Protesta de temporeros magreb¨ªes en Lleida por una redada de los Mossos d'Esquadra
Los temporeros magreb¨ªes que trabajan este verano en la recolecci¨®n de la fruta en Aitona (Lleida) segu¨ªan ayer en pie de guerra para protestar por el trato que califican de "vejatorio y racista" que, aseguran, recibieron de dos dotaciones de Mossos d'Esquadra el domingo por la tarde. Los agentes de la polic¨ªa auton¨®mica se desplazaron aquel d¨ªa a la citada poblaci¨®n para tratar de averiguar las circunstancias de un pelea con armas blancas que tuvo lugar el s¨¢bado entre dos grupos de trabajadores magreb¨ªes, seg¨²n inform¨® el Departamento de Interior.
Corte de carretera
"Llegaron los Mossos d'Esquadra con dos veh¨ªculos, cortaron la calle y nos registraron oblig¨¢ndonos a bajarnos los pantalones". As¨ª se expresaba ayer un magreb¨ª que dijo haber sido objeto de esta vejaci¨®n ante la vista de un centenar de personas. Tras cortar la carretera de acceso al municipio durante toda la noche, un centenar de magreb¨ªes decidieron ayer declararse en huelga y no acudir a sus trabajos en protesta por el trato recibido de los Mossos."Este verano estaba siendo uno de los m¨¢s tranquilos", explicaba el alcalde de Aitona, Josep Llu¨ªs Prim (CiU), quien reconoc¨ªa lo dif¨ªcil que es mantener una convivencia pac¨ªfica en un pueblo de s¨®lo 2.000 habitantes que este verano ha tenido que acoger a casi 600 temporeros.
En esta ocasi¨®n, el detonante fue una pelea callejera que tuvo lugar el pasado s¨¢bado y en la que, seg¨²n los Mossos d'Esquadra, s¨®lo participaron miembros del colectivo magreb¨ª. El domingo la polic¨ªa auton¨®mica decidi¨® llevar a cabo una redada para identificar a los responsables de los problemas, y para ello cort¨® la calle donde los temporeros de Aitona y de los pueblos de las cercan¨ªas suelen concentrarse en los d¨ªas festivos.
Seg¨²n testigos presenciales, los agentes pusieron a algunos magreb¨ªes contra la pared, les registraron y en algunos casos les obligaron a bajarse los pantalones en plena calle. Cuatro immigrantes tambi¨¦n denunciaron que hab¨ªan sido golpeados y que tuvieron que ser atendidos de lesiones leves. La actuaci¨®n policial provoc¨® las protestas de los temporeros, que decidieron cortar la carretera de acceso al pueblo. A las diez de la noche del domingo se concentraron en este punto m¨¢s de un centenar de personas que desviaron el tr¨¢fico y provocaron las quejas de los vecinos.Varias dotaciones de la polic¨ªa auton¨®mica, entre ellas los antidisturbios, se desplazaron hasta el municipio ante el temor de que la tensi¨®n acabase en enfrentamientos. Finalmente no fue necesaria su intervenci¨®n. Los temporeros mantuvieron su protesta hasta las 8.00 de ayer y posteriormente decidieron declararse en huelga. "Somos trabajadores legales y no queremos problemas", dec¨ªan, "pero tambi¨¦n tenemos nuestros derechos y pedimos que se cumplan".
Los Mossos d'Esquadra negaron ayer cualquier acusaci¨®n de abuso de poder o de trato vejatorio hacia los inmigrantes. Un portavoz del cuerpo policial explic¨® que, durante la actuaci¨®n de los Mossos el domingo, en ning¨²n momento se utiliz¨® la violencia y que la identificaci¨®n de los magreb¨ªes se ajust¨® a la legalidad y se llev¨® a cabo sin ning¨²n incidente. El consejero de Interior de la Generalitat, Xavier Pom¨¦s, dijo que "las tensiones surgieron por enfrentamientos entre miembros del propio colectivo de temporeros". Pom¨¦s a?adi¨® que intentar trasladar este conflicto a otras cuestiones como las xen¨®fobas "no responde a la realidad de los hechos".
La concentraci¨®n de la noche del domingo se repiti¨® ayer por la tarde, en este caso delante de la comisar¨ªa de los Mossos d'Esquadra en Aitona. Representantes del colectivo de inmigrantes se entrevistaron con los mandos de esta comisar¨ªa, que les aseguraron que investigar¨¢n cualquier caso de abuso policial que denuncien los temporeros. Tras este compromiso los concentrados decidieron dar por acabada la protesta y volver hoy al trabajo, porque, dijeron, su intenci¨®n no es la de causar problemas a los agricultores que los contratan.
Los temporeros aseguraban ayer que, en general, su relaci¨®n con los vecinos del pueblo es buena, aunque consideran que las condiciones laborales podr¨ªan ser mejores. Precisamente, un grupo de magreb¨ªes que trabaja en una empresa en la poblaci¨®n vecina de Soses se a?adieron ayer a la improvisada huelga para reclamar mejoras en sus condiciones de trabajo. A ¨²ltima hora, los magreb¨ªes de Soses convirtieron su huelga en indefinida hasta la mejora de las condiciones laborales y de alojamiento.
Precariedad y tensi¨®n
La campa?a de la recogida de la fruta en la provincia de Lleida atrae cada a?o a miles de temporeros. En unas pocas localidades de la comarca del Segri¨¤ se concentra una parte importante de la producci¨®n frut¨ªcola de la provincia y las expectativas de trabajo, que no siempre se cumplen, atraen a un gran n¨²mero de inmigrantes. Desde el verano pasado, existen varios albergues, gestionados por las administraciones y el sindicato Uni¨® de Pagesos, creados para acoger a estos trabajadores.A lo largo de los ¨²ltimos a?os, las precarias condiciones de vida de estos trabajadores, la inestabilidad del mercado laboral y las irregularidades cometidas, en muchas ocasiones, en su contrataci¨®n han propiciado el clima de tensi¨®n entre los propios trabajadores y los vecinos.
En Aitona, poblaci¨®n protagonista del actual contencioso, un temporero marroqu¨ª muri¨® apu?alado en el verano de 1996, presuntamente a manos de otro inmigrante. Tres a?os antes, en julio de 1993, Aitona hab¨ªa sido escenario de otro enfrentamiento entre un grupo de temporeros y un agricultor de la localidad. Uno de los inmigrantes result¨® herido tras recibir una perdigonada que dispar¨® el propietario de la finca a la que hab¨ªan acudido los magreb¨ªes para ba?arse en una balsa. Durante aquellos meses, los vecinos denunciaron un aumento de robos, que fueron atribuidos a la presencia masiva de temporeros que aquel a?o no hab¨ªan conseguido empleo.
Hace apenas un a?o, un joven marroqu¨ª que trabajaba en la recogida de la fruta, en Artesa de Lleida, fue v¨ªctima de una agresi¨®n racista mientras dorm¨ªa en un almac¨¦n abandonado. Tres desconocidos irrumpieron de madrugada en la nave y lo rociaron con gas¨®leo con la intenci¨®n de quemarlo vivo.
En Alpicat seis argelinos fueron apaleados mientras dorm¨ªan al aire libre en la finca en la que trabajaban. El ataque ocurri¨® en noviembre de 1990, despu¨¦s de que se hubieran registrado otros altercados entre vecinos y temporeros norteafricanos.
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