EL ZAPATEADO DE ACERO DE SARA BARAS
Fuerza de juventud
Carmen Val
C¨¢lido y expresivo, el baile de la Baras encierra la fuerza de la juventud y un toque de genialidad. Un calificativo ostentoso que en ella parece sencillo. Esa misma sencillez que da fuerza a su baile. No viste bata de cola, no peina su melena con mo?o; simplemente, con una trenza. Su taconear de acero no titubea. Una pasi¨®n que contrasta con la expresi¨®n adolescente de sus rasgos. Sus brazos, que parecen nacer de la cintura, son firmes y abrazan el espacio con seguridad, y s¨®lo se permiten un jugueteo en los giros. Dobla la cintura con picard¨ªa, mientras fija su mirada en el espectador, al que conquista de inmediato. No le gusta el baile superficial y combina la poderosa plasticidad del flamenco con la estilizaci¨®n del gesto contempor¨¢neo.El espect¨¢culo, con m¨²sica en directo de Jes¨²s del Rosario, se inici¨® con unos tangos interpretados por los guitarristas Jes¨²s Jim¨¦nez; Jos¨¦ Heredia, El ni?o Josele, y Mario Montoya; en la percusi¨®n, Pepe Motos; en el viol¨ªn, Ra¨²l M¨¢rquez, y con los cantaores Juan Carrasco; Antonio Amador, El Ciervo, y Chelo Pantoja. En su m¨²sica de calidad conviven innovaci¨®n y tradici¨®n sin estridencias.
La compa?¨ªa formada por Natalia Acosta, Maika Caucelo, Mar¨ªa Jes¨²s Garc¨ªa, Ana Gonz¨¢lez, Nuria Portilla, Susana Genil y Yolanda G¨®mez inici¨® su actuaci¨®n con un martinete, bast¨®n en mano, y mostraron con gran expresividad este estilo flamenco primitivo relacionado con los ritos laborales y dom¨¦sticos de los gitanos. El grupo volvi¨® a destacar en unas intensas ronde?as en las que se apreci¨® la belleza de la l¨ªnea de brazos de este elenco femenino. En esta ocasi¨®n, Sara ha contado con la colaboraci¨®n del bailar¨ªn del Ballet Nacional de Espa?a Jos¨¦ Serrano, que mostr¨® su vibrante zapateado y su en¨¦rgico baile en una seguiriya.
La primera aparici¨®n de Sara Baras fue impactante: cubierta por una gasa, que descubri¨® un vestido azul turquesa, bail¨® una seguiriya. El movimiento del vuelo de su falda se comi¨® el escenario. Sud¨® y se entreg¨® al acongojado sentimiento del cante. El desespero y amor moldeaba su baile. Electriz¨® al p¨²blico, pero ella sinti¨® que la admiraci¨®n del p¨²blico la electrizaba a ella. Fue uno de los momentos m¨¢gicos de la velada.
Otro de los momentos culminantes del espect¨¢culo fue cuando bail¨® la farruca, un baile masculino. Vestida con pantal¨®n y chaquetilla. Sobria y en¨¦rgica, conjug¨® con maestr¨ªa feminidad y el estilo varonil de palo. El delirio lleg¨® en el n¨²mero final, al bailar una sole¨¢ por buler¨ªas. Como baile, este palo es probablemente la modalidad m¨¢s solemne y de m¨¢s poderosa plasticidad de todo el flamenco. Su aparici¨®n envuelta en un hermoso mant¨®n de manila dio paso a un endiablado baile en el que Baras dio rienda suelta al poder¨ªo de su baile. Sin tregua, sin jadear, puso al p¨²blico en pie, quien con sus aplausos logr¨® incluso que bailaran los m¨²sicos y los cantaores en un apote¨®sico final.
El flamenco, una forma de vivir
En Peralada, el p¨²blico hubiera preferido ver a Sara Baras bailando una nueva producci¨®n. Se dijo que en el festival catal¨¢n estrenar¨ªa un nuevo montaje en el que iba a contar con la direcci¨®n art¨ªstica de Llu¨ªs Pasqual, pero la colaboraci¨®n se desvaneci¨® por diferencias entre los dos artistas. Pero el p¨²blico poco sabe de lo que se cuece entre bambalinas. Su deseo era el de disfrutar con el baile y el genio de la gaditana.
Sara Baras (San Fernando, 1971) camina como baila, con seguridad. Es una mujer disciplinada y elegante. Con su carisma adolescente, ha contribuido a difundir la imagen de la nueva generaci¨®n de artistas flamencos ("el flamenco tiene una forma de vivir y de sentir, y no hace falta ser paya ni gitana"), de la que se ha convertido en uno de sus valores m¨¢s destacados. La misma Baras define su baile: "Antes me acuerdo que hab¨ªa artistas que presum¨ªan de que no les hubiera ense?ado nadie. Yo no creo en eso. En el baile, creo en el sacrificio; despu¨¦s, Dios te regala algo especial".
Su apariencia fr¨¢gil esconde una voluntad de hierro. "Siempre me han dicho desde ni?a que soy muy dulce, pero despu¨¦s, soy una cabezota". A los 18 a?os obtuvo el primer premio de Televisi¨®n Espa?ola Gente Joven, y poco despu¨¦s entr¨® a formar parte de las compa?¨ªas de Antonio Canales, Merche Esmeraldo o El G¨¹ito, para luego formar compa?¨ªa propia y montar sus propios espect¨¢culos: Sensaciones (1998) y Sue?os (1999). En 1998 obtuvo el Premio Max de las Artes Esc¨¦nicas por su interpretaci¨®n en Sensaciones. Tambi¨¦n ha presentado programas de flamenco en televisi¨®n.
Ahora se enfrenta a un nuevo reto: el pr¨®ximo 12 de septiembre har¨¢ de Juana la Loca en un montaje de danza-teatro del director Luis Olmos, que se estrenar¨¢ en el Teatro de la Maestranza de Sevilla, en el marco de la Bienal de la capital andaluza, mientras prepara la versi¨®n cinematogr¨¢fica de este dram¨¢tico personaje a las ¨®rdenes de Vicente Aranda.
Sara Baras se muestra como una mujer de hoy, con manos que hablan de dolor y alegr¨ªa, mientras sus pies transmiten la fuerza de una pasi¨®n.
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