El drago de la memoria canaria

En el patio de la Facultad de Medicina de C¨¢diz, la m¨¢s antigua de Espa?a, se alza un drago canario, procedente de La Laguna. Tiene 84 a?os de vida y 14 brazos y es el s¨ªmbolo del recuerdo, de la memoria de un grupo de m¨¦dicos canarios que estudiaron en C¨¢diz.El drago actual ha sustituido a otro ¨¢rbol de las misma especie plantado en 1.753 en el mismo lugar del que entonces era el Real Colegio de Cirug¨ªa de la Armada, que se alzaba en el mismo sitio hasta que un rayo lo parti¨® en dos, en una noche de tormenta que se llev¨® por delante aquella joya de la bot¨¢nica. No pudo salvarse ni con entablillamientos y escayolas. Varias tirantas de cuero y tablas de sujeci¨®n fueron in¨²tiles.

Conocida la desaparici¨®n del primero de los ¨¢rboles, un grupo de 130 m¨¦dicos canarios decidi¨® poner en marcha la operaci¨®n drago. No estaban dispuestos a que la Facultad de Medicina gaditana quedar¨¢ sin un ejemplar de estas caracter¨ªsticas, que fue, durante sus a?os de estudiantes, el callado emblema de las Islas Canarias en C¨¢diz. El ¨¢rbol al que se acercaban aquellos estudiantes insulares para recordar a su tierra.

El rayo, dec¨ªan, se hab¨ªa llevado mucho m¨¢s que un ¨¢rbol hermoso y viejo: un puente en el Atl¨¢ntico que resta?aba la melancol¨ªa. Plantado el nuevo drago con pic¨®n volc¨¢nica y tierra de una finca tinerfe?a, cada m¨¦dico se llev¨® a su tierra como recuerdo un trozo del tronco del primero de los ¨¢rboles, fr¨¢gil como todas las herb¨¢ceas.

En junio de 1996 llegaba el drago a C¨¢diz por barco. A bordo viajaban tambi¨¦n los 130 galenos acompa?ados de sus esposas, la mayor¨ªa de las cuales hab¨ªa o¨ªdo contar historias y an¨¦cdotas de aquel ¨¢rbol, en torno al que se arremolinaban los alumnos canarios al salir de clase.

Los dragos est¨¢n perfectamente adaptados al clima gaditano. El 90% de humedad ambiental de la ciudad propicia, en todo caso, un crecimiento m¨¢s r¨¢pido y m¨¢s a lo largo, frente a la anchura que desarrollan en su tierra de origen.