Inmigraci¨®n

No son pocas las informaciones que ¨²ltimamente nos proporcionan ciertos medios de comunicaci¨®n en referencia a la inmigraci¨®n en Espa?a. Lejos de crear una conciencia solidaria, nos acercamos a considerar el "fen¨®meno" de la inmigraci¨®n como un "problema" ajeno y abstracto del cual terminamos hablando en terminos de "rentabilidad", "burocracia" y "viabilidad".Si bien es cierto que en los pa¨ªses desarrollados se mueven vol¨²menes de capital individual que podr¨ªan crear todo un conjunto de infraestructuras de desarrollo en un pa¨ªs entero, es igualmente cierto que algunos pa¨ªses de ?frica dispondr¨ªan de suficientes infraestructuras propias, de no ser por la mala gesti¨®n de equipos de gobierno corruptos.

Es ahora m¨¢s que nunca cuando los representantes pol¨ªticos deber¨ªan hacer un llamamiento a la convivencia, al respeto y a la solidaridad y no justificar intervenciones agresivas y desproporcionadas de las fuerzas del orden, ni acusar de "beber demasiado" a personas que s¨®lo piden una oportunidad para trabajar, y a las cuales, por cierto, quiz¨¢ su religi¨®n no les permite beber.

Querer hacer creer a la opini¨®n p¨²blica que est¨¢n desasosegados "por las altas temperaturas" resulta rid¨ªculo y sospechoso. La dignidad y los derechos humanos no nos los confiere un pasaporte, sino el hecho de ser personas. Pol¨ªticos y temporeros, de casa o de fuera, somos todos iguales o deber¨ªamos serlo.- Francina Ventosa. Barcelona.