El obispo de Jaca pide a la organizaci¨®n terrorista que termine con su "cainismo"
Un funeral concelebrado ayer en la catedral de Huesca sirvi¨® para despedir los cuerpos de Irene Fern¨¢ndez y Jos¨¦ ?ngel de Jes¨²s, los dos guardias civiles fallecidos ayer en el atentado perpetrado por ETA en la localidad oscense de Sallent de G¨¢llego. El oficio cont¨® con la presencia del presidente del Gobierno, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar; del ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja; del secretario general del PSOE, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero; del presidente aragon¨¦s, Marcelino Iglesias, y el alcalde de Huesca, Fernando Elboj, entre otras autoridades locales. Tambi¨¦n estuvo presente el alcalde de Zaragoza, Jos¨¦ Atar¨¦s, sobre el que ETA ya hab¨ªa planeado un atentado.El obispo de Jaca, Jos¨¦ Mar¨ªa Conget, reclam¨® a ETA que termine con su "cainismo". Durante la misa se hizo evidente la desolaci¨®n de los familiares de las v¨ªctimas. Uno de ellos sufri¨® un amago de desvanecimiento en el momento en el que los fieles se ofrec¨ªan la paz.
La catedral se llen¨® y tambi¨¦n estaba abarrotada por miles de personas la explanada desde donde los f¨¦retros -cubiertos con la bandera de Espa?a y adornados con la Cruz de Oro al M¨¦rito de la Guardia Civil que, a t¨ªtulo p¨®stumo, impuso a los fallecidos el presidente Aznar- fueron llevados a hombros por sus compa?eros, mientras una compa?¨ªa de la Guardia Civil le rend¨ªa honores y la banda del cuerpo interpretaba una marcha f¨²nebre.
Durante la misa se comunic¨® a los asistentes que se hab¨ªan recibido telegramas del presidente de la Conferencia Episcopal, Antonio Mar¨ªa Rouco, y del obispo de Pamplona, Fernando Sebasti¨¢n, ambos desde Roma.
El obispo de Jaca, que presidi¨® la celebraci¨®n lit¨²rgica por pertenecer Sallent a esa di¨®cesis, abund¨® en la perplejidad expresada ayer en la poblaci¨®n escenario de los hechos. "?Qu¨¦ horror!, ?qu¨¦ locura!, ?para qu¨¦?, ?hasta cuando?", se pregunt¨®.
A continuaci¨®n pidi¨® que "finalice esta locura y que las armas callen". Tras animar a los familiares a soportar los hechos con resignaci¨®n y sin ¨¢nimo de venganza, pidi¨® lucidez y coraje a las autoridades que presid¨ªan la misa.
Al terminar el oficio, los f¨¦retros fueron trasladados hasta los coches a hombros y la banda de la Guardia Civil interpret¨® el himno nacional y el del cuerpo al que pertenec¨ªan los fallecidos.
Poco despu¨¦s de que hubieran partido los coches f¨²nebres, Aznar y Rodr¨ªguez Zapatero fueron despedidos con aplausos por los presentes en la plaza.
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