Tragedia y esperanza
La tragedia es, obviamente, la p¨¦rdida de vidas humanas y quiz¨¢s la falta de diligencia en actuar con la rapidez que el caso requiere. La esperanza, aunque tard¨ªa, ser¨ªa poder rescatar al mayor numero posible de supervivientes d el interior del Kursk.Se habla de dos explosiones -que habr¨¢n causado un numero elevado de heridos y muertos-; de la posici¨®n an¨®mala del submarino, escorado y hacia abajo; de que hubo se?ales ac¨²sticas desde el interior, que ya no se oyen; de la pereza burocr¨¢tica y orgullosa de la Armada rusa en aceptar la ayuda de Occidente, y del ofrecimiento r¨¢pido y, a mi juicio, desinteresado de Estados Unidos y Reino Unido desde el primer momento.
Las posibilidades son pocas; suponiendo que la proa y los primeros compartimentos del buque hayan quedado fuera de control, con la consiguiente p¨¦rdida de vidas humanas, quedar¨ªa como hip¨®tesis que, dada la longitud del buque, quede personal aislado y atrapado en compartimentos estancos, pr¨®ximos a las zonas de reactores, que pudieran estar vivos.
La nula o escasa visibilidad, el fr¨ªo g¨¦lido (por debajo de 5? C) del mar de Barents, el consumo de ox¨ªgeno, la producci¨®n de di¨®xido de carbono (CO2), la humedad elevada y, sobre todo, el mal estado an¨ªmico, pueden hacer que estemos ante una cat¨¢strofe cercana a las 118 vidas humanas, pero cuyo rescate hay que intentar en cualquier caso.
Desde el punto de vista m¨¦dico, el control de la atm¨®sfera ha de centrarse en mantener los valores de ox¨ªgeno y CO2 dentro de los l¨ªmites fisiol¨®gicos. En el caso del ox¨ªgeno, debe estar presente en el aire en concentraciones entre el 16% y el 23 % a presi¨®n atmosf¨¦rica; valores mayores pueden causar cuadros t¨®xicos pulmonares o del sistema nervioso y menores del 16% causan generalmente la muerte r¨¢pida. Los submarinos nucleares suelen generar el ox¨ªgeno a partir de hidr¨®lisis del agua del mar y son dependientes del funcionamiento del reactor.
En el caso del CO2, los valores tolerables a presi¨®n atmosf¨¦rica ser¨ªan de hasta el 5%. A partir de ah¨ª, la situaci¨®n de los supervivientes empeora, y con valores del orden del 15% causa pr¨¢cticamente la muerte. El CO2 se produce durante la respiraci¨®n y se incrementar¨¢ en funci¨®n del n¨²mero de supervivientes. Para eliminarlo, los submarinos nucleares utilizan sistemas de absorci¨®n que normalmente dependen de la energ¨ªa suministrada por los reactores.
Si, como parece, los reactores nucleares est¨¢n inutilizados, los problemas para producir ox¨ªgeno y eliminar CO2 son evidentes y desconocemos si a bordo de este submarino existen sistemas alternativos de emergencia.
Las condiciones f¨ªsicas en que pueden encontrarse los supervivientes depender¨¢n tambi¨¦n de que est¨¦n cubiertas las necesidades de aporte l¨ªquido y energ¨¦tico, que son del orden de 1 litro diario de agua por hombre y d¨ªa y de 500 kilocalor¨ªas. Adem¨¢s, es posible que al disponer de reactores nucleares los supervivientes sufran de exposiciones agudas a la radiaci¨®n, absorban sustancias radiactivas por ingesti¨®n o inhalaci¨®n o presenten contaminaci¨®n de la ropa, piel y heridas. Es de esperar que haya bajas debidas a la hipotermia causada por la estancia del submarino en aguas pr¨¢cticamente polares; s¨®lo una protecci¨®n t¨¦rmica muy completa y evitar los movimientos podr¨ªa ayudar a que sigan vivos.
Quiero creer que las condiciones meteorol¨®gicas se han estabilizado, que el submarino de rescate brit¨¢nico consigue acoplarse y penetrar en el interior del Kursk, que hay gente que pudo aislarse en algunas zonas, que tienen serenidad para controlar el p¨¢nico y la respiraci¨®n, que encuentran el m¨¦todo de evitar que el CO2 se eleve y el ox¨ªgeno disminuya, que disponen de mantas para protegerse del fr¨ªo, que no est¨¢n afectados por la radiactividad y que han podido apagar los incendios.
Hasta hoy los resultados del rescate por parte rusa han sido desalentadores; s¨®lo cabe esperar que mejoren en su eficacia y los medios y profesionalidad del personal perteneciente al Reino Unido, Noruega, etc., incorporados a ¨²ltima hora, traigan un rayo de esperanza a las tristes madres, esposas y familiares del personal de a bordo quienes, al fin y al cabo, s¨®lo cumpl¨ªan con su deber.
Antonio Viqueira es especialista en medicina subacu¨¢tica y jefe de Sanidad del Centro de Buceo de la Armada.
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