a?os, propietario de un concesionario de motos, casado y con hijos, que apareci¨® muerto en el garage de su residencia de Herne Bay, en Kent. Atemorizado por la campa?a del News of the World -que public¨® durante dos domingos consecutivos listas con el nombre y apellido de supuestos pederastas- Potter, sospechoso de abusar a dos ni?os de 15 a?os, se peg¨® un tir¨® en la cabeza el domingo. La polic¨ªa confirm¨® ayer su fallecimiento.El pasado martes se di¨® a conocer la muerte por barbit¨²ricos de James White, acusado a sus 54 a?os de siete delitos de pederastia. D¨ªas atr¨¢s unas 70 personas amenazaron con c¨®cteles molotov su casa en Manchester. Desde entonces, seg¨²n su abogado, "estaba literalmente muerto de miedo".

Peter Gammon, presidente de la Asociaci¨®n de Superintendentes de Polic¨ªa, denunci¨® ayer la campa?a de acoso, de la que dijo que est¨¢ "agudizando el temor entre la poblaci¨®n". La antorcha del miedo se extiende a otros puntos del pa¨ªs. En Portsmouth, en el sur de Inglaterra, grupos de vecinos protestan desde el pasado jueves contra la supuesta presencia de pederastas en su barrio. Las manifestaciones, pac¨ªficas en un principio, han degenerado en violencia entre los propios vecinos y contra la polic¨ªa, que ha detenido a 12 personas y confiscado material para c¨®cteles molotov. Un agente fue hospitalizado con la nariz rota por un ladrillo; dos coches han sido quemados y varias casas destrozadas.

"Al menos cuatro familias inocentes, sin antecedentes criminales ni conexiones con pederastas han huido de sus hogares", confirm¨® ayer el portavoz policial de Portsmouth. Abandonan sus domicilios por miedo a ser la pr¨®xima v¨ªctima de los ataques perpetrados por la muchedumbre que invade el barrio cada noche.

Otros no tienen recursos para el traslado y viven en la angustia de nuevas represalias. Es el caso de Jan Goodliffe, jubilado de 73 a?os, que sali¨® de la c¨¢rcel hace 12 meses tras cumplir una pena de cuatro a?os por abusar de un ni?o. "Ya pagu¨¦ y quiero continuar mi vida. No soy un pederasta ni un pervertido", declar¨® ayer tras sufrir, la noche anterior, el acoso de unos 60 manifestantes en su casa de Plymouth.

"Ya han expresado ustedes su mensaje, as¨ª que dejen que los pol¨ªticos y servicios sociales hagan su trabajo. La normalidad debe regresar", pidi¨® ayer a los vecinos el superintendente de Porstmouth, Bob Golding. Pero el grupo de centenar y medio de vecinos, dominado por mujeres, ni?os y adolescentes, no est¨¢ dispuesto a claudicar. Amenaza con extender su campa?a de protestas hasta expulsar del barrio a todos los "perversos sexuales". Operan a partir de una lista de 20 personas que ellos mismos han recopilado, sin pruebas suficientes de que se trate de pederastas.

"No descansaremos hasta que se vayan. A d¨®nde vayan, no es nuestro problema. Arruinan las vidas de nuestros hijos y vamos a arruinar las suyas", declar¨® ayer Barry Pettinger, miembro de los grupos acosadores. "S¨®lo tratamos de intimidar a los pederastas, no a las personas inocentes", apoy¨® Katrina Vessel.

La protestas desatadas en Portsmouth, Bristol, Plymouth y otras ciudades desde que el peri¨®dico sansacionalistas hizo p¨²blica la lista de pederastas est¨¢ dificultando el trabajo de la polic¨ªa y los servicios sociales. Pederastas conocidos escapan de sus hogares y rompen el contacto que previamente hab¨ªan establecido con la polic¨ªa, los servicios sociales y centros de terapia. As¨ª, la polic¨ªa ha informado de la hu¨ªda de Victor Burnett, incluido en el registro. En un pa¨ªs donde el segundo apellido no se usa, la publicaci¨®n de las listas ha dado lugar a ataques contra personas inocentes cuyo ¨²nico delito es llamarse igual que un pederasta registrado oficialmente.