Estupidiario Obreg¨®n Terenci Moix
En ese atentado contra la inteligencia que es el anecdotario estival, Ana Obreg¨®n aporta su granito de arena no s¨®lo con sus palabras, que ya bastar¨ªan, no s¨®lo mostrando al ni?o que mordi¨® al perro -o fue al rev¨¦s, no lo recuerdo-, sino exhibiendo la m¨¢s espantosa colecci¨®n de modelos que puede encontrarse en los zocos del p¨¦simo gusto. Y, como sea que lo suyo son los biquinis, los cambia m¨¢s de lo que la condesa Ghislaine de X cambiaba de pieles. Con una novedad: los biquinis Obreg¨®n son cada vez m¨¢s escuetos, sobre todo la parte de abajo, tan definitivamente menguada que se ha convertido en un forra-co?os. O, simplemente, en un co?o forrado de biquini enano. Lo cual ser¨¢, a no dudarlo, delicia para geront¨®filos. Y ataviada de esta guisa, dice la op¨ªpara matrona: "Me ha resucitado el coraz¨®n". ?Fant¨¢stico! Es eufemismo para significar que tiene amores o algo parecido con un se?or que, al parecer, hizo el juramento de Hip¨®crates, y puede acabar haciendo el juramento de Lagard¨¨re.De todos modos, yo siempre pienso que el terreno de la idiotez no puede ser tan inmenso como lo pintan: que en toda esa gentecilla de la fama debe quedar un rasgo de inteligencia, aunque sea m¨ªnimo. Permitidme un suponer: ?y si Ana Obreg¨®n no fuese exactamente la gilipollas integral que se nos muestra? ?Y si fuese una verdulera muy lista, que calibr¨® desde el principio la gilipollez de los medios de comunicaci¨®n? Como si dijera: "Ya que quer¨¦is o¨ªr idioteces, os las sirvo a manta; ya que quer¨¦is vulgaridad, pues a porrillo. Y ya que confund¨ªs el glamour con la mujer de Gil y Gil, pues yo m¨¢s que ella".
Me llev¨® a esa reivindicaci¨®n el recuerdo de mujeres que sobrepasaron los peligros de la horterez explot¨¢ndola a conciencia, ri¨¦ndose de ella y aun de s¨ª mismas. Tomen a Diana Dors, rubia platino, imitaci¨®n inglesa de Marilyn, que tuvo la humorada de pasearse en g¨®ndola por Venecia exhibiendo un minibiquini de armi?o. Y m¨¢s que en ella pienso en Mae West y Jayne Mansfield. De la primera se dijo que no pod¨ªa cantar una canci¨®n de cuna sin hacerla sexy; Mae dio la vuelta a su especialidad y llev¨® el absurdo a la altura de un Groucho, que es altura de dioses. En cuanto a Jayne Mansfield, ha sido muy reivindicada su memoria y tiene varias p¨¢ginas en la Red. Tambi¨¦n la hija que le hizo Mickey Hargitay, un m¨ªster m¨²sculos guap¨ªsimo cuyas fotos pueden verse en la p¨¢gina The Many Faces of Hercules. A lo que ¨ªbamos: la inmensa Jayne jug¨® de tal manera al kitsch que se hizo una mansi¨®n toda de rosa. ?Gran precursora! Hay en Orlando, Florida, un hotel del mismo tono. Se sabe que Jayne fue a Las Vegas a ver el n¨²mero en que Mae West, ya sexagenaria, aparec¨ªa rodeada de musculosos en biquini (entre ellos el infinito Reg Park). Bueno, cuando el camarero pregunt¨® a Jayne qu¨¦ deseaba tomar, ella se?al¨® a Mickey Hargitay y dijo: "?Un bistec con patatas y ese se?or!". A partir de este d¨ªa, los fans empezamos a albergar una duda filos¨®fica: ?qui¨¦n ten¨ªa m¨¢s tetas, Jayne o Mickey? Dios les bendiga por el delirio, organizado o no, que supieron aportar a nuestra adolescencia, ansiosa de carne. En su caso, mucha y rica.
?Perdonar¨ªamos a Ana Obreg¨®n su insoportable tonter¨ªa si supi¨¦semos que su cerebro act¨²a con las segundas intenciones de Mae West o Jayne Mansfield? Acaso. Por lo menos nos considerar¨ªamos invitados a un jubiloso carnaval controlado por una mente superior a la gente que la entrevista o la retrata. Llegar¨ªamos a la conclusi¨®n de que Ana Obreg¨®n es una de las mujeres m¨¢s inteligentes de Espa?a. Vamos, una Concepci¨®n Arenal del higo chumbo.
http://www.terencimoix.com.
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