Putin admite que la situaci¨®n es "cr¨ªtica" y niega que la Marina intentara ocultar el siniestro
El presidente Vlad¨ªmir Putin rompi¨® ayer el silencio que durante cuatro d¨ªas guard¨® con respecto al accidente del submarino at¨®mico Kursk. "La situaci¨®n es grave, incluso cr¨ªtica", reconoci¨®, para inmediatamente agregar que no hubo retraso alguno en las operaciones de salvamento y que la Armada ha actuado como corresponde. "Se est¨¢ haciendo todo lo que se puede hacer", asegur¨®. Dudosa afirmaci¨®n, a juzgar por la prensa rusa de ayer, que pareci¨® adelantarse a estas primeras declaraciones de Putin, denunciando las mentiras y el secretismo que ha reinado en torno al accidente del Kursk.
Putin, que no ha considerado necesario interrumpir sus vacaciones en Sochi, viaj¨® a esa playa del mar Negro cuando, de acuerdo con los ¨²ltimos datos, el Kursk yac¨ªa ya en el fondo del mar de Barents. El presidente tom¨® el avi¨®n para reunirse con su esposa y sus dos hijas, que ya estaban veraneando desde hac¨ªa una semana, a las cuatro y media de la tarde del s¨¢bado (hora peninsular espa?ola). El accidente, seg¨²n el almirante Eduard Baltin, antiguo comandante de la Flota del mar Negro, debi¨® producirse entre las 9.30 y las 12.45 de ese d¨ªa, y de acuerdo con datos estadounidenses, la explosi¨®n en el submarino ruso fue detectada exactamente a las 9.38. ?Pod¨ªan los buques rusos que, junto con el Kursk, participaban en unas importantes maniobras navales, no saber del accidente? Y, al enterarse, ?pod¨ªan no informar al presidente de lo ocurrido? La respuesta normal a ambas preguntas es negativa.El Kremlin y la c¨²pula militar no s¨®lo se guard¨® el secreto el s¨¢bado, sino tambi¨¦n durante todo el d¨ªa siguiente, cuando fue localizado el Kursk a m¨¢s de cien metros de profundidad. Putin, mientras tanto, dijo ayer que las labores de rescate comenzaron "desde el primer minuto" despu¨¦s del accidente, sin explayarse, por supuesto, en cu¨¢ndo ni c¨®mo ocurri¨®. M¨¢s a¨²n, en las mismas declaraciones se?al¨® que Rusia hab¨ªa recibido ofrecimiento de ayuda por parte de pa¨ªses extranjeros, pero agreg¨®: "Nuestros especialistas dicen que contamos con todo lo necesario" , lo que explicaba por qu¨¦ se rechazaba. Poco despu¨¦s, el Kremlin rectificaba y anunciaba que hab¨ªa aceptado la ayuda de Reino Unido y Noruega, y Putin daba la orden de aceptar cualquier ayuda, "venga de donde venga".
El rechazo, en los primeros d¨ªas, a la ayuda extranjera fue criticado duramente ayer en la prensa, mientras que un sondeo rel¨¢mpago de la mejor radio informativa rusa, Eco de Mosc¨², mostr¨® que el 85% de los que respondieron a la encuesta estaban a favor de aceptar la ayuda extranjera para salvar a los 118 marineros atrapados.
El diaro Segodnia, citando fuentes an¨®nimas navales, escrib¨ªa que cada oficial "exige el visto bueno, por escrito, de sus jefes para cualquier decisi¨®n" relativa al rescate, ya que "los almirantes creen que basta con que un solo marino se salve con ayuda exterior para que todo acabe en una cat¨¢strofe pol¨ªtica". En los despachos del Estado Mayor de la Armada "planea el fantasma de las destituciones" y "nadie quiere asumir la responsabilidad de nada", asegura el diario.
"La ideolog¨ªa de los tiempos sovi¨¦ticos ha envejecido moralmente, pero contin¨²a dominando la cabeza de los jefes: el subordinado debe morir, pero no permitir la p¨¦rdida de la valiosa propiedad militar", dec¨ªa Nezav¨ªsimaya Gazeta, para luego constatar que "el camino de ascensi¨®n a las cimas del poder y los primeros meses de la presidencia de Putin, debido a tr¨¢gicas circunstancias, resultaron generosamente regados por la sangre de los rusos". Ahora el accidente del Kursk y la actitud que ha tenido el Kremlin pueden significar el comienzo del fin de su extraordinaria popularidad. As¨ª por lo menos lo muestra otra encuesta, en la que el 74% de los m¨¢s de 3.000 radioyentes que llamaron a Eco de Mosc¨² opinaron que la tragedia supone "un golpe a la reputaci¨®n" del presidente.
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