Toros en la Aste Nagusia
A punto estamos de entrar en la Aste Nagusia bilba¨ªna y no est¨¢ en mi ¨¢nimo aguarme las fiestas. Claro est¨¢ que, si en mi mirada anticipo el espacio-tiempo de las mismas, no soy yo el responsable de semejante desmesura. De nuevo, el programa de las fiestas incluye los actos perversos que conocemos como corridas taurinas. Por mucho que adornemos dichos actos bajo venerables palabras, tales como tradici¨®n, cultura, fiesta, o los disimulemos con los aderezos del lenguaje taurino, no se nos oculta la realidad: la tauromaquia es tortura. Claro, nadie ha demostrado a¨²n que cultura y tortura se excluyan mutuamente. Mas si parece que la primera debiera excluir a la segunda. El que estos espect¨¢culos crueles sean legales no implica el que sean justificables desde un punto de vista ¨¦tico.Soy ego¨ªsta y no veo por qu¨¦ habr¨ªa de ocultarlo. Si acaso tenemos futuro no debi¨¦ramos desatender la triste influencia que en la educaci¨®n de ni?os y j¨®venes ejercen estos espect¨¢culos. Mientras que el pensamiento progresista nos da a conocer que la relaci¨®n entre el hombre y los dem¨¢s seres vivos del planeta debe sustentarse en el respeto de los unos para con los otros, estamos empe?ados en una relaci¨®n hombre-naturaleza basada en la violencia. Para algunos todav¨ªa sirve lo de que todo vale. Entonces no parece extra?o el que las instituciones civiles apoyen y fomenten esos actos aunque muchos ciudadanos se cuestionan y rechazan estos actos crueles.- Juan Pablo Molano. Portavoz de Alternativa para la Liberaci¨®n Animal. Bilbao.
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